Las eliminatorias. No a la sospecha: los jugadores, tajantes
Los futbolistas de la selección rechazaron las suspicacias sobre el clásico con Uruguay. "La Argentina saldrá a ganar", aseguran
Es posible adivinar lo fastidioso de la situación para los principales involucrados. Quienes hoy defienden la camiseta nacional viven lo mismo que atravesó hace cuatro años el seleccionado por entonces dirigido por Marcelo Bielsa, salvo que, en este caso, y en buena medida por aquel antecedente, las miradas externas serán más cuestionadoras. En rigor, ya lo son. La Argentina será un incómodo juez de expectativas ajenas: en primer lugar, de Uruguay, su rival de pasado mañana, en Montevideo; indirectamente, de Chile y de Colombia, los otros dos aspirantes a la plaza del repechaje sudamericano.
Se refresca lo que ocurrió en aquel 1-1 en el Centenario, el 14 de noviembre de 2001, y lo que se dijo después. En esa vieja controversia sin solución, la voz más polémica fue la de Juan Ramón Carrasco, justamente el DT del equipo charrúa por entonces. "Si no arreglaban ese empate con la Argentina, Uruguay se quedaba sin ir al Mundial por tercera vez consecutiva. Acá (en Uruguay) todo el mundo lo sabe, que arreglaron para empatar porque Argentina ya estaba clasificada", dijo, tiempo después. Suficiente para abrir la puerta a las sospechas.
Del lado argentino, se sabe, siempre se rechazó que hubiese existido algo irregular. El agravante del cuadro actual es que, si hace cuatro años a los uruguayos les bastaba con un empate, esta vez necesitan ganar para quedar a salvo de lo que hagan chilenos y colombianos. Como sea, el énfasis de los jugadores argentinos es el mismo a la hora de desligarse de miradas acusatorias.
"Ellos (por Uruguay) llegan con la necesidad de ganar, pero nosotros también. La selección tiene que ganar donde juegue. Hace cuatro años algunos pensaron mal, pero no hay que desconfiar de esas cosas. Ellos van a salir a ganar, como pueden hacerlo, porque es su cancha y tienen un buen equipo. Y la Argentina va a hacer lo mismo. Después, pasará lo que tenga que pasar, pero nadie irá para atrás. Para nada", afirmó Pablo Aimar, por ejemplo.
Con los matices dados por caracteres y personalidades, el recorrido de voces mostrará similar elocuencia en busca de espantar sospechas. Es interesante atender lo que dicen algunos de quienes estuvieron en el clásico de cuatro años atrás. Como Juan Pablo Sorin, que pareció dirigirse directamente a aquellos dichos de Carrasco. "Antes -dijo el jugador de Villarreal- estuve bastante suave cuando hablé del tema, pero ahora lo voy a decir claramente. Sobre aquel partido se hablaron muchas bol..., sin ningún fundamento. Lamentablemente, mucha gente se toma del sensacionalismo. Creo que las estupideces que se dijeron les van a volver a los que hablaron, muchos de los cuales son personas ligadas al fútbol. Si hay algo que queremos es ganar siempre con la camiseta argentina. Si después dejamos afuera a Uruguay, tendrá que ser así y que lo sufran ellos por no haberse clasificado antes."
Aquella noche, el capitán del equipo argentino fue Roberto Ayala. "Sabemos que esos partidos son a muerte. Es un clásico y nosotros no queremos que se piense mal de la selección. Queremos hacer un buen partido e ir a ganar, como se debe. Después, que pase lo que pase. Nosotros estamos muy tranquilos", expresó el defensor.
Kily González no jugó en ese partido, pero ya era integrante habitual de aquel equipo. "No me gusta que se diga que la Argentina va y regala los puntos... El que estuvo ahí sabe cómo fueron las cosas, y nada más. No se trata de agarrar un micrófono y decir cosas sin pensar bien. Nosotros tenemos que demostrarle a Pekerman que podemos ir al Mundial. Los que jueguen harán lo imposible para conseguir un puesto en la lista de los que irán a Alemania", señaló el jugador de Internazionale.
Están quienes no tuvieron nada que ver con esa historia. Como Fabricio Coloccini, que de todos modos no jugará en Montevideo porque deberá cumplir una suspensión: "Siempre se dicen cosas y se ensucia al fútbol y a los jugadores. Cada vez que la Argentina sale a jugar, sale a ganar. La clasificación o no de Uruguay no depende de un solo partido, sino de toda una eliminatoria. No es que nosotros los eliminemos: si Uruguay no hizo las cosas como tenía que hacerlas para clasificarse antes...", dijo. O Roberto Abbondanzieri: "Ningún jugador tiene un lugar seguro en el Mundial y en cada partido hay que defender el prestigio". ¿Y qué piensa José Pekerman?: "No hay mala fe. Nadie puede prejuzgar, pero es natural que haya incertidumbre. Las especulaciones son habituales". La rueda de la controversia vuelve a cruzar el Río de la Plata. Promete seguir agitando las aguas.
Chile no quiere "cosas raras"
SANTIAGO (DPA).- En Chile hay quienes miran con recelo lo que pueda ocurrir en Uruguay-Argentina. El más expresivo fue Reinaldo Sánchez, titular de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional: "Estoy asustado por lo que pueda pasar; el problema es que no hay tiempo para llamar a nadie de la Confederación Sudamericana; tampoco se puede poner en tela de juicio a nadie antes de que ocurran las cosas. Ojalá que no pase nada", dijo al diario La Tercera. El DT de la selección, Nelson Acosta, advirtió: "Lo que pido es que no haya cosas raras y que la clasificación se gane en cancha. Hay antecedentes que todos manejamos de lo que ocurrió (en la eliminatoria anterior); ojalá que todo se haga dentro de la norma".
En Colombia piden "buena fe"
BOGOTA.- Más que nada, en Colombia pesa la desazón por el empate con Chile (1-1), considerado por la prensa y el ambiente un mazazo a las esperanzas de estar en Alemania 2006. "Se esfuma el Mundial", resumió el diario El Colombiano, y se habla de que la clasificación dependerá de "un milagro". Pero también se reclama transparencia en lo que depende de terceros: el cotejo de pasado mañana, en el Centenario, estará bajo la lupa. "Dejemos todo a la honestidad y a la buena fe. Que sea lo mejor para todos y no se caiga en una situación como la de hace cuatro años, en la que los propios argentinos se avergonzaron de lo que hicieron", dijo el zaguero Iván Córdoba.
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