Ganadores y perdedores en la selección, tras la primera rueda de la Copa América

LA SERENA, Chile.- Ya se jugó la primera mitad del torneo, tres de los seis partidos que disputarán aquellos que lleguen a la final de la Copa América. Esta semana comenzarán los cuartos de final, partidos a todo o nada, y a la selección argentina, que llegó tras quedar primera en su grupo, le tocará medirse ante la siempre complicada Colombia. El equipo de Gerardo Martino pasó buenos y malos momentos a lo largo de estos 270 minutos que disputó en la primera etapa.

El próximo viernes la selección tendrá un duro escollo en su camino a quebrar los 22 años sin títulos. Será nada menos que Colombia, el equipo dirigido por José Pekerman, que cuenta con un gran plantel y viene de ser la revelación del último Mundial. Para enfrentarlos, el Tata cuenta con los 23 jugadores en condiciones y en los próximos días definirá si modificará algo en su esquema o si mantendrá ese planteo ofensivo que pregona.

Uno de los mayores cuestionamientos a la selección es la "merma" física que sufrió en los últimos tramos de cada partido. Le sucedió en los tres. Las caídas en el rendimiento fueron más notorias ante Paraguay (que se lo empató en el segundo tiempo) y Jamaica, un débil equipo que, con poco, complicó mucho. Los propios jugadores remarcaron esto: "El desgaste se debe a la presión que ejercemos durante los 90 minutos, el planteo hace que terminemos sufriendo desde el físico", comentó Javier Mascherano luego de la ajustada victoria del sábado pasado. Este será un punto a tener en cuenta para lo que vendrá, aunque no parece posible un cambio en el estilo o de planteo por parte del entrenador, de convicciones firmes a la hora de jugar.

Pero de la primera rueda que disputó la Argentina se pueden rescatar algunos aspectos positivos. El primero está en el arco: Sergio Romero, el uno con más presencias en la selección, volvió a mostrar la seguridad que tuvo en el Mundial. Llegó como a la Copa del Mundo, con poco rodaje en su equipo, pero su rendimiento volvió a ser destacado. Salvó su arco de varias caídas y, desde el fondo de la cancha, es una voz que ordena el equipo para atacar, pero sobre todo para defender.

En el fondo de la cancha aparece un acierto del entrenador: Nicolás Otamendi. Fue la apuesta de Martino, y por ahora, le está saliendo bien. Le dio la chance de recuperar ese lugar que perdió luego de la era de Maradona, y fue un gran reemplazo para Martín Demichelis, quien venía de disputar una buena Copa del Mundo. El zaguero central de Valencia fue de los mejores en esta primera rueda. Logró afianzarse junto a Ezequiel Garay, quien desde hace rato es el dueño del otro puesto en el fondo de la cancha.

Los laterales, sin embargo, no terminaron de convencer. Martino probó a dos en el sector derecho. Primero decidió colocar a Roncaglia, flojo ante Paraguay, por un Zabaleta que llegaba golpeado. El lateral de Manchester City recuperó su lugar ante Uruguay (jugó un buen partido), pero su rendimiento volvió a caer ante Jamaica. En el otro sector, Marcos Rojo fue de lo más irregular en estos tres primeros partidos de la Copa.

Javier Mascherano sigue demostrando que no tiene reemplazante en la mitad de cancha. Es el motor del equipo, el primer pase, un jugador con quite, pase y entrega. Tras el gran Mundial que tuvo recuperó la confianza y el respeto de los hinchas que lo cuestionaron en algún momento. En Chile sólo recibió aplausos y ovaciones en su estadía. Masche es el jugador de este grupo que más veces vistió la celeste y blanca. Su voz de mando se hace sentir en cada partido pese a ya no llevar la cinta de capitán, que le pertenece a Lionel Messi.

La Pulga fue de mayor a menor en este certamen. Llegó a Chile tras ganar la Champions League, consiguiendo así la triple corona con Barcelona. Si bien su rendimiento no fue el que mostró con el equipo español, fue siempre importante para la selección: por él pasa la pelota, se lleva marcas y colaboró con un gol en el primer partido. Sin dudas que siempre se espera lo mejor de Lio y, ahora en las definiciones mano a mano, será vital para la suerte de la selección.

Otro beneficiado en estos tres partidos fue Sergio Agüero. El debate previo era quién debía ser el nueve de la selección. El Kun, Higuaín y Tevez, los candidatos. Los tres llegaban goleadores y figuras de sus equipos, pero fue el hombre de Manchester City quien ganó esa carrera y lo demostró en la cancha que la decisión fue acertada con dos goles. Ni el tanto que marcó Higuaín el sábado pone en duda la presencia de Agüero en los cuartos de final, quien aprovechará estos días de descanso para ponerse a punto desde lo físico luego del golpe que sufrió con Uruguay, que lo dejó afuera ante Jamaica.

El gran déficit de esta selección es su poca efectividad. Genera situaciones, varias por partido, y pese a tener a varios de los mejores delanteros del mundo, no logra concretarlas. Apenas marcó cuatro goles. Este es uno de los puntos que más preocupan al entrenador. Contra Jamaica se vio muy claro: los palos no ayudaron, el arquero respondió bien, pero el equipo desperdició jugadas claras para marcar. Aquí también hay que destacar la posición de Pastore, quien suele arrancar explosivo y conectado, pero sus actuaciones se van diluyendo a medida que avanza el partido.

Con los cambios, Gerardo Martino tampoco encontró respuestas a los problemas. Ante Paraguay ingresaron, juntos, Higuaín y Tevez por Agüero y Pastore. El equipo quedó partido. El DT buscó liquidarlo por la potencia de sus delanteros, pero se lo empataron. Contra Uruguay encontró equilibrio cuando entró Banega en lugar de Pastore, más Tevez y Pereyra, que le dieron algo más de control. Ante Jamaica apareció Pereyra, quien aportó poco. Lo mismo sucedió con Tevez y Lamela, por Higuaín y Di María: entraron pero sufrieron la parsimonia del equipo.

La selección tendrá varios días de trabajo para mejorar algunos aspectos y potenciar otros. Recién el miércoles por la tarde, el día que Lionel Messi cumplirá 28 años, viajará a Viña del Mar para entrenarse allí el jueves y jugar el viernes ante Colombia, un rival que dará poco margen para cometer errores.

tb/at