Mauricio Pochettino asoma en el destino del Manchester United, tras la salida de José Mourinho
José Mourinho es un entrenador fuera de serie. Provocador, estudioso, altanero, ganador. Suele creer que el sistema defensivo está por encima de la audacia, que el resultado está por arriba de todo: de la propuesta, de las ideas. Construyó un castillo de triunfos extraordinarios, entre amores y odios: 21 títulos locales y 4 internacionales, que incluyen 2 Champions League: con Porto en 2004 y con Inter en 2010. Condecoraciones, honores y un rechazo absoluto de los puristas del espectáculo.
Manchester United , su última estación, no ofreció su mejor versión y se enemistó –otro tropiezo en su polémica trayectoria– con referentes, como Pogba. El crack francés subió ayer una foto en Instagram. "Póngale un pie de foto a esto!", junto a una foto suya en la que sonríe pícaramente. El mensaje fue borrado de inmediato.
Sin embargo, consiguió la Europa League 2017 y logró la clasificación para los octavos de final de la Champions League. Lo esperaba el PSG, con la billetera abultada que le habían negado en Inglaterra. No pudo ser: la clásica derrota por 3 a 1 contra Liverpool, en Anfield, fue el último sorbo agrio en el gigante: las autoridades decidieron su despido. Y entre rumores, aparece un argentino en la órbita: Mauricio Pochettino , de estupendo trabajo en Tottenham .
La efervescencia por la sucesión ya se siente. Pochettino, uno de los tantos técnicos nacidos de la escuela de Newell’s que anda por el mundo, uno de los elegidos –sin éxito– para suceder a Jorge Sampaoli en el seleccionado, asegura estar comprometido con su trabajo. Es el favorito en las casas de apuestas –en Inglaterra, el juego está en el centro de la escena– para suceder al portugués en el mágico banco de Old Trafford. Y es considerado por medios y aficionados, a los 46 años, como un buen candidato para ofrecer fútbol ofensivo y desarrollar a jóvenes talentos. El ex defensor, sin embargo, agradece la invitación y se inclina por el sentimiento que comparte con Mou. "Le envié mis mejores deseos, lo siento mucho. Tengo una buena relación con él... es un buen amigo y es una noticia triste", asegura Pochettino.
"En el negocio que ustedes conocen muy bien hay muchos rumores. Creo que después de casi cinco años hay muchos rumores sobre mi cargo como técnico del Tottenham. No puedo responder a ese tipo de pregunta", advierte, en la antesala del choque de hoy contra Arsenal, desde las 16.45 de nuestro país, por los cuartos de final de la Copa de la Liga.
Pochettino creó el prólogo de su carrera en Espanyol y se incorporó a Tottenham desde Southampton en 2014; llevó a los Spurs a estar entre los tres primeros de la Premier en tres temporadas consecutivas, pero aún no ha ganado un trofeo. "No es asunto mío lo que sucede en otro club en este momento. Estoy enfocado en entrenar y en ofrecer lo mejor de mí a este club", justificó.
Gary Neville, excapitán del United, asegura que Pochettino tiene una serie de cualidades atractivas para los hinchas de los Diablos Rojos. "Mi visión es que (el United) necesita a alguien que cumpla con los tres principios clave del club: la promoción de los jóvenes, un fútbol entretenido y ganar partidos", dijo Neville a Sky Sports.
Tal vez, la frase estaba destinada, en un principio, para Mourinho. De los últimos 8 partidos, ganó 2, empató 3 y perdió 3. Extravió el colmillo competitivo, el superlativo valor del triunfo. También se ofrece como una alternativa Zinedine Zidane, luego de su brillante paso como conductor de estrellas en Real Madrid.
Lo mejor del portugués, en sus dos temporadas y media, fueron los trofeos que obtuvo en su primera campaña: la Copa de la Liga y la citada Europa League. Tiempo después, no logró títulos ni triunfos y cosechó más enemigos. Duró el mismo tiempo en el United como en Chelsea, su trabajo anterior, donde también fue despedido antes de la Navidad. Había firmado un nuevo contrato en enero hasta junio de 2020; recibirá una compensación de 24 millones de libras (unos 30 millones de dólares). Sin embargo, el dinero a Mourinho no le da felicidad.