El irregular River rota nombres, pero Marcelo Gallardo no negocia la actitud: quiere seguir corriendo riesgos por atacar

Marcelo Gallardo ya lo reconoce: River atraviesa un presente irregular. Su equipo llegó a la etapa de definiciones del semestre sin el nivel futbolístico deseado ni la tranquilidad que hubiese querido. Tras sufrir dos caídas en fila en la Copa de la Liga Profesional, no concretó su clasificación para los cuartos de final y ahora afronta un incómodo viaje a Paraguay para jugar hoy, a las 21, con Independiente Santa Fe, de Colombia, por la tercera fecha del grupo D de la Copa Libertadores. Por eso, llegó el momento de la rotación: el DT hará descansar a cinco de sus mejores hombres. Aunque el torneo subcontinental es el gran objetivo, el juego del domingo con Aldosivi se volvió crucial.

Apretado por el ajetreado calendario, River no modificó su lista a pesar de la postergación del partido a raíz de la crisis política que atraviesa Colombia y la falta de garantías de seguridad para jugarlo en la ciudad de Armenia. Gallardo sostuvo a los mismos 19 futbolistas, con cinco bajas importantes: Paulo Díaz, Enzo Pérez, Fabrizio Angileri, Nicolás De La Cruz y Rafael Borré no viajaron a Asunción, la sede que eligió la Conmebol para reprogramar los encuentros de los tres clubes argentinos que debían jugar esta semana en tierra colombiana.

De esta manera, River alternará, con cambios puntuales y caras que vienen apareciendo en escena. ¿El posible once titular? Franco Armani; Gonzalo Montiel, Robert Rojas, Héctor Martínez y Milton Casco; Bruno Zuculini o Santiago Simón, Leonardo Ponzio y Agustín Palavecino; Julián Álvarez, Federico Girotti y Jorge Carrascal. En la formación hay algunos apellidos que tendrán el foco encima: Rojas y Martínez volverán a integrar la línea de fondo; Zuculini y Ponzio pueden reaparecer; Carrascal volverá a tener una oportunidad de lujo, y Girotti jugaría su tercer partido como titular (lleva siete goles en 512 minutos, repartidos en 27 juegos).

Aunque perdió un día de descanso, el equipo millonario ganó al no tener que realizar el extenso viaje a Colombia y al evitar jugar en la altura de Bogotá (2600 metros) y la de Armenia (1400 metros). Este jueves, el cruce con Santa Fe, más allá de ser fundamental y puede acomodarlo del todo en la zona, puede ser el puntapié inicial para que el DT despeje algunos interrogantes muy marcados en este proceso de transición y reconfiguración. ¿Por qué todavía no encontró el equilibrio? ¿Qué le falta para ser más efectivo en el área del adversario y más seguro en la propia? ¿El marcado trajín y el esfuerzo físico del equipo repercuten en lo futbolístico y lo mental? ¿Los suplentes estarán a la altura de los titulares? La búsqueda de conclusiones precisas sigue vigente.

“No creo que hayamos sufrido físicamente. En estos cinco partidos en 16 días fuimos superiores al rival en lo futbolístico. Si ganábamos, no pasaba nada, pero perdimos. Nos hacemos cargo de no ser efectivos y de darles opciones a los rivales por errores propios. Yo ya tenía decidido rotar en este partido porque tenemos dos viajes en siete días, pero me gustaría haber llegado con otra tranquilidad”, explicó Gallardo el martes, aludiendo a que River ganó apenas cinco de los 12 compromisos que tuvo en el ámbito local (tres empates y cuatro caídas).

“Cuando perdés, no está todo mal. Seguimos siendo respetados, pero intentaremos que se vuelva a destacarnos por ser un equipo más confiable en todas sus líneas. Yo no voy a cambiar las formas. Podría adoptar otra, corriendo menos riesgos, pero no la siento y no me representa. Prefiero apostar a lo que hacemos con nuestras virtudes y errores. Tenemos un horizonte claro y debemos ajustar los déficit, porque damos ventajas ofensivas y defensivas”, declaró sus principios futbolísticos.

Gallardo está convencido de que el conjunto tiene un norte claro y de que conseguir equilibrio es cuestión de ajustar detalles puntuales. Cambiar todos los libretos y romper con la línea de juego no son una posibilidad. Nunca lo fue a lo largo de su ciclo, que está por cumplir siete años. Los retoques deben ser puntuales. Este jueves, en Paraguay, River intentará sumar un triunfo que le otorgue más calma en el desafío de hacer más confiable un equipo en el que la juventud vuelva a combinarse con la experiencia.