Marcelo: un atípico caso de honestidad en el fútbol
Es un rara avis Mario Marcelo . Uno de esos casos infrecuentes de actitudes que alimentan el espíritu y que recomponen la fe en la buena voluntad de las personas. Un ejemplo de fair-play, que tantas veces se nombra y se predica, pero que en pocas oportunidades se ve adentro de la cancha. "Yo siempre actué de la misma manera. Por eso no entiendo que esto que yo hice llame tanto la atención", reconoce el capitán de Ferro.
Anteayer, el equipo de Caballito defendía la punta del torneo de primera B ante San Miguel, pero no le fue bien: cayó por 3 a 1. Sin embargo, Marcelo, de 34 años, salió reconfortado de la cancha. A los 23 minutos de la segunda etapa, el árbitro Pablo Lunati amonestó al jugador Leonel de Lara, de San Miguel, por una falta. Minutos después, uno de sus asistentes lo llamó y le indicó que ya había sido amonestado y que debía expulsarlo, por lo que el juez le mostró la roja a De Lara.
"Primero dudé -afirma el hombre de Ferro-, porque pensé que había tirado un codazo o algo así. Pero enseguida escuché que este pibe De Lara le decía: No, yo no tengo amarilla, es el otro . Y yo vi eso. Entonces, lo que me correspondía era decirle al árbitro. Y le dije que estaba equivocado, que antes había amonestado a otro."
El defensor juguetea con su hijo, Juan Ignacio, y con sus perras, Mimi y Reina. Cuenta lo sucedido anteayer, pero no siente que su actitud sea algo fuera de serie . "Siempre me manejé de esta manera. A veces tengo discusiones con mi señora, porque ella me dice Vos siempre ayudás y a vos nadie te ayuda. Pero yo soy así; yo doy para no recibir ", admite.
-Pero vos sabés que muchas veces en el fútbol no se ven actitudes como ésa.
-Tal vez otro jugador no lo haga. Pero el que hace mal las cosas adentro de la cancha también las hace afuera. En el fútbol, como en todos lados, encontrás personas buenas y personas malas. La ventaja de ser honesto es que después la gente que también es honesta se acuerda bien de vos. A mí me llaman de Salta, de Córdoba, de Mar del Plata; allí me recuerdan de una buena manera y eso es lo que me deja el fútbol.
-¿Cuál fue la actitud del árbitro?
-Lunati me agradeció, porque se había confundido con el juez de línea. De Lara también me agradecía y lo cargaba. "Me debés una Coca", le decía.
-Quizá si la situación hubiera sido al revés, otro no hubiera actuado igual.
-A mí no me interesa sacar ventajas así. Acá el secreto es uno solo: por más que vos quieras sacar ventajas y hagas todo en contra de la ley, si el jugador no está en una buena tarde no hay manera de ganar. Si estuviera en la misma situación, lo haría de vuelta; vaya ganando, empatando o perdiendo.
No se lo nota arrepentido ni se siente un caso atípico. No es ésta, por cierto, la primera vez que Marcelo sorprende con su honestidad. "Lo mismo me pasó el día que devolví plata en Ferro, en el año 97. Me dieron plata de más y los directivos, cuando les avisé, me dijeron: Dejátela para los premios ; yo les dije que no; yo cobro con mis compañeros y se la devolví. Todos se sorprendieron", comenta el defensor, que además de jugar al fútbol, tiene un quiosco de diarios en la esquina de su casa, en Parque de los Patricios.
"Yo todavía creo en la honestidad de las personas -explica-. Será porque fui criado en el campo o vaya uno a saber por qué. Mi viejo siempre me decía: Que te critiquen como jugador de fútbol, pero nunca como persona . Y yo trato de cumplirle." Lo dice Mario Marcelo, un atípico caso de honestidad en el fútbol.
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