Leicester, el campeón que sufre para seguir en primera
De la gloria al padecimiento; una historia que se cobró a su principal creador, Ranieri
Leicester versus Leicester. El sorprendente campeón de la Premier League o este desvencijado equipo que, diez meses después de haber tocado el cielo con las manos, anda con la soga del descenso atada al cuello. ¿Cuál es el verdadero? Lo cierto es que cada uno, a su manera, ya sea desde la satisfacción o desde el desencanto, se encargó de exhibir argumentos para el asombro. Y atrapado en esa dualidad continúa hoy, aferrado a dos milagros, el equipo inglés. Porque mientras corre riesgo de perder la categoría mantiene viva la ilusión de llegar a los cuartos de final de la Champions League.
Todo al mismo tiempo le pasa a este equipo que el 14 de marzo recibirá ya sin el romano Claudio Ranieri, el técnico recientemente eyectado, al Sevilla de Jorge Sampaoli en la revancha del encuentro disputado en el Sánchez Pizjuán. Un partido de ida, en suelo andaluz, en el que el local chocó contra ese muy buen arquero danés llamado Kasper Schmeichel (hijo de Peter Schmeichel, aquel gigante del arco) y contra su propia inoperancia antes de ganar por un exiguo 2-1.
Más allá de las palabras "pour la galerie" de su intérpretes, Leicester dejó a un costado la Premier League, ni hablar de la FA Cup, y le apuntó decididamente a la Champions. Y no le fue mal en el torneo más importante del mundo a nivel de clubes, ya que se adjudicó su grupo con 13 puntos. A dos unidades quedó el Porto, también clasificado. La única caída fue el 5-0 de la última fecha que sufrieron los suplentes ante el Porto, en Portugal. A esa altura, Leicester ya estaba clasificado.
Mientras esperó el encuentro de ida ante el Sevilla, Leicester dilapidó su lugar en la FA Cup al perder 1-0 con Millwall (3a división). Y en la Premier sólo encadenaba frustraciones en lo que va del año para quedar sumergido en el fondo de la tabla, en donde viven también Middlesbrough, Crystal Palace, Hull City y Sunderland. Ayer consiguió un respiro, un impulso para salir de la zona roja al vencer 3-1 a Liverpool. Le quedan 12 fechas para seguir subiendo. Si desciende, sería la segunda vez que un equipo inglés baja a segunda en la temporada siguiente de haber sido campeón, como le ocurrió a Manchester City en 1938.
Pero más allá de esta coyuntura, la crisis de esta temporada en su rendimiento en la Premier pareció regresar a la cruel realidad luego de haber alcanzado la gloria en 2016, cuando se coronó dos fechas antes del final y obtuvo su primer título en 132 años de historia. En las 38 fechas de esa campaña finalmente sumó 81 puntos, 10 más que Arsenal y 11 más que Tottenham.
Leicester fue campeón el lunes 2 de mayo del año pasado sin jugar. El día anterior había igualado 1-1 en Old Trafford con Manchester United y el Tottenham de Mauricio Pochettino necesitaba vencer en su visita a Chelsea para mantener sus chances, pero también empató y ese 2-2 en Stamford Bridge decretó la celebración de la Cenicienta del fútbol inglés. Dos años atrás había ascendido y esta fiesta llegó inmediatamente después de otra campaña para el olvido (la de la temporada 2014/15), que también lo había acorralado con la posibilidad de volver a perder la categoría. De aquel plantel partió Esteban Cambiasso, que si bien no pudo festejar con Leicester, continuó con su costumbre de multicampeón en Grecia con Olympiakos. Quien se quedó fue Leonardo Ulloa, el ex delantero de la CAI, San Lorenzo, Arsenal y Olimpo, marginado este año por el entrenador saliente. El propio Ulloa explotó dentro de un vestuario en el que los buenos humores se evaporaron como por arte de magia: "Con todo respeto para los fanáticos de Leicester. Me siento traicionado por Ranieri y abandonado por el club. No voy a jugar más", publicó en su cuenta de Twitter a fines de enero.
