El Torneo Inicial. Ni con dos más Racing pudo evitar la derrota
Cayó 1 a 0 con Belgrano, un equipo aguerrido, que actuó 30 minutos con dos jugadores menos; Desperdició la chance de ser líder y dio un gran paso atrás
CÓRDOBA.- Son dos equipos contrapuestos. Cara y ceca de una misma realidad. La del tibio, apático y gris fútbol argentino. Uno es pequeño, el otro es grande. El primero es gigante en el pago chico, de corazón enorme y fuerza de voluntad inquebrantable. Mueve montañas cuando juega o, mejor expresado, cuando impide que el adversario ocasional pueda hacerlo. El segundo es un poderoso alejado de sus grandes tiempos, un viejo gladiador que renueva entusiasmos en cada torneo, para luego caerse.
Belgrano es el primero: un titán del fútbol, aquella expresión que verdaderamente refleja la esencia de este deporte: no sólo no da jamás una pelota por perdida, es la imagen viva del cuchillo entre los dientes futbolero. Racing es el segundo: una infantil e inexpresiva manera de atacar y ofrecer espacios. Una falla conceptual verdaderamente inquietante. La Academia, si ganaba, se subía a la punta: no sólo no venció, su imagen se debilitó en forma peligrosa.
Belgrano ganó por 1 a 0 porque termina cada función con llagas en los pies, con moretones en las piernas. Juega con el alma. Racing perdió por 1 a 0, en el mismo escenario en que días atrás La Pulga Messi quebró unas cuantas cinturas. Perdió porque le faltó juego, equilibrio, astucia y, sobre todo, un plan B. Cómo hacer para ganar (primero, empatar), si se tiene dos jugadores más durante 30 minutos.
Era un partido parejo, Racing no jugaba ni bien ni mal: era una formación tibia, con fundamentos ofensivos, aunque sin claridad ni serenidad. Belgrano se defendía, como suele hacerlo de local y de visitante: una muralla de los viejos años sesenta adaptada a este tiempo. Dos líneas de cuatro, una suerte de enlace y un delantero (más o menos) de área. A diferencia de Racing, que tantas veces se disfraza de ofensivo sin serlo, que ensaya ser equilibrado sin descubrirlo, Belgrano sabe a qué juega. Se defiende. Dedicado, esmerado, orgulloso. Y lo bien que hace, si entiende que de lo otro no tiene demasiado.
En realidad, sí, tiene una idea. Se para de contraataque con la voracidad de un león hambriento en la selva. Racing tuvo un par de ocasiones tibias en el área rival y, en un avance aislado cordobés, se transformó el desarrollo, en el final del primer capítulo. El 1 a 0 fue anotado por Carranza (de cabeza, con 1m62), luego de un envío fortísimo de Quiroga, un zurdazo tremendo, que chocó con las manos del pibe Galanternik, que hizo su presentación, por la lesión de Saja y la suspensión de De Olivera. El rebote fue directo a la cabeza del zurdo picante y astuto.
Racing tenía 45 minutos para empatarlo. Para ganarlo. Para transformar hibridez por expresión. De pronto, Zapata fue expulsado, por doble amarilla, luego de un cruce violento contra Villar.
Más tarde, un supuesto manotazo de Barrios (no se vio con claridad) a Centurión recibió como respuesta otra tarjeta roja, en forma directa. Pareció exagerado, aunque el defensor ya tenía una tarjeta y hubiese merecido otra del mismo color amarillo.
Fueron, con los cinco agregados, 30 minutos para ensayar una respuesta. ¿Qué hizo Racing? Esperar que el pibe Centurión se apelara a su ingenio. Que lo tiene, pero todavía está en etapa de aprendizaje.
Luis Zubeldía, mientras sufría el desarrollo, tiró la casa por la ventana: Vietto y Cámpora se sumaron en el ataque a Sand, Hauche y... Centurión. Y Racing confirmó algo: entre los tropiezos entre los delanteros, no hubo un solo jugador que llevara la pelota al área. Casi, casi, elemental. Villar fue el encargado, aunque el volante no es un exquisito asistidor. Es un vertiginoso mediocampista con buenos pases, de tanto en tanto.
Belgrano, esta vez, no hizo tiempo. No hizo falta. Hasta tuvo la ocasión de elevar la cuenta, en un par de fugaces intervenciones peligrosas y veloces. Los números ayudan, respaldan el juego. Los datos, usados para clarificar conceptos, son esenciales. Racing tuvo la pelota durante el 60.1 por ciento del desarrollo. Miró por arriba, pateó para adelante.
Sin embargo, el problema es el cómo. No se trata de descubrir un enganche, pasa por los modos, por las formas. Y por la incapacidad de marcar un solo gol cuando se tiene dos futbolistas de más durante tanto tiempo.
Belgrano transmite paz interior. Racing, ahora sí, debe pensar. Pisar la pelota y levantar la cabeza. Está a tiempo.
Farré, la figura: "Éste es nuestro estilo de juego"
CORDOBA.– Guillermo Farré es la figura de Belgrano. Fuerza, coraje y presencia en el medio juego. Satisfecho por la fuerza colectiva arrolladora del elenco cordobés, Farré es sincero. "Hicimos un esfuerzo grande, porque no podemos permitirnos quedarnos con dos jugadores menos. Ya con uno menos en el fútbol argentino es complicado, así que imagínense con dos. Les cerramos los espacios, los incomodamos", comentó Farré, ovacionado por buena parte del estadio. En referencia al habitual esquema cauteloso, fue claro: "Este es nuestro estilo de juego. Mientras ganemos, vamos a seguir así".
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