La victoria de los del fondo, vital para el nuevo escenario de San Lorenzo
En el pasado, con Pizzi, el equipo era atrevido; hoy, con Bauza, la solidez permite soñar con lograr la Libertadores
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Juan Antonio Pizzi nunca ingresó en la coraza azulgrana: tan atrevido como ingenuo, era una explosión ofensiva que consiguió el torneo Inicial. Se despidió sin un genuino reconocimiento, aunque la malicia global lo recuerda con beneplácito cuando se trata de la crítica al presente. Edgardo Bauza todavía no entró en el corazón del Ciclón: pretendió una transformación radical basada en el cerrojo defensivo, aunque en el camino hayan quedado algunas heridas de lo que supo ser. Hoy, compensado y astuto, hábil para atacar y, sobre todo, confiado al defender, San Lorenzo observa el horizonte con entusiasmo mayúsculo. El triunfo por 1 a 0 contra Cruzeiro, mientras espía el desquite del miércoles próximo, en Belo Horizonte, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, resulta una prueba irrefutable: con un gol de Santiago Gentiletti, un defensor, y apoyado en la estructura de los del fondo, que otra vez acabó en su arco sin contratiempos. Toda una respuesta en tiempos de cruces cara a cara con un valor mayúsculo en el hipotético tanto de visitante.
Hoy, ahora, la defensa sale de memoria. Buffarini, Valdés, Gentiletti y Mas. Ni Fontanini (ya cumplió la suspensión), ni Cetto, ni Kannemann. Con Sebastián Torrico, el arquero, héroe en Porto Alegre, unos metros detrás. Con Pichi Mercier, el más querido, fundamental en cada escenario, unos metros adelante.
Los números, a veces, certifican la realidad. Como en este caso: el Ciclón actuó como local en cinco partidos coperos y apenas le anotaron un gol: Unión Española, de Chile, fue el verdugo. El 1-0 con Gremio y el idéntico resultado con Cruzeiro, dos complejos adversarios brasileños, provocan estímulo y confirman el deseo: no importa si se gana (y, en todo caso, por cuánto será la diferencia), principalmente interesa no sufrir goles. En el torneo local se repite la fórmula, aunque no se insista con los mismos sabuesos: San Lorenzo aprendió a defenderse sin complejos. No padeció tantos en los últimos cuatro partidos: tres 0-0 y un 2-0 contra Atlético de Rafaela, el último, en su casa. "Es un premio a la solidez y a la solidaridad de todos", reconoce el Patón.
Hay más firmas que se refieren a lo mismo. "Lo importante es que se mantuvo la concentración y el grupo está muy comprometido con el sistema. Cerramos todas las líneas y no dejamos que Cruzeiro creciera en ningún momento", cuenta Néstor Ortigoza. "Conseguimos las dos cosas, ganar y que no nos metieran un gol. Si metemos uno en Brasil, tendremos una ventaja muy grande. Atrás estamos muy bien, aunque creo que eso pasa en todas las líneas", grafica Santiago Gentiletti, que hasta bromea con un pequeño choque en su automóvil, por una mala maniobra de Marcelo Tinelli, el vicepresidente. Se entiende: San Lorenzo hoy se ríe de todo.
"Esto es lo que yo llamo un partido inteligente", advierte, ahora Bauza, más tranquilo, luego de aquellos viejos temporales. Los del fondo lo llevan hacia adelante.
LOS NOMBRES DE LA SEGURIDAD
De a poco, San Lorenzo construyó una muralla: aquí, los cuatro de atrás
Julio Buffarini
2 goles marcó en la temporada 2013/2014 en 28 partidos. Se adaptó para jugar como número cuatro.
Carlos Valdés
7 partidos actuó el colombiano; con el tiempo, se convirtió en una pieza casi, casi, indispensable.
Santiago Gentiletti
1 tanto marcó en esta temporada, en el choque con Cruzeiro; brinda solidez y experiencia (29 años).
Emmanuel Mas
2 goles convirtió el lateral izquierdo, que tiene mucha proyección y poca marca.
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