Historias de esfuerzo, con el León sobre la piel
Cerca de 2500 corazones latieron a su ritmo; reseñas de un viaje que costó, como mínimo, US$ 3400; los hinchas les ponen pasión a todos los rincones
ABU DHABI (De un enviado especial).- Cerca de 2500 corazones laten al unísono, con armonía, y el eco llega a 13.500 kilómetros, a la misma La Plata, al punto cumbre de 1 y 57. Ruge el León, y no hay domador que pueda con él. Ni látigo ni banquillo. Son horas en las que los Emiratos Arabes se sorprenden y descubren el amor por los colores en cada esquina de la pulcra ciudad en la que no vuela un papel. Todos ya saludan al club, su club, que ya está entre los dos mejores del mundo.
La gente de Estudiantes llegó a esta ciudad de mil modos distintos. Vía Brasil, vía Londres, vía Madrid, vía Fráncfort, vía París, después de quién sabe cuántas combinaciones y horas en vilo. Cada una de las hojas de ruta fue válida para seguir el estremecimiento de la pasión. Muchos dejaron sus trabajos, sus familias y hasta gastaron los únicos ahorros por una camiseta blanquirroja.
Hay historias de esfuerzo y convicción detrás de cada presencia, en cada butaca del estadio que aplaude a sus gladiadores contra los coreanos. Son incondicionales. El viaje más económico a Abu Dhabi fue de US$ 3400, incluidos los pasajes aéreos, seis noches de alojamiento en un hotel tres estrellas y las dos entradas.
Aquí se mueven en grupos y con soltura. Gastan según sus posibilidades, porque no es un lugar barato. Una comida rápida en un shopping cuesta entre 10 y 15 dólares; además de las papas fritas y las hamburguesas, sale mucho el pollo con arroz o fideos como minuta, más una gaseosa chica. Si se busca la comodidad de algún restaurante, no se desembolsan menos de US$ 45, según la comida, con plato principal, una bebida sin alcohol y sin postre. Los viajes en taxi se pagan según la distancia y, por lo general, salen entre 15 y 25 dólares.
Casi todos eligen platos con pollo y vegetales. La carne es más cara. Y, claro, no faltan las quejas porque la comida es bastante picante. Por más que en los menús no figure el dibujo del ají colorado que advierte del "peligro". Hay cantos en la ciudad, pero no demasiados, porque aquí la policía es muy estricta y está atenta a cualquier desmán.
La mayoría aterrizó en los Emiratos entre el sábado pasado y ayer. Por recomendación de las agencias de turismo, muchos se hospedaron en Dubai, donde son mayores las atracciones. Y sólo recorren los 135 kilómetros que los separan de esta ciudad los días de los encuentros.
Sobresalen. Parecen más, muchos más. Se los ve por muchos lados. Todos con las camisetas. En las playas públicas o en la imponente Gran Mezquita; cerca del Emirates Palace o en pleno centro, entre avenidas de doble mano y con tres o cuatro carriles por vía. Son aquellos cuya única identidad es ser del Pincha. "Este es un momento único. Postergué a algunos clientes y me vine para acá, porque no podía perderme este torneo. Es algo histórico y muy emocionante", dice Claudio, abogado, de 28 años.
Saltan, cantan y bailan en la puerta del estadio Mohammed bin Zayed, donde se acercan en varios ómnibus. Le ponen una bufanda con los colores del club a un hombre de túnica que sonríe. Ellos arman su fiesta. Arremete Mónica, empleada, de 46 años: "Pedí las vacaciones en esta época para venir a alentar. Todo vale por Estudiantes. Este equipo nos dio mucho y teníamos que estar acá". Dentro del estadio parecen más y se animan. "Somos locales otra vez." "Estuve en la final de la Copa y ese día prometí que estaría acá. No podía fallar. Es un día único. Pase lo que pase, siempre vamos a recordar este momento. Mi esposa, Marcela, no estaba muy de acuerdo con el viaje, pero bueno?", agrega Santiago, de 34. También están los más conocidos, como el abogado Fernando Burlando o la conductora Lara Bernasconi; también el ex futbolista Gastón Córdoba.
El primer gran estallido se produjo en el calentamiento de los jugadores dentro del campo y el saludo hacia la gente. Se clamó por Verón, se ovacionó a Boselli, se vivó a Braña. En el fondo, a todos. Es un momento especial porque en una platea está la mayoría de los familiares de los jugadores, que llegaron ayer a la ciudad. Hay calor, hay emoción. Vale todo por Estudiantes. La distancia no entiende de postergaciones.
Las sensaciones se mueven a ras del pasto, con el ir y venir de la pelota. Se vibra. Se palpita en La Plata. Se juega con coraje y se grita hasta el último aliento. En el desierto también se encuentran leones. Abu Dhabi ya sabe de eso.
- Problemas con tres fanáticos en el aeropuerto
No toda la gente de Estudiantes llegó con tranquilidad a los Emiratos Arabes. Ayer fueron deportados tres hinchas, que serían familiares, porque uno de ellos habría tenido drogas. La información fue bastante hermética. No se informaron los nombres, pero sí que se les habrían retenido los pasaportes durante unas horas y que habrían sido enviados de vuelta a la Argentina.
Festejos... e incidentes
En la ciudad de las diagonales, los festejos se centraron en 7 y 50. Y al margen de los festejos, varios incidentes, con gases lacrimógenos incluidos, dejaron un saldo de cinco policías heridos y seis detenidos.
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