El malhumor con Teo ya es un tema sin retorno

La tempestad en la que quedó inmerso Racing crece, aumenta, no se detiene. Lo que fue una primavera en el inicio del Apertura, que le permitió al equipo del Cholo Simeone coquetear con realizar un gran torneo, se diluyó por completo. Los coletazos se suceden en una película que se oscurece cada día un poco más. El plantel se siente solo. No halla respuestas por parte de la dirigencia, salvo los mensajes de Simeone y su cuerpo técnico.

El plantel está partido, quebrado. De un lado, Teófilo Gutiérrez solo con sus constantes desplantes que, hace tiempo, cansaron a la mayoría y finalizarían con su partida de la Academia. Del otro, el resto del equipo, con el propio Cholo Simeone, por cierto ya desorientado, a la cabeza. Ya no hay retorno. Ninguno afloja ni aminora la marcha. Pareciera que nadie puede atemperar ni medir sus palabras. Por más que lo intenten, no pueden. Tal vez ya no quieren.

A los duros dichos de Teo, que les apuntó con todo a sus compañeros y al DT, ayer les salieron al cruce Gabriel Hauche y Lucas Licht. "Hay que arreglar todo en el vestuario porque así Racing se parece a un teatro de revista", dijo el Demonio en declaraciones a TyC Sports. Frase que lleva inevitablemente al memorable cabaret de Diego Latorre cuando, en 1998, tildó con ese calificativo al equipo xeneize que conducía el Bambino Veira. "Esto no es un show mediático. Si algo molesta, no hay que salir a hablarlo en los medios. Me da lástima", añadió Hauche.

Por su parte, el lateral, en Radio La Red, disparó: "Uno trata de ser profesional y entrenarse al mejor nivel. El se tenía que haber entrenado toda la semana". Se le preguntó si la actitud fue de "poco hombre", y Licht asintió. Con esto, dejó en claro que lo incomodó que el DT haya incluido al colombiano entre los titulares frente a Boca. Situación que el Cholo conoce y pudo semblantear, tras el empate, en el vestuario. Su apuesta por lo deportivo por encima de lo grupal generó más resquemores. Ni qué hablar luego de la expulsión del delantero. "Con San Martín no jugó porque estaba cansado. Hablamos con él. No sé por qué ahora dice que nadie habló como hombre. Le está haciendo mal a Racing", agregó Licht.

En ese extraño ir y venir, Hauche afirmó que "[Teo] sabe que es importante y si no pudo llegar será por algo. El que decide es el técnico. Dijo que Teo estaba en condiciones y decidió ponerlo".

Lo que hoy iba a ser una práctica a puertas cerradas pero con atención a la prensa derivó en un hermético día en el Cilindro. Estricto aislamiento que la dirigencia mantiene a rajatabla desde que estalló la bomba que desembarcó el viernes último con el polémico delantero al regresar de Barranquilla. A menos de un mes para las elecciones (serán el sábado 17 de diciembre), nadie se anima a intervenir por el temor del costo político de tomar parte en esta compleja división. El oficialismo también está dividido. Entre el presidente Rodolfo Molina (será candidato a vice de Gastón Cogorno) y Pablo Podestá, actual vice, la convivencia es correcta, pero fría. Algunos creen que su respectivo oponente en las presidenciales está fogoneando a Teófilo para que haya detonado todo el microclima de la Academia. Sin embargo, hoy, antes del entrenamiento, Molina hablaría con todo el plantel para intentar bajar los decibeles.

La intención del Cholo al abroquelarse en la práctica de esta mañana es descomprimir, desactivar las broncas encendidas. El plantel se debe una charla cara a cara. Una reunión en la intimidad que permita sobrellevar las cuatro fechas restantes para que esta crisis no termine por devorarse a todos. Aunque el clima espeso y tenso el próximo sábado, cuando Racing reciba a Belgrano, puede empeorar.

Con la cabeza en Belgrano
El Cholo Simeone deberá aguardar hasta pasado mañana para definir el equipo titular que recibirá al Pirata. Por el expulsado Teófilo Gutiérrez podrían jugar Pablo Lugüercio o Valentín Viola, mientras que por Agustín Pelletieri ingresaría Luciano Aued o Gonzalo Espinoza. Además, el entrenador esperará a Lucas Licht, quien padece un esguince en la rodilla derecha.

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