Las mujeres siempre tienen la última palabra
Las chicas de River se quedaron con el último grito de campeón del año futbolístico; superaron a Independiente por 3 a 1
Llega el sábado a la tarde y para el hincha de fútbol argentino no queda otra que ver... fútbol. Claro, muchos pueden decir que ya los torneos terminaron o entraron en un receso, pero se equivocan porque todavía la pelota aún tiene más para ofrecer. Y en esta oportunidad, en la cancha de Atlanta, la propuesta fue la definición entre River e Independiente del Apertura... de torneo femenino. Sí, las chicas fueron las encargadas de ponerle un poco de color a la tarde de un sábado que, para los argentinos sin fútbol, puede transformarse en un martirio.
Y como siempre... ellas tienen la última palabra. Porque el dominio de la pelota quedó en manos de las chicas y aquel que cree que de esto de la número 5 no saben nada, lejos está de la verdad. Tanto las jugadoras de River como las de Independiente mostraron muchos atributos técnicos interesantes.
River se quedó con el título tras derrotar a las de Avellaneda por 3 a 1 y así, por séptima vez, alcanzó la gloria (1991, 93, 94, 95, 96, 97 y 2002). Llegaron a este encuentro desempate tras quedar igualadas en el campeonato en 37 puntos. Los dos equipos habían empatado en la cuarta jornada (1 a 1) y después ambos conjuntos ganaron las diez fechas restantes.
El espectáculo estuvo a la altura del compromiso; los fuegos artificiales para el recibimiento de las jugadoras de Independiente le pusieron un toque distinto a la tarde en Villa Crespo. Las hinchas de River no se quedaron atrás, porque tras la coronación sacaron un verdadero arsenal de pirotecnia.
Las chicas, dentro del campo de juego, fueron las encargadas de mostrar lo mejor de la tarde. Por ejemplo: el golazo de tiro libre de Independiente en los pies de Mariela Coronel, o Santi, como la llaman todos por ser de Santiago del Estero. También los dos golazos de cabeza de Claudia Vallejos o la enorme categoría de María Pía Gómez, ambas de River, para definir por sobre el cuerpo de la arquera Lucía Sandoval.
Pero lo mejor del partido se vio en la habilidad de la volante de River Fabiana Vallejos, de 17 años. La chiquitita millonaria dejó en claro que si algún hombre se animase a entrar en la cancha pasaría bastante vergüenza si le quisiera sacar la pelota. Enganches, pisadas, velocidad y una muy buena pegada. Esas cualidades exhibió en la cancha Fabiana, que comentó que desde los siete a los doce años jugó siempre con hombres.
Unas 60 personas se acercaron a ver el partido. Pero las que se hicieron notar fueron tres hinchas de River que no pararon de cantar y que, gracias a su agudo timbre de voz, despertaron el interés de muchos... o mejor dicho el insulto de todos, porque escucharlas por momentos se tornaba insoportable.
No faltó nada. Del fútbol del domingo a este de ayer no hubo demasiadas diferencias: fuegos artificiales, banderas, hinchadas, revoleo de camiseta para festejar el gol (a pesar de que por debajo se vea un corpiño deportivo...). Y aunque suene un tanto extraño, las chicas dentro del campo de juego gritaban “vamos chicas que tenemos que ganar, así que pongamos h...”
Y como no podía ser de otra manera, el último grito futbolístico del año fue de ellas. La pelota siguió su curso, pero en esta oportunidad fue en los pies de las mujeres, que no se quedan atrás y, con el espectáculo de ayer, demostraron que el fútbol no sólo es cosa de hombres.
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