Punto de vista. Entre el interés y la jerarquía
La pregunta surge cada vez que un equipo argentino llega a Tokio para disputar la Copa Europeo-Sudamericana: ¿en el Viejo Continente tienen el mismo interés que nuestros equipos para jugar este partido? Desde el corazón de los hinchas, la sola idea de plantear el tema resulta antipática. Porque parece que se les intentará quitar méritos a estas conquistas.
Está claro que todos quieren ganar la Copa. Por recordar el último partido entre Boca y Real Madrid, no se puede decir que a los españoles no les interesaba el compromiso. Roberto Carlos se exigió como siempre, el capitán Fernando Hierro realizó una prolongada protesta al árbitro porque creyó que debió adicionar más tiempo y Luis Figo declaró con bronca: "Viajar tantos kilómetros y perder me hace sentir con cara de tonto".
Lo que vale analizar es la preparación que europeos y sudamericanos le dedican a la final. El 14 de julio último, cuando Cruz Azul eliminó a Central en las semifinales de la Libertadores, y dado que los mexicanos están inhabilitados para jugar la Copa, se comenzó a hablar de la final entre Boca y Bayern Munich.
Tras un arranque flojo en el Apertura, el equipo de Bianchi se preocupó exclusivamente por el choque con los alemanes y gestionó que se adelantara el partido con Racing, por la 15a fecha, para viajar con anticipación a Japón y poder hacer la adaptación al cambio de los husos horarios.
Todo un despliegue que no existió para los dirigidos por Ottmar Heitzfeld. El viaje a Japón resultó para Bayern un incómodo desvío en un momento clave de la Bundesliga, cuando está peleando el primer lugar con Bayer Leverkusen, y apenas a seis días del comienzo de la segunda etapa de la Liga de Campeones, donde tuvo que medirse nada menos que con Manchester United. Su partido de ayer, ante Nuremberg, representó la pérdida de su capitán Stefan Effenberg y ahora el viaje, aunque es más corto que para los argentinos, lo deposita en Japón sólo un día antes del partido.
Dejando de lado el fallido intento de la FIFA por organizar un Mundial de clubes, esta Copa es la única que permite comparar a los continentes más fuertes del planeta fútbol, aunque se cuestione su validez dado que es en un solo encuentro.
Para los sudamericanos, acostumbrados a calendarios desordenados, significa la ilusión de medirse ante clubes más poderosos. Para los europeos es una mancha en el jerarquizado almanaque de exigentes torneos locales y la Liga de Campeones. Esta puede ser una ventaja para Boca, aunque en realidad apenas le permite equiparar un poco la diferencia de estructuras. Tal vez por eso el resultado siempre está abierto y el enfrentamiento sigue siendo tan atractivo.
lanacionar