El poder de un actor clave en España: el palco del Bernabeu
Allí se reúnen los más influyentes del país, allí se tejen acuerdos y negocios de todo tipo
En España hay división de poderes y contrapesos como en cualquier nación democrática: el ejecutivo, el legislativo, el judicial. Pero en España hay otros dos poderes nada desdeñables. Uno es el del rey. El otro emerge de tanto en tanto con asombrosa fuerza y tiene su sede en un estadio de fútbol: el palco del estadio Santiago Bernabeu.
Emblema histórico del fútbol español, el Real Madrid es un poder en sí mismo, y el palco VIP, su más clara manifestación pública. En esas escasas hileras de asientos con vista privilegiada al césped de uno de los estadios más imponentes de Europa se reúnen los más poderosos del país: políticos, empresarios, jueces, periodistas y famosos de toda laya. Uno de los que con más frecuencia aparece por allí es José María Aznar, ex presidente del gobierno español, que en la noche del martes demostró durante una cena en Buenos Aires que los hinchas del Madrid pueden ser insaciables. Fue cuando alguien le dijo que ya es hora de que el Atlético de Madrid de Diego Simeone se lleve la Champions League.
“¡Sí, pero no este año!”, saltó rápido Aznar, que venía de reunirse con el presidente de la Nación, Mauricio Macri, y no se atrevió a decirle que lo había citado en el mismo horario en el que el Madrid se jugaba todo ante el Bayern Munich. Vio parte del segundo tiempo a pocas cuadras, en la sede del Banco Provincia.
No este año, piden Aznar y todos los hinchas de un club que ganó ya once veces la Copa de Europa –la Champions como tal existe sólo desde 1992–, más que ningún otro club. Un equipo que gana con el poder de su fútbol… y que a veces apela a la fuerza de otros poderes. El que logra acceder al palco del club blanco parte con ventaja, y el que mejor sabe aprovechar esa enorme potencia es Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid.
Político en sus inicios, Pérez es uno de los empresarios más influyentes del país, y cuenta en la comisión directiva del Real Madrid con varios millonarios que inevitablemente hacen jugosos negocios con el Estado, negocios que con frecuencia se anudan en ese famoso palco. Sucedía en el franquismo y no sólo no cambió, sino que se intensificó en los 40 años del actual período democrático. Tampoco es desdeñable el poder del palco del Barcelona, claro, pero en este caso sólo a nivel regional, en Cataluña. Desde ese palco, Pérez cree que todo es posible. Se entusiasma, cada tanto, con el golpe descomunal que implicaría contratar a Lionel Messi. Pero esa, además de imposible, es otra historia.
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