Las primeras medidas de la reconstrucción
Passarella se inclina por la continuidad de Astrada, pero evaluará el rendimiento de muchos futbolistas, especialmente de los más experimentados; habrá cambios en el fútbol amateur
De la Redacción de LA NACION.- Que la expresión futbolística vista frente a Vélez está a años luz de lo que proyecta la historia del club es algo que saben los nuevos dirigentes y que no niegan los propios jugadores ni el entrenador Leonardo Astrada. Lejos de preocuparse por que Rodolfo D’Onofrio recurrirá a la Justicia para intentar cambiar el resultado del escrutinio que, según la Junta Electoral, es legítimo, Daniel Passarella piensa en los pasos por seguir como presidente. Por eso, ya anunció que en las próximas horas se va a reunir con el DT para "delinear el fútbol" de River.
"Nos juntaremos para hablar con Astrada por el club y por todo lo que debemos hacer", explicó en sus primeras declaraciones como presidente electo, en la madrugada de ayer, desde su búnker de la calle Quinteros, en Núñez. Ante la consulta de La Nacion al flamante vicepresidente 1° de la lista de Passarella, Diego Turnes, se deduce que la continuidad de Astrada está confirmada. "Lo dijimos durante toda la campaña: respetaremos el contrato de Astrada [diciembre de 2010]. Seguramente, como dijo Daniel, nos reuniremos en breve para definir el futuro del fútbol profesional".
Más allá de las interpretaciones que se les quieran asignar al apoyo incondicional de los hinchas millonarios, la pobreza futbolística de River es tan evidente como la responsabilidad de quienes armaron este plantel. Como consecuencia del fracaso deportivo que experimentó el equipo en los últimos tiempos imperó un plan para achicar un plantel de costo elevado. Se apostó por los experimentados Marcelo Gallardo, Ariel Ortega y por Matías Almeyda para intentar compensar la ausencia de figuras de peso y las escasas apariciones desde la cantera del club.
Hay versiones distintas de lo que ocurrió entre Passarella y el Muñeco hace un tiempo. Pero algo pasó. Con matices, con diferencias, pero pasó y el N° 10 se terminó yendo a la liga de los Estados Unidos. Por Ortega, ese peligroso cóctel de indisciplina, agitado por su adicción al alcohol, que ha comprometido su desempeño futbolístico, Passarella siempre tuvo una fuerte debilidad, pero la prioridad será la aplicación de un riguroso tratamiento médico.
Entre sus propuestas electorales, Passarella explicaba que su intención era conformar un plantel con mayoría de futbolistas surgidos de las inferiores, pero con un 30 por ciento con nombres de experiencia y con un fuerte pasado riverplatense. "El único que puede convencer a Saviola o a Crespo para que vuelvan a su casa soy yo", se cansó de repetir el ex jugador y técnico, y ahora presidente millonario.
El mundo de especulaciones en relación con los posibles refuerzos son un tema en sí mismo. "Daniel –agregó Turnes– fue entrenador y sabe mejor que nadie que no se pueden hablar de refuerzos sin tener un panorama de lo que pretende el entrenador." Al fin, adelantar el plantel que puede tener River después de la asunción de Passarella es un acto arriesgado.
Una de las fábricas más ricas del fútbol argentino, el semillero de River, evidenció un período de recesión importante durante la gestión de José María Aguilar. Los cambios hasta llegar al actual coordinador Gabriel Rodríguez cristalizaron claramente un problema de producción. Entre los hombres cercanos a Passarella nombran a Héctor Pitarch –cercano al Káiser y que estuvo en un interinato entre la salida de Rubén Rossi y la llegada de Rodríguez– como una parte importante en el nuevo proyecto. "Hay que convocar a personas con ojo clínico para detectar a los jugadores distintos", había dicho el presidente electo, que en los próximos días dará a conocer el plan que se llevará a cabo en el fútbol amateur.
Para comenzar con su nuevo proyecto, el propio Káiser le confirmó a La Nacion en la nota previa al acto eleccionario que su primera acción trascendental era hacer una auditoría contable, contractual y jurídica sobre todas las áreas de la institución. El nuevo gobierno entiende que, como principal medida, debe llevar adelante un ajuste "de cirugía mayor" para bajar el déficit operativo que catapulta al club hacia una asfixiante situación financiera. "Se hará una auditoría general para saber dónde estamos parados. Necesitamos asumir cuanto antes y poner a trabajar a nuestros equipos de finanzas y de marketing para darle impulso a la economía del club", expresó Turnes, que será el representante del club en la AFA.
Al igual que esas habitaciones que están cerradas por largo tiempo y se tornan irrespirables, River necesita liberarse del ambiente opresivo y pesimista que viene desde hace tiempo. Cabe imaginar a Passarella como el encargado de darle aire.
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