La racha que cortó Boca, las que mantiene en la Copa Libertadores y la convicción con la que vuelve Russo
Boca regresa a Buenos Aires con mucha tranquilidad. No es para afirmar que tiene un pie adentro de los cuartos de final de la Copa Libertadores, donde espera Racing, porque está claro que el 1-0 obtenido en Porto Alegre, ante Inter, no es largo, pero sí suficiente para agrandar su confianza de cara a la revancha del miércoles próximo, en la Bombonera. Son muchos los motivos de alegría que se trae en el bolsillo: Primero en principal, después de haber enfrentado a Inter por cuarta ocasión en el Beira Río en competencias continentales, el triunfo tiene otro valor agregado: no sólo convirtió por primera vez sino que sumó además su primer triunfo en ese estadio.
Es que lo cruzó tres veces en la Copa Sudamericana. En el torneo de 2004, el que terminó obteniendo, enfrentó a los brasileños en la semifinal, pero en la revancha, jugada en Porto Alegre, igualó sin goles. En 2005 lo volvió a enfrentar y a eliminar en los cuartos de final, pero el xeneize perdió la ida 0-1. Mientras que en 2008, en esa misma instancia, cayó 0-2 en el primer desquite y luego no pudo remontarlo en casa.
Por otro lado, aunque en el ámbito local perdió el invicto del ciclo Russo con dos derrotas consecutivas como local –frente a Talleres y Lanús– y recibiendo casi la misma cantidad de goles (tres) que había sufrido en 16 encuentros (cuatro), en esta Copa Libertadores mantiene estadísticas destacadas. Porque aún no perdió tras siete compromisos, ganando seis e igualando sólo uno. De hecho, sigue cosechando vallas invictas: el único afortunado que pudo gritarle un gol fue Caracas, en el debut jugado en Venezuela, justamente en ese único empate que cosechó el conjunto boquense.
La otra gran alegría es Carlos Tevez. El capitán es permanentemente observado por sus 36 años, pero partido a partido mantiene su enorme rendimiento y aumenta su cuota goleadora, al punto de haberse colocado en la cima de los artilleros de este ciclo: con su gol de anoche, alcanzó las once conquistas y superó a Eduardo Salvio (10), el hombre que lo asistió.
El funcionamiento del ataque fue muy bueno. Justamente, eso sería analizado: era la segunda vez (la anterior había sido en el 2-0 a Newell’s, en Rosario) que el técnico decidía una ofensiva conformada por Salvio y Villa por los costados, Cardona como enlace y Carlitos de única referencia. El colombiano, que había sido figura el último domingo frente a la Lepra con un doblete y un gran fútbol, parecía advertirle al entrenador que podía ser la carta que olvidara los malos rendimientos de los delanteros (Zárate, Soldano y "Wanchope" Ábila) y le diera mayor volumen y sentido de juego.
Eso es lo que se ratificó: Edwin fue otra vez la figura y con su técnica, visión y precisión le permitió a Villa hacer la diferencia por la izquierda; Salvio se recuperó del desgarro y volvió a hacer estragos por la derecha; Tevez hizo un gol bien de N°9 y no necesitó de una dupla de ataque para volver a mostrar un buen desempeño y hacer saber que su actualidad no para de estar en ascenso.
Boca ganó por la mínima y sabe que la serie no está cerrada. Pero además de la alegría del triunfo, se trae a Buenos Aires varias cuestiones que hacen que la confianza vuelva a hacerse grande.
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