Javier Zanetti: “Sólo la transparencia puede rescatar al fútbol argentino”

Activo menos pasivo, igual a patrimonio neto era todo lo que me acordaba de contabilidad…Ya era hora de volver a agarrar los libros”. Javier Zanetti no vive de recuerdos ni persigue privilegios. Podría descansar en la leyenda, podría decir que su estatua que custodia uno de los salones del estadio Giuseppe Meazza es aval suficiente para ser el vicepresidente de Internazionale. No. Entonces, varios días en la semana estaciona sobre la via Roberto Sarfatti y concurre a las aulas de la Università Commerciale Luigi Bocconi, en Milano. Alumno aplicado, jura, del segundo año de la carrera de finanzas, marketing y management deportivo, el lateral histórico del seleccionado argentino está tan obsesionado con la capacitación como entusiasmado con el mundo del fútbol… lejos de las canchas.

Ya siente que entiende todo en inglés, por eso refuerza las clases para animarse a tomar la iniciativa con más frecuencia en las charlas. Dos días acude a la Pianettina, el centro de entrenamientos de Inter, y otros tres ocupa su oficina en la sede del club, sobre Corso Vittorio Emanuele II. No extraña nada del futbolista. Sólo sufre la vestimenta dirigencial… lo asfixian los trajes. Pero se adapta: “En el auto siempre llevo camisas de repuesto…, una sola te la podés manchar…”, describe casi como un toc. Y si el ritmo del futbolista es frenético, el dirigente viaja más que antes. “Tengo la valija siempre pronta –se le filtra el italiano–, quizá de un día para el otro tengo que salir para China”, cuenta… Y es verdad: este año ya viajó cinco veces al gigante asiático. Hace algunas horas jugó un picadito con amigos en Talleres de Remedios de Escalada, y ahora está en Nueva York. El vicepresidente retomó las funciones con la pretemporada nerazzurra.

–¿Cuál es tu capital ahora que ya no corrés y corrés en una cancha?

–Que mi apellido esté vinculado con honorabilidad, credibilidad y confianza. Siento que me gané el respeto del ambiente. Y eso también lo percibo con la fundación, porque la gente confía en lo que yo hago, sabe que todos los fondos que se consiguen con las galas, las subastas y los partidos benéficos son bien destinados. Todo está a la vista. Y precisamente hoy, como está de contaminado el mundo del futbol, ese crédito no te lo regala nadie. Yo me lo gane y ahora trato de mantenerlo. Y desde mis valores, contribuir para un fútbol mejor.

–¿Qué descubriste como dirigente que no te imaginabas?

–Cuando jugaba, para mí todo terminaba con el partido. Ahora aprendí que para que funcionen esos 11 que entran en la cancha hay una organización que debe ajustar todos los detalles para que esos 11, precisamente, sólo tengan que jugar. Siempre supe que los méritos debían repartirse en mucha más gente que los que entrábamos a una cancha, pero nunca pensé que era tan complejo…. Parece mentira, pero si alguien se equivoca en algo, puede derrumbarse todo. Hay un montó de cosas por hacer, el fútbol tiene mucha dinámica, ofrece muchas facetas. Empecé una nueva etapa, una nueva vida. Arranqué de cero otra vez, después de los 40 años. Otra gente, gente de todo el mundo, miradas diferentes en medio de reuniones importantes. Ahora veo el fútbol desde otro lugar.

–¿Imagino que en una reunión con accionistas de Inter querrás que te escuchen por quién sos y no por quién fuiste?

–El jugador terminó. Siempre me va a acompañar el recuerdo de aquel que fui, pero hoy espero que me escuchen por los nuevos conceptos que puedo proponer. Que estén convencidos de que lo que digo puede ayudar a que el club crezca.

–¿Qué dirías que hay que hacer para que el fútbol no sea deficitario?

–Va en la gestión. Ser eficientes, ordenados, prolijos y creativos. Los ingresos de la TV son importantes, pero no podés depender sólo de eso. Por eso hay que avanzar y aprender sobre marketing, sobre la comercialización de la imagen, abrir academias por el mundo, no dejar de explotar la marca con ingenio… Y además, en el caso de Inter, es muy importante entrar en la Champions League, te da otra visibilidad, se suman sponsors…

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Gianni Infantino quería que el muchacho del póster liderara la refundación del fútbol argentino. El presidente de la FIFA, fanático interista, le propuso a su admirado Javier Zanetti que encabezara la comisión regularizadora que intentará gestionar una nueva AFA desde las ruinas. Los compromisos del hombre que más veces lució la camiseta argentina, su agenda cada vez más apretada como vicepresidente de Inter, frenaron el proyecto de Infantino. Pero quedó una puerta entreabierta: la FIFA sueña con Zanetti de garante, quiere que su buena imagen de alguna manera sobrevuele los nuevos tiempos.

-¿Por qué no integraste la comisión regularizadora?

