Independiente-Gimnasia, por la Superliga: el Lobo festejó en la última pelota, alegró a Maradona y frustró al Rojo
Fue un acto de magia. En ese botín de Eric Ramírez no estaba Ramírez. En esa escala que hizo la pelota en Sánchez Miño no hubo un desvío; más bien se trató de una genialidad, de una gambeta eterna del ídolo supremo. Si no, no se entiende. El partido se iba, el cero a cero estaba amurado con firmeza. Ya se consumía el tiempo agregado y ni Independiente ni Gimnasia encontraban la llave del desahogo. Hasta que ese tiro del final le salió a Ramírez. Y se derrumbaron los locales y se abrazaron hasta el cielo los visitantes con Maradona. Un final con un guión extraordinario para un partido que había sido decididamente de vuelo bajo.
Después de las emociones, después de esa cumbre entre próceres Rojos y Maradona, llegó la hora del juego. De un lado, las necesidades de Independiente; del otro, las urgencias de Gimnasia. Y quizás haya sido por esas influencias insoslayables que genera el aura de Maradona, lo cierto es que de entrada no quedó claro de qué lado estaban ubicadas las mayores desesperaciones.
Porque Independiente no hacía pie con claridad y porque Gimnasia, acosado por ese descenso tan temido, no salió a esperar. Le propuso al equipo de Lucas Pusineri una pulseada franca en la mitad de la cancha. Y en ese contexto, antes de los 20 minutos, Matías Pérez García se soltó y llegó dos veces a posición de gol.
El gol del Lobo en el final
Claro, Gimnasiahabía llegado a Avellaneda con la palidez que otorgan las desazones. Arrancó 2020 con tres empates y una derrota, la de la fecha pasada ante Central en Rosario. La que puso en jaque la continuidad de Diego como técnico del equipo.
Pusineri metió mano en el equipo después de aquel empate sufrido con Arsenal. El uruguayo Gastón Silva por el suspendido Alexander Barboza, el paraguayo Cecilio Domínguez por Brian Romero, Lucas Romero por Carlos Benavídez y Domingo Blanco por Diego Mercado. Además, no podía contar con Leandro Fernández, el hombre de los últimos goles (contra Fortaleza por la Sudamericana y ante el equipo de Sarandí), expulsado después del festejo postrero frente a Arsenal. Pero no tenía excusas Independiente. Después del mazazo que recibió de parte de Racing, el triunfo exiguo contra los brasileños no pudo disimular el bajón anímico. Ni hablar del punto rescatado ante Arsenal sobre la hora. Son días de intemperancia en Independiente. Y así empezó la noche de este sábado apenas rodó la pelota: con las impaciencias haciéndose sentir desde todos los costados.
Y fue creciendo la tensión, desde luego, a medida que se consumió la segunda etapa. Cuando ingresó Braian Romero por Cecilio Domínguez, con media hora de juego todavía por delante, Independiente ya era un manojo de voluntades dispersas. Aún así empujaba a Gimnasia y al menos se acercaba a los dominios de Jorge Broun, algo que no había hecho en el primer tiempo.
El resumen del partido
Como el empate no era buen negocio para nadie, se abrió el partido a medida que se fueron consumiendo las últimas imágenes de la noche. Ya no hubo tanto equilibrio de fuerzas y tantos recaudos en el medio. No, al contrario. Se transformó en zona franca. Hasta que Gimnasia se llenó la boca de gol.
Independiente tendrá el jueves, en Fortaleza, una nueva chance de levantarse y volver a andar cuando intente seguir con vida en la Copa Sudamericana. Mientras tanto, sigue envuelto en pesadumbre. Para colmo, antes del partido aparecieron panfletos pro Moyanoapuntando a eventuales opositores para las elecciones que serán en… diciembre de 2021. Lo de Gimnasia pasa por otro lado. Su primer triunfo del año tuvo la mística que lo invita a creer.
Más leídas de Fútbol
Alianza UEFA-Conmebol. La terna argentina que representará al arbitraje sudamericano en la Eurocopa 2024
"Tienen mentalidad ganadora". El hombre que reemplazó "al Michael Jordan" del Sevilla, pone a Gallardo entre los mejores y admira a los argentinos
En Asunción. Cuándo juega Libertad vs. River Plate, por la Copa Libertadores 2024: día, hora y TV