Boca perdió con Estudiantes y dejó de ser puntero tras 617 días: el Pincha supo anular al xeneize en un duelo intenso
Si el primer capítulo no resultó insulso y anodino fue por la vehemencia con la que se jugó. Todos los futbolistas de campo corrieron y marcaron, incluso los puntas; varios chocaron. Predominó la pierna fuerte y los creativos gravitaron poco. Casi nada. Boca dispuso de dos situaciones claras: primero lo tuvo Mas, tras un tiro libre en forma de centro, y definió afuera; después inquietó con una corrida de Pavón que remató cruzado pero también desviado. Se podría sumar un tiro de Nández, aunque le dio incómodo luego de un preciso taco de Pavón. ¿Alguna de Estudiantes? Un ensayo de Zuqui, que se animó de larga distancia y no se fue tan lejos.
En el segundo tiempo, como si se tratase de un antídoto para frenar la escalada del frío, brotaron las emociones. El Pincha avisó de entrada, con un disparo de Tití Rodríguez que contuvo bien Andrada, y en el siguiente avance desnudó una de las falencias xeneizes: la marca en la pelota detenida en contra. Tres veces ganó de arriba Estudiantes. En la primera salvó el arquero de Boca y en la segunda perforó todos los obstáculos: córner desde la izquierda, peinó Lugüercio y Noguera "fulminó" de cabeza. Historia y presente para un gol determinante.
El conjunto de Guillermo insinuó una reacción, de hecho casi lo empata con un remate del ingresado Villa que desactivó Andújar, pero el Pincha no tardó en meter otro sopapo. La desfachatez del pibe Pellegrini (18 años y cuatro partidos en primera) se filtró por el medio y definió suave para exterminar las ilusiones visitantes, ante la débil resistencia de Andrada.
En el segmento final, Boca no tuvo inventiva para doblegar a una defensa firme y un arquero como Andújar. Ganó Estudiantes y está bien. Corrió y marcó para contrarrestar a las mejores individualidades del fútbol argentino, y además aprovechó las ventajas que le otorgó el rival. Triunfo 2-0 para el Pincha, derrota preocupante para el xeneize. Poco para objetar.
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