Punto de vista. La transgresión que nadie detiene
El desacato de los clubes europeos para ceder a sus jugadores a los seleccionados es una incipiente desobediencia que amenaza con convertirse en una furiosa transgresión reglamentaria. Todo comenzó hace poco más de cuatro meses, cuando Internazionale no liberó a Javier Zanetti y a Kily González, que habían sido nominados por el DT Marcelo Bielsa para enfrentar a Ecuador, por las eliminatorias. Es más, el club neroazzurro los incluyó en un cotejo en el que vencería a Reggina. La FIFA se desentendió de la rebeldía y sembró el precedente para un previsible efecto catarata que no tardó en activarse. Otra vez con Internazionale al frente de la insurgencia, más la cómplice sociedad de Milan, la Argentina no pudo contar con Verón, Cambiasso ni Crespo para el amistoso de esta mañana con Japón.
Pese al reclamo de la AFA por medio de una protesta oficial, tres semanas después de aquella incorrección de marzo último, la FIFA decidió cerrar el expediente y no aplicarle ninguna sanción a Internazionale. Así, las normativas resultaron pisoteadas por el mismo órgano rector que debía velar por su cumplimiento. Los artículos 40 y 41 del Reglamento de la FIFA sobre el estatuto y la cesión del jugador establecen que los incumplimientos exponen a los clubes a "multa, amonestación, censura, suspensión o pérdida del encuentro en el que haya participado el jugador". Pues todo esto cayó en la indiferencia y el olvido. Y desde allí germinó una conducta avasallante que, con centro en los colosos de Milan, ahora amenaza con extenderse por el Viejo Continente.
La situación ya se escabulló del molde y aún se puede degenerar más. Según la espiral comercial sería atendible la negativa de esas instituciones que invierten fortunas por futbolistas que luego no le aseguran dedicación exclusiva. Pero mientras tenga vigencia este reglamento -justamente elaborado por la entidad a la que los clubes le confieren autoridad para regir los latidos de este deporte-, la obligación tiene que ser atenerse a él.
Esta vez, la AFA ni protestó. Quizá, resignada. Quizá, reprimida porque entre las eliminatorias, la Copa América y los Juegos Olímpicos, el entrenador Bielsa hace casi 100 días que dispone de Javier Saviola, Roberto Ayala, Gabriel Heinze y el Kily González, entre otros. De cualquier modo, el silencio y la inacción no es lo aconsejado. Porque no rebelarse contra los atropellos de los poderosos sólo los alimenta en su impunidad.
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