Mercado de pases: Boca saca grandes ventajas y River no suma incorporaciones
El domingo 13 de mayo, con el triunfo 2-0 de River sobre San Lorenzo, finalizó la primera temporada de la Superliga. Once días después, de manera agónica, Estudiantes le ganó 3-1 a Nacional, de Uruguay, y logró la clasificación para los octavos de final de la Copa Libertadores; en esa misma jornada, Independiente superó 2-0 a Deportivo Lara, aunque la diferencia fue insuficiente para ser primero en el Grupo G del máximo torneo continental de clubes. Fueron las últimas escenas de los equipos argentinos en competencias oficiales. Llegó la fiebre mundialista, que se apoderó de todos. Entonces, hinchas, dirigentes, jugadores y directores técnicos viajaron sin escalas de la ilusión a la decepción con la selección. La aventura con desenlace anunciado se cerró con el reciente acuerdo de desvinculación entre la AFA y el director técnico Jorge Sampaoli. Es tiempo de volver a cambiar el chip: el foco en las pretemporadas, la reanudación de la Copa Argentina, con algunos resultados sorpresivos, y el mercado de pases. Compras, ventas, préstamos, apellidos que invitan a soñar con ser protagonistas… aunque luego la realidad revele otra cosa.
La competencia no es igual para todos, como tampoco lo es el tamaño de la billetera ni de los recursos que dispone cada club. La Superliga, su reparto de dinero –la forma de distribución provocó rispideces entre los dirigentes– agiganta la brecha que ya existía entre los poderosos y aquellos que hacen equilibrio [la mayoría] para sostenerse en la elite del fútbol argentino. Y Boca, que redobla los esfuerzos para obtener la Copa Libertadores, trofeo que se le hace esquivo desde 2007, sacude el mercado de pases, se pone al frente con contrataciones rutilantes: en nombres y en millones de dólares. Los xeneizes desembolsaron US$ 12.500.000 –Carlos Izquierdoz, US$ 7.500.000; Mauro Zárate, US$ 3.000.000 y el colombiano Sebastián Villa, US$ 2.500.000 por el 70 por ciento del pase–, pero lejos están de retirarse de la mesa de negociaciones: la búsqueda de un arquero y de un lateral sigue en pie; el presidente Daniel Angelici no reparará en gastos para cumplir su sueño de consagrarse campeón de la Copa Libertadores.
Mientras Boca desarrolla la pretemporada en los Estados Unidos y liquida dólares, River, que también hizo su preparación en EE.UU., hasta ahora no intervino en el mercado en el rubro refuerzos: en Núñez se presentan como "club vendedor". Las partidas se reflejan en el uruguayo Marcelo Saracchi –apenas 30 encuentros en River lo cotizaron en 13 millones de euros, cifra que pagó Leipzig, de Alemania–; Ariel Rojas se desvinculó y firmó en San Lorenzo, mientras que Iván Rossi acordó su incorporación a Huracán, Carlos Auzqui y Marcelo Larrondo –por ellos se pagó US$ 9 millones– no son parte del plantel que dirige Marcelo Gallardo. La posibilidad de que Pity Martínez se incorpore a Lazio, otro foco de atención para el cuerpo técnico. Con la Copa Libertadores, la Superliga y la Copa Argentina por delante, el Muñeco no desea un plantel con escaso recambio para una agenda tan cargada.
Avellaneda se divide entre Independiente y Racing, y la puja por sobresalir en lo deportivo también queda atado a tener ojo clínico al momento de reforzarse o intentar reemplazar a alguna pieza de jerarquía que fue transferida. Ya sin la estrella de Lautaro Martínez, la aparición juvenil de mayor impacto y que ya festeja goles en Internazionale, la Academia repatrió a préstamo, con cargo y sin opción de compra, a Gustavo Bou, un conocido que dibujó sonrisas. Con la Copa Libertadores como meta excluyente para el semestre –la rápida eliminación de la Copa Argentina recortó la competencia–, Coudet juega fuerte: sumó a Mauricio Martínez, a quien dirigió en Rosario Central, y al chileno Eugenio Mena, compras por US$ 2 millones y las cesiones a préstamo de Miguel Barbieri al canalla y de Nelson Acevedo, de quien Unión ahora es dueño del 50% del pase. El arquero Gabriel Arias reemplazará a Juan Musso, transferido a Udinese: a Racing le quedarán 4.500.000 dólares por la venta.
Inquieto Independiente por los movimientos de Racing, miró hacia el exterior para reforzarse: Pablo Hernández, que jugó las últimas cuatro temporadas en Celta, arribó por 1.630.000 dólares; desde México, el DT Ariel Holan convenció a Guillermo Burdisso (libre, de León) y el chileno Francisco Silva (con el pase en su poder, de Cruz Azul); desde Uruguay, y a cambio de US$ 2.500.000 por el 60% del pase, los Rojos adquirieron a Carlos Benavídez, de Defensor Sporting. ¿La sorpresa? Con la lesión de Gonzalo Rehak, que fue operado del hombro derecho, Independiente compró a Milton Álvarez, arquero de Deportivo Morón, por 150 mil dólares.
Rarezas del mercado
Hay pequeños detalles que resaltan las variables del mercado: la mayoría de los movimientos entre jugadores de equipos de primera se realizan a préstamo o los futbolistas llegan con el pase en su poder: los casos del arquero Leonardo Burián, pieza determinante de la campaña del subcampeón Godoy Cruz y que ahora jugará en Colón o Lucas Gamba, de Unión a Huracán, por citar dos ejemplos, nombres que se incorporan en calidad de jugadores libres. Una situación parecida ocurre con muchos que regresan al fútbol criollo: Pablo Mouche, refuerzo de San Lorenzo, tras lograr la libertad de Palmeiras; Jonatan Cristaldo, otra carta de ataque para Racing, y Alberto Tino Costa, de Almería al ascendido San Martín, de Tucumán.
La mitad de los equipos que jugarán la Superliga 2018/19 por el momento intervinieron en el mercado con operaciones de préstamo o de futbolistas libres. Los casos de Estudiantes, Godoy Cruz, Newell’s, Gimnasia y Esgrima La Plata, Colón, Banfield, Unión, Tigre, Aldosivi, San Martín, de San Juan, Atlético y San Martín, ambos de Tucumán, y Patronato. En contrapartida, las negociaciones de club a club asoman como una singularidad: por eso se destacan las compras de Mauricio Martínez (Racing), Juan Garro (de Godoy Cruz a Huracán), Leandro Caruzzo (de San Lorenzo a Rosario Central). El trueque también funciona y el intermcabio que ejecutaron Colón y Tigre –Diego Vera deja Santa Fe y viaja a Victoria; Erick Godoy realiza el camino inverso– evidencia que todos los mecanismos sirven para ser parte del mercado de pases.
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