Macri y los incidentes del superclásico: "Lo que pasó en la confitería de River es más grave que lo que pasó en la calle"
Después de finalizar la cumbre de líderes del G-20, el presidente Mauricio Macri dio este lunes una conferencia de prensa, en la que no faltaron consultas sobre los incidentes ocurridos el sábado 24 del mes pasado en los alrededores del estadio Monumental, que determinaron la suspensión de la "superfinal" entre River y Boca, y la consecuente decisión de la Conmebol de trasladar ese encuentro a Madrid, a pesar de las gestiones que el presidente argentino realizó para que se pudiera disputar ese encuentro en nuestro país.
"Han sido días duros los que vivimos el fin de semana anterior. Y lo que cabe es una profunda reflexión de parte de todos, por qué nos pasa eso, por qué lo permitimos. Por qué creemos que un partido de fútbol es distinto a la vida diaria. Por qué toleramos la violencia con la que no estamos de acuerdo. A mí me parece mucho peor que unos violentos que tiran piedras a un colectivo, los violentos que escupen a otra persona que tienen al lado. A mí me parece que eso es inaceptable. Lo que pasó en la confitería de River con las autoridades [la agresión a los dirigentes de la Conmebol y de la FIFA] es más grave que lo que pasó en la calle. Eso denota una degradación", consideró Macri.
Y de inmediato, sostuvo su opinión: "Y eso tiene mucho más que ver en la decisión de ellos de castigarnos, y no dejarnos tener la final que falta en la cancha de River. Seguramente influyó mucho más esa situación en los que tomaron esa decisión, lo que pasó en la confitería, que lo que pasó en la calle. Tenemos que hacer una profunda reflexión. No nos puede volver a pasar. No podemos permitir que las autoridades del fútbol internacional digan que no se puede disputar una final en nuestro país, entre dos equipos argentinos".
Macri insistió en una propuesta: "Celebro que enviemos la ley de barrabravas al Congreso. La justicia tiene que encontrar formas de interpretar la justicia de una manera en la que los violentos no puedan sentir que esto es un juego que no tiene ninguna consecuencia, que esto no pase por liberar a los violentos en pocas horas. Nadie quiere vivir en una ciudad militarizada, y la forma para que ello no suceda no es poner cada vez más policías, sino que los que cometen un delito vayan presos. La mayoría somos gente normal, que no escupimos ni tiramos piedras".
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