Independiente y Barracas Central igualaron en un partido marcado por una gran polémica: ¿hubo un penal no sancionado para el Rojo?
En Avellaneda, el conjunto dirigido por Julio Falcioni salvó un punto en el final, tras ponerse en ventaja y quedar 1-2 en el inicio de la segunda etapa
Independiente y Barracas Central empataron 2-2 este miércoles en el Estadio Libertadores de América, en un partido correspondiente a la fecha 25 de la Liga Profesional Argentina. En un encuentro cambiante, con un ambiente díscolo y con una polémica por una mano en el área del equipo visitante que no tuvo revisión junto al campo de juego, la igualdad fue lamentada por ambos conjuntos, que atraviesan un momento adverso en el torneo y se despidieron de la posibilidad de pelear por un cupo en la Copa Sudamericana 2023.
En el inicio, los locales asumieron el protagonismo y construyeron varias situaciones de peligro. Pronto, Rodrigo Saracho supo que no iba a tener una jornada tranquila. De hecho, en poco más de un minuto salvó dos veces a su equipo cuando todos se estaban acomodando. Primero, le sacó al córner a Gabriel Hachen un fuerte remate junto a un palo. Luego, salió rápido y le achicó a tiempo a Juan Cazares. Entre revolcones, incluso, debió ser atendido por un golpe en una mano.
No obstante, el Rojo no puede dejar de pasar sustos innecesarios. Dos salidas en falso desde el fondo generaron el primer par de ocasiones para Barracas y una tarjeta amarilla para Marcone por una falta al límite. El tiro libre de Valenzuela se fue apenas desviado.
Y allí se ilusionó el Guapo, que se animó, buscó por izquierda y obligó al otro arquero, Milton Álvarez, que puso las manos para tapar dos veces ante definiciones cruzadas antes de la media hora.
De tener la hegemonía en el juego, pasó a ser un intento de golpe por golpe. Independiente mutó en un equipo partido, sin garantías atrás pero llegando con varios futbolistas al área rival. Y Álvarez volvió a volar para evitar el gol de Valenzuela, que buscó desde media distancia, con potencia.
Lo mejor del empate en Avellaneda
La respuesta del local fue la apertura del marcador, con Cazares definiendo con algo de fortuna. El delantero recibió el pase al medio de Alex Vigo, pifió cuando quiso impactar de primera y eso desairó a su marca, pero la pelota le quedó servida al ecuatoriano para sellar el 1-0, sin oposición.
Alan Soñora tuvo el segundo gol en tiempo de descuento de esa etapa. Cuando estaba listo para fusilar a Saracho apareció Brian Calderara para cruzar la pierna y evitar lo que parecía irremediable ante la soledad con la que había ingresado al área el número 10, que optó por controlar el balón antes del remate. El lamento sería mayor segundos después: Barracas encontró facilidades para avanzar, Juan Manuel Vázquez recibió un pase entre tres rivales adentro del área, giró y definió al primer palo para establecer el 1-1, ante defensores que se buscaban con la mirada tratando de obtener explicaciones.
Las cosas empeorarían para el conjunto de Avellaneda en el comienzo del segundo tiempo. Barracas lo dio vuelta a los 7 minutos, cuando Cristian Colman ganó en lo alto en un centro y estampó el 2-1, de cabeza. El delantero saltó entre dos rivales y resolvió junto a un palo.
El Rojo no reaccionaba y el público comenzó a impacientarse. Llegaron desde todos los rincones los reclamos hacia los jugadores, algunos silbidos, el murmullo ante la falta de respuestas... y la bronca por una mano en el área de Barracas que el VAR dejó pasar sin siquiera incluir la posibilidad de que el árbitro Pablo Echavarría, que dejó seguir la jugada, observe las imágenes junto al campo de juego. El remate de Rodrigo Márquez había pegado en el brazo de Braian Salvareschi.
¡Atención! El árbitro Pablo Echavarría y el VAR coincidieron: esto NO fue penal para Independiente. ¿A vos qué te parece?
— SportsCenter (@SC_ESPN) October 12, 2022
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El enojo pareció tocarle el amor propio a los locales, que empezaron a buscar con más empuje que ideas. Y en un centro, Iván Marcone entró por detrás de todos para conectar de cabeza, de pique al suelo, y devolver la igualdad al encuentro. El 2-2 aplacó los ánimos, que estaban en ebullición. Y la reacción generó alguna ilusión.
El final fue desprolijo, entre protestas, pelotazos y un silbatazo final que llegó antes de cumplirse el tiempo, justo cuando Barracas tenía un tiro libre a favor y la mayor parte de sus jugadores esperaban el lanzamiento en el área. Echavarría decidió que ya había sido suficiente. Y el sueño de acceder a la Sudamericana se terminó para los dos equipos.
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