Gimnasia y Huracán igualaron 2 a 2 en un entretenido partido en La Plata

Las emociones llegaron rápido en el partidazo que brindaron Gimnasia - Huracán por la Superliga que finalizó 2 a 2. Cuando algunos hinchas todavía entraban al estadio (seguramente por culpa del Superclásico). En el primer avance a fondo del partido, el Globo le propinó un sopapo al Lobo que -en ese momento- pareció letal por el esfuerzo que venía de hacer el Tripero en la Copa Argentina. Sin embargo, la certera definición de Auzqui tras un mal cierre de Guiffrey era apenas el comienzo de un encuentro llamativamente abierto. De hecho, Gimnasia empardó las acciones enseguida con un preciso cabezazo de Silva a colocar.

Después del empate, los dos equipos ajustaron marcas y las grietas desaparecieron. Si bien ninguno se conformaba con la igualdad, las defensas hallaron solidez; al menos por un rato.

En el complemento, nuevamente los espacios. En una orilla y en la otra. El Lobo dispuso de dos oportunidades para desnivelar, con Tijanovich y Hurtado, pero Marcos Díaz desactivó ambos remates.

Unos minutos más tarde, Toranzo inclinó el juego para Huracán con una linda definición de primera para finalizar de la mejor manera un centro-pase de Gamba. Otra vez, daba la sensación de que el elenco de Alfaro se abrazaba a la victoria.

Nada de eso. Gimnasia, con un amor propio fenomenal, igualó enseguida gracias al oportunismo de Comba que empujó de cabeza tras una atajada del arquero Díaz.

¿Y ahí se enamoraron del empate? No, para nada. Los dos conjuntos fueron por todo. El inconveniente fue que ya no tuvieron inventiva.

Resultó, en definitiva, un empate entretenido que los dejó insatisfechos. El Globo, una vez más, no pudo cerrar un triunfo (como le había ocurrido ante Defensa y Justicia); el Lobo se quedó con las ganas de diluir la tristeza que le provocó la final contra Rosario Central.

Más allá de los lamentos, el 2-2 fue un acto de justicia: los dos hicieron méritos como para ganarlo, los dos se equivocaron como para perderlo.