Se mantuvieron los nombres principales del plantel pero el equipo no se reforzó para encarar el doble desafío de la permanencia y la campaña continental. Se produjo un bajón ostensible en jugadores clave como el francés de origen argelino Riyad Mahrez y el goleador Jamie Vardy. Allá lejos y hace tiempo pareció quedar la simpática imagen de los monjes amigos del dueño del club, acompañando a los jugadores en el vestuario. Hoy el mandamás de la institución, el magnate tailandés Vichai Srivaddhanaprabha está en llamas. "Si Leicester desciende los echo a todos", había avisado tras las recientes derrotas en cadena ante Chelsea, Southampton, Burnley, Manchester United y Swansea City. Menos mal que en el Sánchez Pizjuán apareció Vardy, que no había convertido un solo tanto en la fase de grupos. Porque ese gol quizás valga el doble, el triple o mucho más, si Leicester se hace fuerte de local el 14 de marzo. No fue suficiente para apagar el incendio en torno a Ranieri, el pragmático entrenador italiano que había alcanzado el bronce en la institución a la que había arribado en 2015.
Según The Times, cuatro jugadores (Kasper Schmeichel, Wes Morgan, Marc Albrighton y Jamie Vardy) se habrían reunido con el propietario del club para pedir la destitución del técnico. La teoría del complot se propagó con la velocidad de un rayo.
Mientras Craig Shakespeare, el técnico interino, dirige al equipo, históricos del fútbol inglés pusieron el grito en el cielo. "Sacarlo ahora a Ranieri es inexplicable, imperdonable y tristemente desgarrador", dijo Gary Lineker, el ex gran goleador surgido del Leicester. "Es una total y absoluta vergüenza", agregó Michael Owen. Y otro ex delantero de la selección inglesa, Ian Wright, fue más allá: "Me pregunto cómo me sentiría si fuese jugador de Leicester, si podría haber hecho más por el equipo".
Vardy se defendió en Instagram: "He debido escribir y borrar estas palabras un número estúpido de veces, pero debo encontrar las palabras adecuadas para Ranieri. Claudio tiene y siempre tendrá mi completo respeto. Lo que logramos juntos fue increíble y él creyó en mí cuando muchos no lo hicieron. Tiene mi eterna gratitud. Hay rumores que dicen que yo he estado involucrado en su despido y esto es completamente falso, infundado y extremadamente doloroso. De lo único que somos culpables es de no alcanzar como equipo los objetivos y todos en el vestuario trataremos de reconducir la situación. Le deseo a Claudio lo mejor en el futuro. Gracias por todo". Pero en Leicester versus Leicester todavía quedan palabras, historias y actitudes para desmenuzar.
Éxito y caída
1| El City, en 1938
Uno de los equipos de Manchester había obtenido en 1937 la English Football League. Descendió al año siguiente, con una curiosidad: nunca más un conjunto que marcó 80 goles bajó a la segunda categoría.
2| Nuremberg, en 1969
El técnico Max Merkel renovó el plantel después del primer título en la Bundesliga. Llegaron 13 refuerzos y se fueron otros tantos. El equipo fue otro y se notó. Viajó sin escalas al descenso.
3| Milán, en 1980
El escándalo de arreglo de partidos, conocido como Totonero, lo condenó a la Serie B tras haber obtenido el scudetto. El fin de los años setenta incluyó el 10° título de liga y el retiro de una leyenda, Gianni Rivera.
4| Marsella, en 1993
Otro caso de ilegalidad. Olympique, campeón de la Ligue 1 en 1992 y de Europa en 1993, fue víctima del amaño de partidos por parte de su presidente, Bernard Tapie.
5| Juventus, en 2006
A la Vecchia Signora le quitaron los títulos 2005 y 2006, y descendió por el Calciopoli, otra trama de arreglos de encuentros. En segunda contó con Camoranesi, Trezeguet, Buffon y Del Piero.
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