El viaje interior del seleccionado
El Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria, el búnker albiceleste, amaneció cubierto por lonas de color verde que recuerdan a la concentración de L´Etrat, en el Mundial de Francia 98; maradona busca intimidad y consolidar al plantel como grupo detrás de un objetivo: ganar la Copa del Mundo
Por Claudio Mauri
Enviado especial
PRETORIA.- Todo para adentro, nada para afuera. A dos días de su llegada al Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria, el seleccionado está encerrado, no se deja ver a los ojos de nadie. Ni de los curiosos ni de la prensa. A falta de muros, el largo perímetro del complejo deportivo está tapizado de lonas verdes, que traen reminiscencias de las que ordenó poner Daniel Passarella en la concentración de L´Etrat durante el Mundial de Francia 98.
El plantel busca intimidad, privacidad, consolidarse como grupo para ganar el Mundial, un objetivo que nadie proclamará a los cuatro vientos, pero que todos comparten y creen posible. La Argentina quiere aislarse, por eso fue la tercera delegación en llegar a Sudáfrica, con una antelación que podría considerarse excesiva si se tiene en cuenta que no utilizará ese tiempo para disputar ningún amistoso, como hacen la mayoría del resto de los seleccionados.
En la nublada y fría tarde de ayer, desde la calle, a casi doscientos metros de distancia, apenas si se alcanzaba a divisar a los jugadores caminando hacia la cancha principal, que está como en una olla y cuenta con tribunas laterales. Está claro que el hermetismo responde más a cuestiones de convivencia que al ocultamiento de la preparación futbolística o de algunos ensayos tácticos. Hay muchas voces de aliento, de estímulo, de confianza. El grupo interactúa para fortalecerse. Está en una nueva etapa después del calvario que representaron las eliminatorias.
Maradona todavía no hizo ningún trabajo específico con la formación que debutará ante Nigeria, el 12 de junio, en Johannesburgo. Un equipo que prescindiría de uno de los zagueros centrales (Nicolás Otamendi) para darle entrada a otro delantero (Carlos Tevez).
El entrenamiento vespertino de ayer (por la mañana, algunos jugadores pasaron por el gimnasio) estuvo apuntado a crear un clima de distensión. Fue un partido informal, de dos tiempos de 30 minutos, en el que hasta Maradona participó. Muchos jugaron fuera de sus puestos habituales. Verón estuvo de lateral; Higuaín, Tevez y Milito hicieron de defensores; Heinze se las rebuscó como delantero, y Andújar anduvo por el medio campo. Los que se mantuvieron en su oficio específico fueron los arqueros Romero y Pozo.
Maradona y su cuerpo técnico no quisieron dejar pasar el tiempo para entrar de lleno en el terreno de la motivación, del mensaje con contenido sentimental, recursos que cada vez son más usados en el deporte de alta competencia a través de películas, eslóganes o arengas.
El día de la llegada, anteayer, luego de hacer unos ejercicios regenerativos, cuando los futbolistas volvieron a las habitaciones se encontraron con que habían sido reemplazadas las fotos de los atletas colgadas en las paredes por una inscripción enmarcada con la inscripción "Soñá que podés y podrás" . En el salón comedor, sobre el fondo con los colores argentinos, hay más frases destinadas a las fibras íntimas de los jugadores: "Hambre de gloria" , "Sacrificio" , "Familia" .
La distribución de los jugadores en las habitaciones refleja cuánto marcó a este cuerpo técnico aquel triunfo 1 a 0 ante Alemania a principios de marzo, en Munich. En ese amistoso, Maradona encontró gran parte del plantel y el esqueleto de la formación que trajo a Sudáfrica. De ese grupo, hay siete parejas que en Pretoria siguen compartiendo la habitación, como lo hicieron en la ciudad alemana. A saber: Bolatti-Pastore (los une la condición de cordobeses y de ex compañeros en el Huracán subcampeón de Ángel Cappa), Jonas Gutiérrez-Demichelis, Samuel-Burdisso (dos de muy bajo perfil que se conocen desde hace mucho), Romero-Andújar (complicidad entre arqueros), Heinze-Mascherano (dos caciques del plantel), Milito-Higuaín (charla de goleadores) y Di María-Otamendi (dos a los que se los oye poco). El resto de las piezas se completan así: Agüero-Maxi Rodríguez (dos que establecieron una gran relación en Atlético de Madrid, que incluso se extiende a sus parejas), Verón-Messi (la Bruja hace rato que intenta que el rosarino se sienta cómodo e integrado al grupo), Clemente Rodríguez-Palermo (Boca unidos) y Pozo-Garcé (la conexión Colón). Solo en una pieza quedó Tevez, que podrá escuchar a gusto la cumbia villera sin que ningún compañero se la critique. Cada habitación está provista de un televisor LCD de 40 pulgadas.
El plantel se siente cómodo y a gusto en su lugar de residencia. Al menos así lo hizo saber Juan Carlos Crespi, uno de los dirigentes que acompañan a la delegación: "El predio es espectacular, digno de una selección argentina. Si es por el predio, somos campeones del mundo".
Maradona y sus muchachos hacen orden cerrado. Anunciaron que sólo el jueves abrirán las puertas a la prensa. Hasta agradecen que el revuelo que causó el viaje del grupo de barrabravas en el mismo avión les haya restado atención, ya que muchos no se sintieron a gusto con las repercusiones que tomaron las declaraciones del médico Donato Villani, en relación con los permisos durante el Mundial para que los futbolistas tengan relaciones sexuales con sus parejas. El seleccionado quiere que su viaje interior sea en medio de la discreción.
lanacionar