La FIFA puso en suspenso el Sudamericano Sub 17 y le quitó la sede del Mundial a Perú
Desde que Edwin Oviedo, expresidente de la Asociación Peruana de Fútbol (FPF) ingresó en prisión hace dos meses, la agenda del fútbol peruano tembló. Su sucesor, Agustín Lozano, tuvo una maratón de reuniones con la Conmebol y con la FIFA en las que aseguró que podría cumplir con los compromisos asumidos: organizar el Sudamericano Sub 17 (comienza el próximo 21 de marzo) y, en octubre, el mundial de la misma categoría. Sin embargo, la FIFA se hartó de las promesas y despojó a Perú de la cita ecuménica y se la entregó a Brasil, el país del continente con mejor infraestructura disponible.
El torneo continental, sin embargo, todavía está en suspenso. Los responsables de la FPF deben asegurarle a la Conmebol que cuentan con suficientes canchas de pasto natural para poder organizar el certamen. En caso de que las certezas provistas por los peruanos tampoco satisfagan a las autoridades del fútbol sudamericano, el torneo juvenil para futbolistas de hasta 17 años se trasladará a Paraguay.
El comunicado emitido por la federación peruana para anunciar la cancelación del torneo habla de "requisitos impositivos" que no pudieron acordarse como causa principal para que la organización cambiara de país. En rigor, la razón es económica y está relacionada tanto con la situación económica de la APF como con la financiación de la construcción de los estadios y las obras de infraestructura (comunicaciones, transporte, entre otras) necesarias para hospedar un torneo ecuménico. Por más que intentó convencer a sus interlocutores de que llegaría con los plazos, Perú fracasó en el intento.
"Teniendo en cuenta diversos asuntos relativos a la organización y la infraestructura que afectan la adecuada realización del torneo, el Bureau del Consejo de la FIFA ha decidido que la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA no se disputará en Perú", indicó la FIFA, que jamás comunica cuestiones impositivas ni brinda detalles sobre los desencuentros con los comités organizadores de los diferentes torneos.
Una vez que supo que el Mundial se mudaba en Brasil, Perú intentó resguardar el torneo sudamericano. Por la tarde, en los pasillos de la Conmebol se decía que "Argentina, Chile y Paraguay" estaban al acecho para quedarse con el torneo. Los tres tienen las condiciones como para hacerse cargo de una competencia que no exige estadios de primer mundo y que no suele mostrar tribunas abarrotadas de hinchas. En horas de la noche, Perú ya peleaba sólo con Paraguay. Chile y Argentina eran historia. La cuestión debe resolverse pronto: el calendario de la FIFA establece como fecha de comienzo para el torneo el próximo 21 de marzo. Falta menos de un mes y la sede está en veremos.
Una vez que se conocieron los cambios, la incógnita era medir el impacto de la caída peruana. Se trata de un paso atrás del fútbol sudamericano en cuanto a su capacidad de organización. Conmebol había apoyado desde el principio a la iniciativa peruana. Es más, sus dirigentes elogiaban a coro la tarea "revolucionaria" de Oviedo al frente de la FPF. Pero cayó preso. Y ya nada fue igual.
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