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Pablo Guede, el “loco de la presión”: cómo es un entrenamiento con un DT que vive con pasión y valora el plus del jugador argentino
El exentrenador de Argentinos y San Lorenzo se lució en un Congreso para directores técnicos realizado en el club Comunicaciones
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Celebró los 50 años exponiendo ante 650 entrenadores de todo el país. Entrenando, opinando, escuchando y debatiendo. Pablo Guede actualmente está sin trabajo y dice que no está apurado para volver al ruedo: “Estoy en ese impase de estar tranquilo. Estoy súper tranquilo. No quiero entrenar por ahora, quizás en 2025. Pero ahora estoy disfrutando de la gente que tengo alrededor, de mi familia”, explica.
Hizo tres trabajos en el campo de la cancha principal del club Comunicaciones, invitado por Librofútbol.com, en un Congreso de fútbol que reunió a entrenadores, preparadores físicos, tanto de primera como formadores de las divisiones inferiores. Fue este martes. Del otro lado de la línea de cal, en este caso escuchando, estuvieron (entre otros) Pipi Romagnoli, Germán Voboril, Leonardo Madelón, Christian Bardaro.
Guede hizo foco en la “presión”, no con relación a esa exigencia del resultado a lo que son sometidos los entrenadores sobre todo en la Argentina, sino a trabajos de intensidad y presión para defender y también para atacar. Sí, Guede es un “loco de la presión”, y eso se ve reflejado en los equipos que conduce: Argentinos Juniors, el último ejemplo.
“La presión es un factor defensivo, es una de las maneras en la que vos querés recuperar la pelota pero se transforma en ofensivo en función de la velocidad con la que ataques. Depende del sector donde querés recuperar. Y todo con intensidad. En el fútbol de ahora no se puede jugar sin intensidad. Podemos hablar de defender, de atacar, de lo que quieras, pero todo debe ser con intensidad”, sostiene luego de realizar en el campo tres trabajos puntuales en donde a los sparrings de Comunicaciones los condujo con frases como: “¡Andá a robar!”, “No mires”, “Te dormiste”, todas con un hilo en común: nunca quedarse parados.
¿Qué es la intensidad para Guede? “Intensidad no es parar de correr. No pasa por correr más. Intensidad es correr más rápido en menos recorridos, en recorridos cortos, y tener premio, recuperar la pelota”. Divide el campo en tres cuadrados, pone conos, elige los jugadores para “fomentar las sociedades”. Puede ser un lateral con un central, un enganche con un 9, y así. Todo tiene que ver con todo. “Hay algunos trabajos desde la presión que ya los hago como entrada en calor porque sirven para todo. Para la posesión de la pelota, para la recuperación. Sirve para todo”. Y deja en claro que el término defensivo no se reduce a la última línea o a los volantes de contención: “Lo hacemos para todos, porque el primero que debe presionar es el delantero”.
Uno de los ejercicios de Guede
Y va más allá sobre el concepto de “no correr por correr” y de la importancia que todos formen parte de un bloque colectivo: “El posicionamiento táctico es fundamental cuando querés presionar en un sector. Si uno solo está mal parado, te pueden entrar por ahí. Y además yo les digo a los jugadores que todos deben ir convencidos. Si un jugador pica 30 metros y te frenás cinco antes… ¿para qué corriste 30 metros? ¡No! ¡Andá a robar! Te dicen ‘No, pasa que sino paso de largo’. Y yo les digo: “sí, si vas solo en la presión sí, pero si vas en bloque de equipo, está bien’. El esfuerzo que hace un jugador para presionar debe tener premio, debe generar una recuperación, una pelota cortada al lateral, una falta para frenar el intento rival, algo”.
Y sobre su juego hace hincapié en la recuperación tras la pérdida de la posesión: “Se puede mecanizar la reacción al estímulo de la pérdida de la pelota. Vos vas atacando y si juntás gente en la elaboración, después tenés más herramientas para presionar si la perdés. Primero lo conceptual. Lo específico en función del rival es analítico y colectivo viene después. Nosotros siempre mostramos primero un video de dónde queremos presionar y cómo”.
El adversario tiene su importancia en cada planificación semanal: “Yo dependo mucho del rival. Varío la presión en función del rival. No todos te salen jugando o salen largo de la misma manera. Sí, siempre tenés un patrón, pero eso se cambia si el rival juega con un 9 posicional o enganche. Depende. Pero suelo generar presiones altas hacia los arqueros o defensores, lo hago mucho, se trata de detectar el punto flojo del rival, que puede ser desde un control o un determinado perfil a la hora de salir jugando o al 5 que le cuesta girar, y les digo: ‘bueno, vamos ahí’. Se trata de la presión organizada, la presión son todos y cuanto más coordinado sea, en función de cuál es el disparador que la activa, más chances tenés que salga bien”.
Les sigue dando indicaciones a los chicos de Comunicaciones: “Te quedaste paradito. No. El fútbol es reacción. Tienen que reaccionar rápido. Pierdo la pelota y enseguida voy corriendo a recuperarla. ¿Dónde? No importa. No te podés quedar parado. ¿A quién presionaste? Estabas cerrando y esto es un trabajo pleno de presión. No me puedo quedar parado, tengo que ir a robar la pelota”. Y siguió en otro: “Te quedaste mirando si tu compañero va a recuperar la pelota. No. ¡Vos andá! Porque el primero que presiona no va a recuperar la pelota pero la van a recuperar los tres que están atrás”.
Más allá de si aplica un sistema con línea de 4 o de 3, mantiene un concepto cuando defiende lejos de su arco: “Los centrales, pegados al delantero”. Hace ejercicios cortos en espacios reducidos y después a la cancha. Si hacés una presión alta yo les digo a los centrales que estén pegados al delantero; lo tienen que tocar, medir, no estar a un metro. No le des la chance de que te limpien o que te giren y se te vayan”.
Marca la diferencia con los contextos. No se puede presionar siempre y hay que evaluar otras situaciones desde la estrategia. “Si tenés que jugar contra Pumas en México, que hay smog, tenés que jugar a 2600 metros de altura y con más de 45 grados, ojo con la presión ahí…”
Destacó la importancia del jugador argentino y por qué es requerido en todo el mundo: “El futbolista argentino se adapta a todo. A la humedad, a la altura, al pasto alto; le puede costar un poco más adaptarse cuando llega a un ámbito desconocido, pero se termina adaptando a cualquier circunstancia”.
Y sobre cómo se vive el fútbol en la Argentina, agregó ante la consulta del periodista Javier Tabares, conductor del evento: “Presión hay en todos lados. Lo que hay en la Argentina es pasión. Cuando te manejás con pasión podés correr el riesgo de perder la racionalidad, pero si se maneja en su cuota justa, te impulsa y pensás que no hay desafíos que no se pueden encarar”.
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