“¡Vamos, vamos los pibes!”, fue el grito que bajó espontáneo desde la tribuna cuando cerca del final dejaron el campo Lautaro Millán y Diego Tarzia. Un rato antes se había marchado con una torcedura de rodilla Santiago Hidalgo, que hasta entonces era el mejor de la cancha. Y jugó los 90 minutos, varias veces entre aplausos, Kevin Lomónaco, que no es un “chico del club” pero tampoco supera los 22 años.