River. La doble urgencia del Káiser

MAR DEL PLATA.- Extraño primer día de trabajo para Daniel Passarella en su regreso a River. El clima no está para arengas demasiado efusivas después de una semana alborotada.

Allí estaba el Káiser, que por la mañana, en una práctica que comenzó a las 9.40 bajo una muy intensa lluvia, apenas repartió algunas sonrisas para intentar quebrar un ambiente de lógica seriedad. Marcelo Gallardo volvió a trabajar con el plantel completo por primera vez desde de la renuncia de Reinaldo Merlo, que lo había señalado como el culpable de su alejamiento.

Son muchas las cosas que hay por solucionar y las urgencias del DT tienen hoy dos direcciones bien definidas. Por un lado, debe recuperar la parte anímica. Passarella sabe que tiene la obligación de cambiarle la cara a un equipo muy golpeado, pero que tiene poco el tiempo antes de los compromisos importantes. Sin ir más lejos, el de mañana frente a Boca. En ese aspecto, el DT dio a entender que Gallardo jugará el superclásico: "Lo vi muy bien a Marcelo, con ganas de trabajar con el grupo y con ganas de jugar. Es probable que esté contra Boca". El Kaiser quiere que su capitán entre a la cancha lo antes posible como para empezar a dejar atrás el escándalo reciente.

Por la tarde se vio a un Passarella más auténtico. Paró un par de equipos en la cancha del predio de Apand y ordenó varios movimientos tácticos. Se lo vio de muy buen ánimo, con energía y activo para marcarles a los jugadores cómo pretendía que sean ciertos movimientos con pelota parada. Gesticuló mucho y ordenó que los ejercicios se repitan hasta el cansancio.

En un momento reunió a los jugadores en un círculo y conversó con ellos durante varios minutos. Luego volvió a la práctica y llamó la atención el grito de los integrantes del cuerpo técnico: "¡Vamos, arriba el ánimo, fuerza!".

El otro gran problema de River es el de los refuerzos. En un plantel sin grandes figuras, se busca casi con desesperación un par de nombres fuertes para jerarquizar el plantel. Hasta aquí, llegaron Paulo Ferrari, el colombiano Juan Carlos Toja y Lucas Pusineri (ayer se entrenó de manera liviana). Se esperan tres o cuatro incorporaciones más. Las mayores dificultades están en conseguir un zaguero.

Ayer se cayó lo del paraguayo Julio César Cáceres, que seguirá en Atlético Mineiro. Los brasileños le pedían a River 500.000 dólares para solucionar la desvinculación del defensor y los millonarios no aceptaron.

Entre los mediocampistas, podría sumarse Hugo Morales (Atlético Nacional, de Colombia), un conocido de Passarella en su época de la selección, pero lo más importante está adelante.

Mauro Rosales, que hasta ayer parecía una utopía, está más cerca. "Desde chico sueño con jugar en River", dijo el futbolista en declaraciones a Rock & Pop. Ajax no estaba dispuesto a cederlo si no era en forma definitiva, pero ahora aceptaría un préstamo. Por eso el representante del jugador, Marcelo Simonian viajará a Holanda para intentar el pase.

Además, el martes llegará al país José Manuel Llaneza, dirigente de Villarreal para definir la venta de Luciano Figueroa (2,5 millones de dólares por el 50% de la transferencia). Con caras nuevas Passarella intentará darle otra personalidad a este River desconocido y que aún no sabe cómo superar su crisis.

22.000 entradas se vendieron para el clásico de mañana; ya no hay populares y sólo quedan plateas

Ortega: "Me sentí usado por todos"

MAR DEL PLATA (De un enviado especial).- Ariel Ortega alzó la voz y se quejó por la manera en que se trató su eventual pase de Newell´s a River. "Me sentí usado por todos. Entiendo que Aguilar (José María, presidente de River) e Israel (Mario, encargado del consejo de fútbol) pueden contratar al jugador que quieran, pero todos los días se oía mi nombre en la radio y aparecía en los diarios y en la televisión. Al final fueron a buscar a otros futbolistas", aseguró Ortega, según la agencia Télam. "Lo que hicieron conmigo no estuvo bien. Primero para mí y después para los hinchas de River y de Newell´s", concluyó.

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