La debacle de River. La tensión y un raro operativo
Los jugadores fueron esperados por familiares en la autopista Riccheri, por temor a eventuales incidentes
La imagen fue surrealista. La autopista Riccheri se asemejó, ayer, por unos minutos, a un set de filmación. La escena representaba una huida, pero no eran actores los protagonistas sino los jugadores de River realizando el traspaso desde el colectivo de la empresa Chevallier, que los esperó en la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Ezeiza, a sus autos. Una señal de temor, después de la agitación que se intuía por lo que se expresaba en los foros de las páginas de Internet. El montaje del operativo especial de seguridad que pergeñaron las autoridades para proteger al plantel fue un acto para que éste no sufriera el escarnio de los hinchas, como le sucedió a San Lorenzo, después de la frustración que significó la eliminación de la Copa Libertadores.
El rodaje de la película empezó anteanoche, después de la caída por 4-2 ante Nacional, de Paraguay, en Asunción; prosiguió ayer, entre las horas vividas en tierra guaraní y suelo argentino -el grupo se entrenó en el complejo de la selección paraguaya, donde se habló poco; la consigna del cuerpo técnico era levantar, a partir de hoy, el espíritu en la concentración-, y podría culminar mañana en el Monumental, en el reencuentro entre el público y el plantel, cuando los millonarios jueguen con Gimnasia, de Jujuy.
La pronta partida ante un rival de escaso relieve, las formas en que se produjo el nuevo desencanto, ciertos registros que entregó el partido y el transcurrir de las siguientes horas dejaron secuelas. Algunas manifestaciones se vislumbraron durante y tras la derrota; otras podrían producirse en el estadio, el lugar preferido por los simpatizantes para descargar la bronca en tiempos de desilusiones. El miedo por la situación llevó a tomar recaudos: futbolistas veteranos de River e Independiente iban a componer mañana el preliminar. Ahí estarían algunas glorias como Norberto Alonso y Enzo Francescoli, entre otros. La versión oficial de la postergación aduce problemas personales de algunos protagonistas. La realidad indica que se tomó para extremar las medidas y evitar que aquellos que nada tienen que ver con esta triste actualidad sufran el posible clima hostil.
Durante los 46 minutos que demoró River en abandonar el vestuario del estadio Defensores del Chaco se tejieron especulaciones de variado tenor. Confesiones en voz baja, los comentarios manifestaban indignación, bronca. Desde Buenos Aires se confirmó la continuidad del DT, por si alguien imaginaba una posible renuncia de Gorosito. Pero un dato llamó la atención: si el hecho se hubiera desencadenado pocos dirigentes habrían intentado retener al entrenador.
En ese contexto, el comunicado del jefe de prensa del plantel, Ricardo Dasso, fue previsible: ni el DT ni los jugadores tendrían contactos con la prensa. Nada nuevo; la escena se repite cada vez que el equipo sufre una caída dura. Por eso la retirada en silencio, con la mirada en el piso.
En la cancha existieron gestos y actitudes llamativas; también en las adyacencias del vestuario, donde deambulaban el secretario Mario Israel, Rodolfo Cuiña, del consejo de fútbol, y el prosecretario Pablo Singerman, los dirigentes del oficialismo que acompañaron a la delegación. La expulsión de Buonanotte fue producto de la impotencia, pero los insultos del santafecino para el DT rival, Ricardo Raschle, evidenciaron la frustración. Pero más llamativa fue la expresión de Gallardo, que marcó el descuento y miró desafiante hacia el banco de los suplentes. En la intimidad, deslizan que el destinatario fue el DT, que lo mandó a la cancha con el resultado adverso, buscando que liderara la levantada. La decisión habría molestado al jugador.
El reclamo y buscar culpables externos es otro síntoma de inmadurez, porque en la escasa jerarquía de gran parte del plantel está la respuesta para este presente sombrío. "Estos jugadores no meten goles, así es muy difícil ganar; les falta temperamento para jugar estos partidos", le espetó un allegado al plantel a un dirigente, que asentía sentado en la escalera contigua al vestuario, con señales de sufrimiento y desolación en el rostro.
Una noche larga, un día complicado y un futuro incierto; pasado, presente y futuro de River, que vive horas de nervios y tensión.
- Concentrados, esperan al Lobo jujeño
Anoche, un grupo de 20 jugadores quedó concentrado en el Monumental. Por la tarde surgió la versión de que el plantel cambiaría el lugar de espera del partido de mañana con Gimnasia y Esgrima, de Jujuy. Matías Abelairas, Rodrigo Archubi, Robert Flores, Gustavo Bou y Rubens Sambueza, que se quedará sin acción hasta el próximo semestre, ya que estaba inscripto sólo para disputar la Copa Libertadores, fueron desafectados respecto de la lista que viajó a Paraguay. El DT convocó a Diego Barrado, Damián Lizio, Lucas Orban, Eial Strahman, Mauro Díaz y Fabio Giménez.
Dixit
"Quedamos eliminados por culpa mía, por la cantidad de situaciones que desperdicié; nos eliminamos nosotros mismos"
"No sirve quejarnos, ya estamos afuera; hay que ser profesional y sacar esto adelante; no sabemos jugar con un hombre menos"
"Sentimos dolor, pero nos tenemos que levantar; no supimos mantener el resultado ni concretamos las oportunidades"
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