Mundial Rusia 2018. Los hinchas decepcionados que no pierden la esperanza en la Plaza Roja de Moscú

MOSCU, Rusia.- Unos pocos argentinos dan vueltas por la zona de la Plaza Roja, el centro del universo para los hinchas de este Mundial, transformado en una peatonal XXL. Ese energía del recién llegado, con el campeonato de estreno, con las perspectivas puestas en días indefinidos de julio, está retraída y casi oculta. Los pocos que deambulan hacen eso: andar sin rumbo. No parecen con ganas de levantar la mirada y ver de que se tratan esas cúpulas coloridas que coronan semejante espacio. Ni una videollamada para los que se quedaron en casa para hacerles un "live" con lo que ellos ven en ese momento. Cuando el turista futbolero siente que el asunto viene de derrumbe, algo se apaga y el ocio disponible no es otra cosa que una amargura en eterna suspensión.

Matías (29 años) y Cristian (38) son dos hermanos que llegaron a Moscú desde 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires. Son dos de los que andan por ahí. Manejan todas las tonalidades que tienen los hinchas argentinos ahora: tristeza, decepción, bronca, enojo y en el fondo ese hilito de esperanza que se hace más grueso ahora que ganó Nigeria. "¿De quién es la responsabilidad? Y...de Sampaoli. Por cómo armó la lista, por cómo juega el equipo, porque lo pone a Enzo Pérez de titular cuando antes había decidido dejarlo afuera. Además está lo anímico, yo creo que va a ser muy difícil levantar esto...No la veo la verdad...Todos le caen a Messi, pero él no tiene la culpa de esto", dice Matías, que lleva la camiseta de Argentina puesta. Su hermano hace aclaración fundamental que define la escena completa: están en Rusia, pero todavía no fueron a la cancha. Sus entradas son para octavos de final. Esperan poder usarlas: "Vimos los partidos en Moscú. Teníamos las dos opciones: para Kazan y para Nizhny...Ahora no sabemos si llegaremos a usarlas o nos volvemos a casa. Sin Argentina no tenemos ganas de seguir por acá..."

A metros de ahi, en plan de pic-nic debajo de unos árboles, hay otros tres argentinos: Xilene, una joven que es de El Trébol, provincia de Santa Fe, Nico que es de Neuquen y Flavio de Ramos Mejía. Son tres amigos que llegaron por separado a Lorne, un pueblo cercano a Melbourne, en Australia. Se conocieron ahí y decidieron viajar juntos al Mundial. Recién en San Petersburgo verán a la Argentina por primera vez en un estadio. Están esperanzados. "Nadie como Messi se merece ser campeón, así que alentemos a la Argentina", dice Xilene. Flavio comparte la idea y dice que va a alentar, pero sus críticas son marcadas. "Pareciera como que no hay liderazgo, cada uno hace lo que quiere. Creo que las responsabilidades son de todos: del técnico, de los jugadores y de la AFA que viene haciendo todo mal hace tiempo...". Hay coincidencia en eso.

El entusiasmo para pasear por Moscú queda algo postergado. Flavio se levanta y va hacia el monumento a Karl Marx, rodeado de contingentes de turistas chinos. Le saca una foto. Nada es casual: la Selección debe trabajar y conseguir esa pluslavía que le permita ganarle a Nigeria y luego ver qué pasa.