La Copa Libertadores: el amplio poder de gol de Boca vs. la falta de variantes de ataque de River
MADRID.– A Boca y River los separa una rivalidad eterna. Aunque algunos lo nieguen, lo que hace uno impacta, siempre, en el otro. Esta final en Madrid no será la excepción. Porque a la histórica definición de la Copa Libertadores se le suman una serie de opuestos que pueden ser determinantes mañana, en el Bernabéu.
Ocurre que mientras a Guillermo Barros Schelotto le sobran las variantes para llegar al gol, a Marcelo Gallardo no le alcanzan los dedos de la mano para enumerar a los delanteros disponibles.
Darío Benedetto, Ramón Ábila, Mauro Zárate, Cristian Pavón (al que recuperó para este desquite), Sebastián Villa, Carlos Tevez, Edwin Cardona. El poderío ofensivo xeneize le ofrece a su entrenador las alternativas suficientes como para pensar, probar y evaluar varias opciones antes de decidir cuál de todas utilizar.
De la vereda de enfrente, en cambio, florece la escasez: con Rafael Santos Borré suspendido e Ignacio Scocco prácticamente descartado por lesión, las responsabilidades goleadoras recaen en Lucas Pratto. Porque Rodrigo Mora tuvo un 2018 con escaso rodaje y el desafío es demasiado importante para apostar a todo lo que promete el chico Julián Álvarez, aunque el DT estuvo charlando mucho con él en las últimas horas.
Las campañas de unos y otros fueron idénticas. Ambos ganaron seis partidos, igualaron seis y perdieron el restante. Pero claro, es justamente en los goles donde todo queda más expuesto. Hasta aquí, en 13 juegos, Boca marcó 23 goles y River, 16. Con un dato más que se esconde por debajo de la fría estadística: el conjunto de la Ribera recuperó su poder de fuego de octavos de final en adelante (15 festejos), donde cada tanto se celebra con más fuerza. Y en toda la Copa, solamente no marcó en dos partidos. Por el contrario, los de Núñez señalaron 10 goles después de la etapa de grupos y no pudieron abrir el marcador en cinco encuentros.
"Sabemos que si atacamos hacemos un gol", dijo ayer Guillermo Barros Schelotto, en sintonía con aquello de que a este Boca "se le caen los goles de los bolsillos" que patentó Juan Román Riquelme. Incluso, ante la consulta de la nacion, reconoció que desde que él asumió a hoy el equipo quizás perdió en juego, pero mantuvo su esencia: "No perdimos el espíritu, que es lo más importante. De atacar y ser rápidos a la hora de hacerlo. Eso lo mantuvimos siempre. Con respecto a la tenencia o al juego, la lesión de Gago nos hizo perder eso. Fernando volvió en el semestre pasado, hizo la pretemporada, estuvo jugando y a medida que pasa el tiempo va a ir teniendo más posibilidades de darnos más ese futbol que uno quiere. Mientras tanto el equipo se ha impuesto de una manera más agresiva, más rápida a la hora de atacar y con menos elaboración. Nos dio resultado y opté por eso en los últimos tiempos, por encima de la tenencia y del juego. Pero si hay una característica que tuvo Boca desde que soy entrenador es que siempre ataca y hace goles."
También queda clara la diferencia entre los intérpretes que señalaron los goles de ambos equipos. Mientras los delanteros del club de la Ribera fueron los que acapararon el 91 por ciento de los tantos (Wanchope hizo 5, Benedetto 4, Tevez, Pavón y Zárate 3 y Cardona 2) –más Pablo Pérez y Fabra–, las conquistas de los de Núñez fueron más repartidas, con Pratto (4), Borré (3) y el Pity Martínez (2) como los únicos que señalaron más de una. Las demás: Mora, Mayada, Pinola, Palacios, Scocco y Quintero. Más el de Izquierdoz en contra, en la Bombonera.
Tal vez lo que beneficia a Boca es justamente el gran momento que atraviesan sus dos centrodelanteros. Porque aun cuando todavía extraña la explosión y el desequilibro de Cristian Pavón, tanto Ramón Ábila como Darío Benedetto están encendidos, enfocados. Wanchope tiene el arco entre ceja y ceja, y está convencido de que todo lo puede. Y desde que se reencontró con la red ante Palmeiras, el Pipa tiene una eficacia asombrosa. Entre los dos juegos con el conjunto paulista y la ida ante River pateó cinco veces al arco y marcó cuatro goles. Solo Franco Armani pudo arruinarle el cien por ciento de efectividad con aquella atajada sobre la hora en la Bombonera.
Aunque claro, el hecho de que hayan pasado 28 días entre una final y otra puede alterar y modificar el escenario inicial. "A mí siempre me fue bien cuando jugué contra River en el Monumental, les hice goles", declaró Ábila tras el 2-2 del 11 de noviembre. En el Bernabéu, en cambio, será uno de los que debute ante tamaño coliseo.
El Muñeco siempre sorprende ante Boca con alguna jugada táctica. Una extensa charla entre Gallardo y Julián Álvarez durante el entrenamiento de River en Valdebebas provocó una ola de rumores. Frente a la carencia de alternativas en ataque, ¿es el chico de 18 años la carta que esconde el DT millonario para la final del domingo?
Por lo pronto, el joven delantero surgido en las inferiores trabaja con intensidad junto a sus compañeros. El diálogo es una consecuencia lógica del contexto: sin Borré ni Scocco, es casi un hecho que él ocupará un lugar en el banco de suplentes del Bernabéu.
Tasado en 15.000.000 de dólares, Álvarez debutó en primera división hace un mes y medio, frente a Aldosivi, por la 10° fecha de la Superliga. Y debutó como titular el domingo pasado en el 3-1 a Gimnasia, en el Monumental, donde fue una de las figuras.
El rumor de una posible titularidad del cordobés quedó sólo en ese nivel. Aunque con Gallardo como entrenador, y con Boca enfrente, nunca se puede descartar alguna sorpresa de último momento.