Milito, el goleador inteligente
un futbolista inteligente no sólo mejora con el paso del tiempo. Hace mejores a los compañeros y al entrenador que valora esa condición
"Son muy pocos los defensores que aguantan un amago. Se acaban venciendo para un lado y los delanteros aprovechamos. No es defecto del defensor, es virtud del delantero." Así se expresa Diego Milito en un diálogo bien futbolero con Angel Cappa en el libro Hagan Juego . La charla fue publicada por el diario Marca en marzo de 2008, durante la etapa de Milito en Zaragoza. Habían coincidido en el Racing modelo Apertura 2003, el último campeonato del atacante en la Academia (8 goles en 18 partidos) antes de irse a Genoa. Cualquier similitud de sus palabras con su segundo gol ante Bayern Munich en la final de la UEFA Champions League no es mera coincidencia. Dicen que la operación de cadera al defensor belga Daniel van Buyten fue un éxito. Desde aquí, le deseamos una pronta recuperación.
Cumplirá 31 años el día en que la Argentina debute en el Mundial ante Nigeria. Nadie debe descartarlo del equipo titular. En octubre de 2009 no figuraba en ninguna lista. Confirmados Messi, Agüero, Tevez e Higuaín, Martín Palermo se había puesto solito entre los 23 con ese milagroso gol ante Perú. No había espacio para otro "nueve". Quizás sí para un atacante de desborde y centro como Lavezzi. Apenas llegado a Inter tras una espectacular campaña en Genoa (24 goles en la liga 08-09), de entrada debió aceptar un papel de reparto ante la presencia de Samuel Eto´o, refuerzo estelar en el intercambio con Barcelona por Ibrahimovic. En la primera fecha ante Bari, el camerunés le arrebató la ejecución de un penal. Pero en la segunda, contra Milan, lo pateó el argentino. El final de la temporada los encontró en lugares diferentes. Eto´o en un notable rol complementario como mediocampista-extremo, bien abierto sobre la derecha, y Milito como atacante principal, bien determinante. Su formidable rendimiento indujo a Mourinho a modificar su plan inicial. De un 4-3-1-2, con Sneijder como enganche, pasó a un 4-2-3-1 para que el argentino fuera el exclusivo dueño del área. Eto´o se corrió a la derecha, el holandés se quedó en el centro detrás de Milito y en el mercado de invierno consiguió, desde Lazio, la pieza que le faltaba a su rompecabezas: el macedonio Goran Pandev, otro delantero reconvertido en ventilador.
Milito marcó 30 goles en 51 partidos para el Inter dueño de la Triple Corona. Fue tan extraordinaria su temporada que también Maradona se rindió ante la evidencia y debió cambiar sus planes. En el "me dolió dejar afuera a Lavezzi", hay una silenciosa admisión de que no le quedó otra que convocar a Diego.
"El delantero tiene que amagar, venir a recibir y luego buscar el espacio. Hay que saber crearse el espacio. Eso lo aprendí de usted cuando me entrenó en Racing", le confiesa a Cappa en el reportaje. Milito representa un caso contracultural de madurez en este fútbol argentino dominado por la precocidad: juega mejor a los 30 que a los 20. Ha evolucionado con el paso del tiempo. Aprendió, se perfeccionó, mejoró en la definición, incorporó conceptos del juego. Tuvo la suerte de que a los 20 nadie le dijo que era un fenómeno y que sabía todo. En ese sentido, el elogio exagerado y fácil hace mucho más daño que la crítica. En nuestro país, muchos chicos con condiciones dilapidaron su futuro porque creyeron (y les hicimos creer) que ya habían llegado a la tierra prometida. "Cuando se tienen 20 años hay que ir asimilando cosas, conocimientos y, a partir de ahí, sí puedes dejar que se explayen en el campo de juego. Por más que te lo diga un técnico, eso tiene que entrar viéndolo, ejercitándolo." Estas palabras son de Alfredo Di Stéfano en su libro de memorias Gracias, vieja .
