La noche de los técnicos fue más feliz para Ramón
River y Boca los volvió a juntar en una cancha después de casi 12 años; el Pelado y Bianchi se mantuvieron a distancia en un duelo que marcará toda la temporada
MAR DEL PLATA.– Una cancha de fútbol no los tenía tan cerca desde septiembre de 2001, cuando River y Boca empataron 1 a 1 por el Apertura que ganó Racing. Más de once años después, en una fresca noche marplatense volvieron a compartir un alto grado de exposición. El que se ganaron en la consideración de los hinchas por ser los directores técnicos más exitosos en la historia de Boca y River. Carlos Bianchi y Ramón Díaz están de vuelta con todo el prestigio a cuestas, con un crédito que excede ampliamente al de cualquier otro técnico que empieza un ciclo. Y también con el desafío de estar a la altura del legado que dejaron.
Por más que se tratara del torneo de Verano, no cabía la indiferencia en este reencuentro de ambos entrenadores. Cercanía que no se zanjó con el saludo que el Pelado dijo que estaba dispuesto a darle al Virrey si se daba la ocasión. Apenas ubicados en los bancos, ninguno de los dos tomó la iniciativa para caminar unos metros y estrecharle la mano a su colega. No fue síntoma de descortesía, sino del frío respeto que se profesan. Históricamente mantuvieron una distancia prudencial, sin entrar nunca en agravios ni provocaciones, pero tampoco sin podrigarse mucho en gestos afectuosos o encendidos elogios profesionales. Alguna vez Ramón se permitió alguna ironía porque Bianchi no es un xeneize de cuna, como él sí es riverplatense desde que empezó a soñar con el fútbol en los potreros de su La Rioja natal.
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Los dos vivieron el clásico con una intensidad e implicación superiores a la que habían mostrado en el debut en este torneo. Bianchi, que ante Racing recién se había parado para indicar un reacomodamiento táctica a la media hora del segundo tiempo, anoche empezó a dar indicaciones a los dos minutos, con el primer córner a favor.
El peregrinar de Ramón entre los límites de la zona técnica y el banco fue continuo. Fue y vino. Los dos también tuvieron alguna queja para con Lunati. Sin llegar al desborde, pero sí para ponerle algo de presión al árbitro.
Al Virrey se lo vio molesto cuando Lunati debió interrumpir el juego por los cantos xenófobos de los hinchas de River. Ramón aprovechó alguna pausa para poner un brazo sobre el hombro de Funes Mori mientras le daba indicaciones. Después, durante el primer tiempo, el delantero estuvo muy cerca del gol en dos definiciones. Y ahí Ramón sacó a relucir su dominio de la escena, al pedirle calma y apoyo a los plateístas que se impacientaron con los remates desviados del delantero que el técnico mantiene entre los titulares, mientras Trezeguet consigue su mejor condición física.
Ramón salió con un camperón de River en el segundo tiempo. Bianchi, fiel a su costumbre, no utiliza la indumentaria deportiva del club durante los partidos. Su atuendo es saco oscuro y camisa blanca.
La primera gran emoción de la noche, el gol de Mora, tuvo por respuesta una sobria contemplación de Ramón y el grito de aliento ("vamos") del Virrey para los suyos. Casi lo mismo ocurrió con el segundo tanto del uruguayo. Fue el primer capítulo de esta recargada agenda de clásicos de verano, que tendrá continuidad en Mendoza y Córdoba. Y luego vendrá el de los puntos de "verdad", por el Finalización. Ramón picó en punta, lo suficiente para incrementar las ganas de revancha del Virrey.
La barra de Di Zeo pudo entrar; la de Martín, no
MAR DEL PLATA (Télam).- La interna en la barra brava de Boca tuvo otro capítulo en el operativo de seguridad, que permitió el ingreso del sector que lidera Rafael Di Zeo, pero que impidió la llegada de los conducidos por Mauro Martín, actual jefe de la barra, que está detenido por una causa en la que se lo vincula con un homicidio.
"Un grupo (el de Di Zeo) ingresó sin problemas porque tenían sus entradas en condiciones, pero el otro (el de Martín) quedó demorado", reveló De Grecco, Jefe de Distrito de Mar del Plata, antes del superclásico. Y amplió: "El grupo de Di Zeo llegó en automóviles particulares, con sus entradas en regla; el otro lo hizo en cuatro micros, con armas y drogas".
Pese a estas declaraciones de De Grecco, no se informaron detenciones, ya que los barras de Martín fueran interceptados en Dolores y devueltos a Buenos Aires, por lo que se impidió un posible cruce entre ambas facciones. Vale destacar que Di Zeo, que busca recuperar el control de la barra, llegó a Mar del Plata, pero sin la posibilidad de ingresar en la cancha, ya que sobre él pesa el derecho de admisión.
Para este clásico, con 33.000 espectadores y entradas agotadas desde hace varios días, el Aprevide dispuso un operativo con 1300 uniformados.
- El debut de Ribair
Carlos Bianchi no lo incluyó como titular, pero cuando River se puso 1-0, hizo entrar a Ribair Rodríguez; para el volante uruguayo fue su debut en Boca. - Fabbro e Iturbe
El vicepresidente Diego Turnes habló sobre los refuerzos que busca River: "No descartamos a [Jonathan] Fabbro y mejoramos la oferta. Y por [Juan Manuel] Iturbe no cambiamos la opinión por cómo jugó en el Sub 20, está todo muy encaminado". - Vuelta a los ensayos
Tras el clásico, Boca regresó a Buenos Aires, y retomará las prácticas mañana, en Casa Amarilla. River retornó a su búnker de Tandil, donde continuará la pretemporada. - Visitas en La Feliz
Rolando Schiavi, ahora jugador del Shanghai Shenhua, de China, pasó a saludar a sus ex compañeros de Boca. Además, Alejandro Sabella, el DT de la selección nacional, siguió el partido desde la platea. - Angelici y Riquelme
El presidente de Boca, Daniel Angelici, se refirió a la negativa de Juan Román Riquelme de regresar a Boca. "Son decisiones personales. No la comparto, y se lo dije en la cara. Le pesó más la palabra que las ganas de volver".
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