–Para asumir un rol tan importante uno debe estar en el día a día, hay que dedicarse al 100%. Y yo hoy estoy muy bien en el Inter, me gusta lo que hago, ocupo una función importante, Inter es mi casa y quiero seguir ligado a mi club. Esto no quita que, si desde afuera puedo dar una mano, la daré, pero no integrando una comisión que definirá nada menos que el futuro del fútbol argentino. Esa responsabilidad exige un compromiso absoluto.

–¿Cómo ves que se está reorganizando el fútbol mundial después FIFAgate?

–Detrás de la crisis se abrió un momento de oportunidades. Todos estos escándalos obligan a volver a cero. En el fútbol hay cientos de intereses y ya es hora de volver a su esencia…, pensar primero en el deporte y después en los negocios que se pueden hacer con él. Yo no estoy en contra del negocio, sólo digo que es momento de reubicar las prioridades. Y para eso es clave que al fútbol lo maneje gente que primero piense en el deporte; después vendrá lo otro. En Europa y en la Argentina; acá se tocó fondo y hay que reconstruir desde abajo, y para eso se necesita gente que no tenga intereses particulares y piense exclusivamente en el bien del fútbol argentino. Sólo la transparencia puede rescatar al fútbol argentino.

–¿Existe esa gente?

–Insisto: el único interés tiene que ser el bien del fútbol argentino. Si los que gobiernan piensa y actúan así, el resto viene solo. Contagian. El fútbol es un negocio, pero como cualquier negocio que busca ser redituable, debe estar bien administrado y debe ser transparente esa gestión. Que la gente pueda ver que lo que hacés es por esto, por esto y por esto.

-¿Cómo es tu relación con Infantino?

–Mi relación es muy buena, yo hice muchas cosas con la UEFA cuando él estaba ahí. La nuestra es la relación de dos tipos que aman el fútbol y que miran el fútbol desde la decencia y la superación. Infatino tiene muy claro el valor de la responsabilidad social que encierra el fútbol, sabe que desde su popularidad es una herramienta fundamental para hacer muchísimas cosas. Infatino quiere imprimirle un costado sensible y benefactor le devolverá credibilidad a la FIFA. Hay grandes ideas en la FIFA y ahora hay que concretarlas.

–¿Como observan desde Europa lo que ocurre en la AFA?

–El hecho de que la FIFA haya mandado una comisión para regularizar la AFA es observado con mucha preocupación. La Argentina es una potencia mundial, entonces despierta sorpresa y confusión que lleguen noticias tan negativas. Ya es tiempo de que la Argentina le de otro mensaje al mundo. Mucha gente me pregunta, cuando menos desde la curiosidad: ¿cómo puede ser que la Argentina haya caído hasta donde cayó? Dejá de lado las finales perdidas… todos apuntan a Messi y las potencialidades de los demás grandes jugadores, entonces no les cierra el contraste. Lo primero que intento es que no relacionan una cosa con la otra, son dos mundos diferentes.

–¿Y cómo se los explicás?

–Es dificilísimo. Pero indudablemente redundo en los malos manejos que hubo, pero a la vez tengo que tener cuidado porque, sinceramente, no puedo juzgar a la gente que estuvo antes… Ahora buscar responsables no sirve de nada, ahora hay que asumir la responsabilidad para salir de la crisis. Ir para atrás… de qué ayudaría?

–¿Y también te preguntan por qué la selección hace 23 años que no gana ningún título?

–A mí me pasó, yo soy un fracasado más… No pudimos en aquel momento y no podemos ahora… Pero yo no me quedo con los 23 años, porque en todo este tiempo hubo varias finales que merecimos ganar, como también otras las perdimos muy bien. Pero ya sé que lo que digo…, ¿cómo hago para explicarlo en un país exitista como el nuestro? No puedo entender cómo hay gente que todavía discute a Messi, no puedo, no lo puedo entender. Yo, que tengo la suerte de viajar por todo el mundo… ¡no nos damos cuenta lo que Messi significa en el planeta! Todos querrían tener a un Messi en su selección, pero lo tenemos nosotros y no lo terminamos de valorar.

–¿Te sorprendió su renuncia?

–Fue un momento de dolor, de gran tristeza… El, Masche… Seguro pensaron ‘ahora se nos va a dar’... y otro palo, otro palo. Pero va a volver a ponerse nuestra camiseta… y si se va de la selección sin ganar nada, para mi igual va a seguir siendo el mejor del mundo. No se puede analizar la trayectoria de un jugador sólo por si gana o por si pierde. Pero va de la mano de nuestra cultura.

–¿Cómo ves a la selección…?

–Es un momento de gran incertidumbre. Imagino que los jugadores estarán esperando saber quién será el nuevo entrenador, y luego tratar de rearmarse en poco tiempo porque este año quedan seis partidos fundamentales por las eliminatorias. No va a ser fácil… Pero confío mucho en los jugadores, en que puedan hacerse fuertes entre ellos y aislarse un poco de todo lo que llega desde afuera.

–Menotti alertó que sin Messi la selección corre peligro de no clasificarse para Rusia…

–Esa es una gran posibilidad… Primero, por lo que significa Leo futbolísticamente, y además por el ascendente que tiene Leo en el plantel. Pero Leo va a volver, va a volver…

cg