Un futbolista inteligente no sólo mejora con el paso del tiempo. Hace mejores a los compañeros y al entrenador que valora esa condición. Por esto, lloraré por última vez la ausencia en el Mundial de Cambiasso, el jugador más inteligente del mundo (y me hago cargo de la exageración). Esteban también juega mejor a sus casi 30 que a los 20. Tiene el partido en la cabeza, sabe interpretar lo que necesita su equipo, hace siempre lo que pide la jugada y erró su último pase hace seis meses, en un entrenamiento de Inter, en La Pinetina. Hoy la familia Cambiasso festeja por partida doble. Ayer Nicolás atajó hasta el viento en el histórico triunfo de All Boys ante Central que devuelve al equipo de Floresta a primera división tras 30 años de ausencia. Por supuesto, los Milito siguen festejando los títulos de sus hijos.
En el partido más analizado y discutido del año (Barcelona 1 vs. Inter 0), Diego jugó más de una hora como mediocampista derecho delante del brasileño Maicon. No piso el área rival. Su responsabilidad fue tapar las proyecciones del lateral izquierdo: su hermano Gabriel en el primer tiempo y el brasileño Maxwell en el segundo. José Mourinho lo convenció de la importancia colectiva de esa tarea. Pero él, al igual que Eto´o, asumió el compromiso con la convicción de que, en ese momento, en ese lugar y en ese contexto, era lo mejor que podía aportarle al equipo. Ya hemos escrito sobre el DT portugués (www.canchallena.com/1259446-mourinho-el-revolucionario) y sus revolucionarios métodos de entrenamiento. Hoy, viene al caso citar a Dante Panzeri (qué pena no haberlo conocido?), que en su libro Fútbol, dinámica de lo impensado ofrece esta definición de entrenador: "Está para hacer que todos corran la misma cantidad de metros, transpiren la misma cantidad de sudor, se saquen la misma cantidad de canas pensando en cómo engañar al adversario y que entre todos haya seguridad recíproca de que nadie juega pensando en jugar para él mismo". Mi ejemplar fue impreso en septiembre de 1967?
Estos tiempos, llenos de recursos tecnológicos que facilitan el acceso a la información, nos obligan a dejar de lado etiquetas y rótulos. A prescindir del gusto personal como principal enfoque de nuestro análisis. Las sucesivas consagraciones europeas de Barcelona e Internazionale, con ideas bien distintas pero magistralmente ejecutadas, ofrecen un inmejorable punto de partida. Debemos ofrecer herramientas para ayudar a pensar y no sentencias inapelables para la polémica. Se nos exige más. Bienvenida esa demanda. No sólo pasa con los periodistas, sino también con los entrenadores. Maradona lo expresó tajantemente: "El jugador es mucho más profesional, más inteligente. Sabe cuándo decidir las cosas. Están permanentemente preguntando. Me equivoqué muchísimo". Desde el comienzo del ciclo hasta el LTA posterior al 1-0, en el Centenario, creyó que con la arenga motivacional era suficiente. Que el mito alcanzaba para ejercer el cargo de seleccionador. Más allá de las críticas, fueron sus propios futbolistas, contenidos por estructuras profesionales en sus clubes europeos, los que le marcaron otro camino, más cerca de un entrenador competente y más lejos de "el Diego". Hace diez días, Tevez le puso un límite a su verborragia y manifestó su enojo por aquel anuncio en un programa de TV. "Falta un mes y que ya se digan los titulares me parece raro", dijo Carlitos. Durante este fin de semana, Maradona hizo un ensayo con tres delanteros: Messi, Higuaín y? Tevez. Ayer, en la conferencia de prensa, negó tener definido el equipo, rechazó la división entre titulares-suplentes y les pidió a los 23 "estar en el aire" porque los considera a todos importantes. Sin dudas, se trata de otra rectificación de su discurso, generada por los propios futbolistas.
Mientras tanto, en Madrid, el número 22 de Inter también le impuso su agenda a Diego. Sin necesidad de hablar, pidió que nadie se apurase a cantar el equipo contra Nigeria. En el primer tiempo, le ganó por arriba a Demichelis, se ofreció como alternativa de pase, recibió el exacto toque de Sneijder, le amagó al arquero Butt y la clavó arriba. "Antes llegaba al área y me quedaba quieto. Esperaba que la pelota me llegara a mí. Y no es así. Me fijé en Batistuta y Crespo, delanteros muy inteligentes. Te engañaban siempre. Sin engaño, no hay buen fútbol", cuenta en la entrevista con Cappa. Un rato más tarde, Diego Alberto Milito, el goleador inteligente, le rompió la cadera a Van Buyten y plasmó en un golazo inolvidable las palabras con las que comienza esta nota.
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