El torneo Clausura. La indolencia de Vélez y Banfield, una buena mano para Independiente
El Fortín dejó en claro que sólo lo preocupa avanzar en la Copa Libertadores, y al Taladro le faltó arrojo para acercarse más a los punteros
Por Diego Morini
De la Redacción de LA NACION
No es fácil comprender qué pasó en Liniers. Se suponía que los objetivos debían concentrarse en no perder terreno en la carrera por el cetro del Clausura. Sin embargo, la inexpresiva postura de los interesados dejó de lado cualquier ilusión previa. Ninguna de las dos partes mostró su versión más pulida. Quizá Vélez podrá buscar como excusa eso de haber jugado con mayoría de suplentes y que su atención está en asuntos internacionales. También Banfield podría esgrimir una historia semejante, aunque al recurrir a sus mejores actores resulta aún más inexplicable por qué fue tan tibio cuando pudo haber quedado a sólo dos puntos de la cima. En definitiva, le hicieron un guiño a Independiente.
De un choque entre dos equipos que suelen ser francos en sus propuestas siempre se esperan cosas interesantes. Quizá por eso sorprendió tanta apatía desde los dos costados. Demasiada parsimonia en Vélez para lastimar a un erudito, como Banfield, en eso de saber cómo defenderse y mantener el orden. Extremadamente amarrete eso de apostar a un único golpe por la velocidad que despliegan los hombres que conforman su bloque ofensivo, justo ante un adversario entendido en la materia defensiva.
Sin reacciones colectivas y pocas ideas, el equipo de Liniers intentó manejar la pelota con Somoza y algo de Maximiliano Velázquez. Se quedó sin argumentos el conjunto del Sur cuando Erviti y Quinteros se confundieron entre la fricción del juego. Tal vez por eso Ramírez y Fernández apenas si tocaron un par de pelotas durante la primera parte del encuentro.
Fueron menos indolentes en la segunda etapa. Al menos, Banfield se mostró menos timorato después del descanso. Como si Falcioni hubiera encontrado algo que decirle a su tropa para despertarla de la modorra y que entendiera que estaba dejando escapar una buena chance de mantenerse ilusionada con el título. Es que enfrente estaba el lado B de Vélez, muchos pibes de la casa y un poco de experiencia con Barovero, Somoza y Caruso. Sin embargo, a Banfield no le alcanzó con eso. Tuvo algunas chances como para quebrar la resistencia del rival.
Después de ver que lograba imponer sus condiciones, volvió al libreto de siempre. Nada de tomar riesgos y esperar el error no forzado del rival. Pero el Vélez de los pibes, el que tiene su cabeza en la Libertadores, estuvo cerca de darle un susto cuando apareció la gambeta de Alvarez, una de las joyitas de Liniers.
Muy poco para dos equipos que suelen ofrecer mucho más. Demasiado aburrido para entender que había intenciones de ser protagonistas del torneo.
Las lesiones complican al equipo de Liniers
- La salida del vestuario de Leandro Caruso con molestias volvió a encender la alarma en Vélez. Es que el conjunto de Liniers en el choque por la Libertadores ante Deportivo Italia, el jueves próximo, se jugará el pase a los octavos de final y apenas tiene dos delanteros sin lesiones: Juan Manuel Martínez y Rodrigo López. Esperan que Caruso no integre la lista de lesionados junto con Silva, Zárate y Cristaldo.
LA RACHA
El Fortín domina el historial ante el conjunto del Sur
El conjunto de Liniers mantiene su superioridad sobre Banfield, ya que de los últimos 34 encuentros se impuso en 18 oportunidades, igualaron 12 veces y el Taladro apenas pudo conseguir la victoria en cuatro ocasiones.
LO CURIOSO
Desde 2003 Banfield no puede festejar en Liniers
Para Banfield no es fácil superar a Vélez y mucho menos en Liniers, ya que la última vez que lo derrotó allí fue en el Apertura 2003, por 3-0, con goles de Jorge Núñez, Eduardo Bustos Montoya y Jorge Cervera.
EL DATO
Al Taladro le cuesta ganar cuando está lejos de su casa
A Banfield, sumar tres puntos fuera de su casa no le resulta fácil: acumula cuatro empates (con Atlético Tucumán, Arsenal, Estudiantes y Vélez) y tres derrotas (Godoy Cruz, Newell´s y Chacarita). En esa condición apenas logró un triunfo: en la primera fecha, ante River, por 1-0.
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