Superliga. Independiente ganó frente a Aldosivi, y se ilusiona con jugar la Copa Sudamericana
Independiente está en período de pruebas, de barajar y dar de nuevo. A años luz de la lucha por el torneo y también lejos de los puestos que clasifican directamente a la Libertadores, la pelea por entrar a la Sudamericana 2020 suena a objetivo menor, y Ariel Holan habla sin miramientos de reconstruir, aunque todavía los puntos en juego tengan valor de cara al futuro.
Por eso, entre lesiones (Romero, Bustos, Molina) y bajos rendimientos (Benítez, los dos Silva), el técnico que ahora divide opiniones en la parcialidad del Rey de Copas -la mención de su nombre genera mayoría de aplausos, pero también se oyen silbidos y los cantos dedicados a su figura llevan varios meses archivados- mueve más fichas que de costumbre.
Esta vez los cambios vinieron por afuera. Pizzini y Menéndez ocuparon las alas, mientras el paraguayo Domínguez fue ese 9 "líquido" al que lo obliga la ausencia de un verdadero conocedor del puesto.
Al experimento le costó un cuarto de hora largo y aburrido para empezar a dar frutos. Ocurrió cuando Pablo Pérez aprovechó que Alan Ruiz desarmaba el mediocampo del equipo marplatense para perseguir a Nico Domingo por todo el campo, y comenzó a hacerse dueño de la pelota, mientras Sánchez Miño comenzaba a abrir un surco por la izquierda. Durante un buen rato, de los pies del ex capitán de Boca surgió lo mejor, e Independiente se abocó a su trabajo habitual: desperdiciar ocasiones. Pizzini, Domínguez y Ménendez tuvieron el gol. Ninguno acertó.
Aldosivi llegó al Libertadores de América salpicado de ex jugadores del Rojo. Leonel Galeano y Lucas Villalba entre los titulares; Fabián Assman y Matías Pisano -lejos, el más reconocido con aplausos por los hinchas- fueron sufrientes protagonistas de los años que derivaron en el descenso y el paso por la B Nacional y conocen como nadie los murmullos que bajan de la tribuna cuando al local no le salen las cosas. Saben que solo es cuestión de resistir los momentos difíciles y esperar que aparezca la impaciencia para tener chances en Avellaneda.
El Tiburón gozó de su cuarto de hora después de los 30 y perdió su ocasión en un cabezazo de Galeano que tapó abajo Campaña. Lo pagó caro. Sobre el cierre del primer tiempo, Independiente armó la jugada más trenzada y paciente hasta entonces y, por una vez, encontró un buen remate en el área con el derechazo colocado de Menéndez.
El complemento mostró la dificultad que implica hacer pruebas en pleno torneo. Ingresó Iván Colman en Aldosivi, y su capacidad para juntar líneas le pegó un volantazo al duelo. El conjunto marplatense se adueñó de la pelota y comenzó a hacerla circular con una precisión inexistente en los 45 iniciales. Su problema fue la falta de final. Por algo lleva apenas dos goles convertidos en 2019.
De hecho, las mejores ocasiones de la etapa fueron locales a puro contraataque, a pesar de que su juego empeoraba por minutos. El excesivo individualismo de Domínguez dilapidó la mayoría de ellos y dejó el resultado en el alambre hasta que sobre la hora decidió que pasarla a un compañero podía ser un negocio y Hernández cerró la noche.
Para entonces, varias cosas ya habían quedado en claro. La tribuna había expresado sus filias y fobias (la silbatina que recibió la entrada de Francisco Silva fue muy elocuente). Pizzini y Menéndez enseñaron que están apenas para ser soluciones transitorias. Al equipo no le sobra fútbol y sigue faltándole gol. Y sobre todo que las pruebas, siempre válidas, sirven contra rivales tan inocuos como Aldosivi. Ante empresas mayores, este Independiente en reconstrucción necesitará bastante más.
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