La confianza de Torsiglieri: "Si mantenemos la regularidad de los mejores partidos, va a salir todo bien"

Llegó a Boca en silencio. Nadie lo tenía en su agenda. Es amante de la pesca, disfruta del cine y toca el piano. Sus señas particulares no parecen cuadrar con el corte histórico de un recio defensor del universo xeneize. Sin embargo, fue marcando su terreno sin estridencias. Allí donde se buscan personajes con personalidades potentes, él cambia el paradigma. Sin demasiado ruido, Marco Torsiglieri, de 27 años, demostró que tiene los atributos para quedarse con un puesto que en la Ribera resultó complejo cubrir. Incluso, su nombre parece estar grabado en la defensa de un equipo que tendrá tres compromisos de alta exigencia, porque los clásicos con River acaparan la atención, cortan el aire. En su rostro no se dibuja ni una mueca cuando habla del asunto.

Se restriega las manos cuando habla. No está cómodo con las entrevistas, pero es claro en su mensaje. Admirador de Walter Samuel y observador de futbolistas del estilo de Sergio Ramos o Mateo Musacchio, porque: "Me gustan los defensores rápidos, que arriesgan y que saben salir jugando". Arrancó en Vélez, pasó por Talleres, emigró a Sporting Lisboa, pasó por Almería, en España, y en Ucrania defendió los colores de Metalist Járkov. Diferentes experiencias le curtieron la piel. Dueño de una seriedad que traspasa al interlocutor. Poco convencional, pero ya se adapta al perfil ideal de este equipo. Tanto que el club piensa en hacer uso de la opción de compra de su pase. Torsiglieri parece tener mucho de lo que el hincha boquense necesita.

-Construiste tu carrera en silencio y cuando llegaste a Boca muchos se preguntaban por qué vos, aun cuando sos un jugador con experiencia en Europa

-Siempre fui así. Soy tranquilo. En la Argentina no jugué mucho. Es lindo que pasen esas cosas. Uno puede demostrar que puede estar a la altura.

-Tu llegada a Boca fue para tratar de solucionar problemas en un sector complicado, ¿es una responsabilidad más grande?

-Cuando uno encara una etapa nueva, siempre hay presiones y hay que responder a diferentes expectativas. Acá en Boca trasciende 10 veces más todo. Pero uno tiene que tener calma. Me parece que tuve la suerte de encontrar mucha tranquilidad en la convivencia con mis compañeros y me hace más fácil todo. Tenemos un equipo competitivo y ambicioso.

-Ya se comenta que tenés el estilo justo para Boca, ¿te preparaste de alguna forma en particular?

-No. Llevo varios años en el fútbol, tuve diferentes experiencias antes. Pasar por diferentes situaciones te permite curtirte de otra manera. Hay que rendir y demostrar siempre.

-Parece haber una intención marcada, en el cuerpo técnico en especial, de querer que los jugadores que no nacieron en el club comprendan lo que implica jugar en Boca.

-Es algo que no sólo se inculca sobre los nuevos, sino que también se hace ese trabajo con los chicos que están en el club desde hace un tiempo. Acá la gente exige mucho y es bueno comprender lo que representa jugar en la Bombonera, con la cancha llena. Creo que todos lo entendemos desde el primer momento que llegamos y lo estamos demostrando en cada partido que toca. El cuerpo técnico lo tiene claro, el grupo también y la idea es seguir por este camino. Hay que ser regular para pelear el torneo, que es muy largo, y en la Copa hay que sostener esa característica.

-¿Cómo se asimila algo así?

-Trabajar en la semana, no relajarse, estar hablando constantemente. Hablar con los más jóvenes, estar comprometidos y corrigiendo siempre los errores. Porque en todos los partidos hay errores y hay que aprender de esas cosas.

-¿Son un plantel autocrítico?

-La realidad no se maquilla. Hay que ser sincero. Las cosas buenas o las cosas malas hay que analizarlas. De las cosas malas uno aprende y las buenas hay que saber mantenerlas.

-En ese contexto, ¿cómo se manejan los tres clásicos?

-Van a ser cruces que nos van a exigir mucho y me parece que el plantel está preparado para eso. Sabemos que en el torneo tenemos que mantenernos arriba y en la Copa queremos pasar a la siguiente etapa. Hay que ir partido por partido.

-Parecen no estar tan incómodos con esa presión.

Presiones hay en todos los clubes del mundo. Acá es verdad que se amplifica todo por diez. Pero a mí me gusta jugar con presión, son los mejores partidos para jugar. Todos quieren jugar este tipo de clásicos. Estamos peleando un torneo con la camiseta de Boca y jugando la Libertadores, eso es un privilegio. Yo lo disfruto mucho.

-Tener a Cata Díaz al lado, que Schiavi esté en la reserva, que el técnico haya sido defensor, ¿cuánto te ayuda por tu puesto?

-El Flaco cuando estamos desayunando siempre me habla, analizamos los partidos. También tener al Cata como compañero es muy bueno, porque tiene mucha experiencia. Me parece que nos complementamos bien. Por mi posición, es bueno que gente que ya vivió todo en Boca me brinde su ayuda. En el fútbol siempre se aprender, uno nunca termina de saber. Hay que estar buscando cómo corregir errores, ser consciente de la realidad y si alguien que tiene más vivencias que uno y que ha triunfado en el fútbol te brinda su consejo, hay que aprovecharlo. Es algo perfecto.

-¿El técnico les pide algo en particular como defensores?

-Con el esquema que jugamos los defensores tenemos que saber que en la mayoría de los partidos vamos a jugar mano a mano. Hay que acostumbrarse a jugar así, porque éste es un club grande donde se exige ser agresivo y atacar. Tenemos que estar muy atentos a cada detalle.

-¿Cómo se maneja la ansiedad de estos tres clásicos?

-Son los mejores partidos para jugar, donde te ve todo el mundo. Los clásicos son momentos ideales para quedar en la historia del club.

-¿Cómo se queda en la historia del club?

-Con iniciativa, con agresividad, con tenencia de pelota. Si mantenemos la regularidad de los mejores partidos va a salir todo bien. Nuestra idea de juego es clara y tenemos que lograr que los 11 que entren en la cancha estén al ciento por ciento. No hay misterios.