Huracán - Argentinos, por la Copa Diego Maradona: un golazo de Romero mantiene la ilusión del Bicho
Un gol de Matías Romero en el segundo tiempo hace soñar a Argentinos Juniors, que venció 1-0 a Huracán en Parque Patricios y prolonga su ilusión en la Copa Diego Armando Maradona. El sábado, el Bicho se jugará su chance de estar en la final frente a Boca, en su estadio.
Se enfrentaron dos equipos con características diferentes y urgencias comunes. Tanto Huracán como Argentinos Juniors precisaban la victoria para seguir en carrera. En horas de trabajo y conocimiento, el Bicho lleva mucho más recorrido que el Globo, el primer equipo con el sello de Israel Damonte. Por eso, los de La Paternal mostraron su ADN desde el primer minuto: pelota al piso, pases rápidos, triangulaciones y Gabriel Hauche, un histórico, como futbolista más peligroso.
El golazo de Matías Romero
#CopaMaradonaEnTNTsports | ¡De otro partido! Matías Romero controló bárbaro para sacarse de encima a Rolón y luego metió un zapatazo tremendo para abrir el marcador en el Ducó. ¡Qué misil!Huracán [R] Argentinos pic.twitter.com/sFxTl6O1gk&— TNT Sports LA (en [R]) (@TNTSportsLA) January 5, 2021
Huracán, en cambio, era mucho más vertical en sus intenciones: Andrés Chávez, capitán y referencia ofensiva, era el encargado de terminar todos los ataques. Donde Argentinos tenía elaboración, el Globo salteaba líneas y buscaba a su faro de ataque. La jugada más clara, sin embargo, fue un mano a mano que el arquero del Globo, Facundo Cambeses, le tapó a uno de los mejores el encuentro, Diego Sosa.
En el segundo tiempo, Matías Romero, reemplazante de Gabriel Florentín, una de las piezas más importantes del ataque visitante, armó un gol de antología. Con un toque suave se deshizo de la marca de Esteban Rolón, y con un disparo rotundo de derecha se llenó el empeine de gol y clavó la pelota lejos del alcance de Cambeses. El gol equivale a jugarse las chances de estar en la final contra Boca. En el estadio Diego Armando Maradona, y por la copa que lleva el nombre del máximo ídolo del club. Casi nada.
Argentinos justificó el triunfo. Lo hizo en los moretones que tuvieron sus dos defensores centrales, Miguel Torrén y Carlos Quintana. En la seguridad de su arquero Chaves, en la velocidad de un endemoniado Juan Román Pucheta (un joven de una voluntad encomiable y una gambeta indescifrable) y en los arranques de Diego Sosa. La suma de sus individualidades fue más que las del conjunto de Huracán, que sin embargo tuvo el gol dos veces en el arranque del segundo tiempo: Kevin Mac Allister emuló uno de los cierres que solía hacer su padre, Carlos, y ahogó el grito de Civelli. Más tarde, Juan Fernando Garro tuvo una posibilidad inmejorable, pero definió mal. Fue su última participación en el encuentro, ya que debió salir lesionado por un problema en su rodilla derecha.
La última jugada fue una instantánea del partido. Quintana corrió a Briasco por toda la cancha. Terminó contra el banderín del córner, cerca de su arco. El de Huracán lo golpeó sin querer y el defensor concluyó en el piso, tomándose el rostro. El pitazo del árbitro, Andrés Merlos, desató el festejo de sus compañeros y del entrenador, Diego Dabove. Argentinos llega a la última fecha con chances de estar en la final. No es poco.