El enigma Dybala, una cuestión de fondo para el futuro de la selección
Con Messi como televidente en Barcelona, la Argentina jugará el último amistoso del año ante Nigeria, en Krasnodar, y será otra oportunidad para evaluar la adaptabilidad del crack de Juventus
KRASNODAR, Rusia.- "Se la tiene que creer más." La apreciación de Edgardo Bauza tenía un tono afectuoso, casi paternal. Durante ese flash que fue para él haber entrenado a la selección argentina , el Patón tuvo la misma intención que antes había experimentado Gerardo Martino y ahora, Sampaoli . ¿Cómo pulir a esa joya, si es la que encabezará el lugar que progresivamente irá abandonando la generación actual?
Es de noche en esta prolija ciudad, donde el invierno por venir parece una mentira del almanaque: 12 grados a las 22 representan un veranito ruso a la par del frío bajo cero que congeló a los jugadores en Moscú durante toda una semana. Observado por no más de 50 curiosos, Paulo Dybala baja del bus que trajo al plantel del aeropuerto y, como todos, va directo al comedor del hotel Rimar, donde los espera la cena. La segunda función de la gira, ante Nigeria, será para él una nueva oportunidad de darles la razón a tantos que siguen apostando por su lanzamiento definitivo. Va a jugar de titular, otra vez, después de aquel intento interrumpido de vestirlo como el esperado socio de Messi . Su chance es aquí, es ahora.
Desde que debutó, en octubre de 2015, jugó 11 partidos, ocho como titular. Todavía no hizo goles
Su apellido constituye un caso en sí mismo. Con más de dos años en la selección (debutó en octubre de 2015 en Asunción, en un 0-0 por las eliminatorias ante Paraguay), su proyección ha sido completamente diferente a la que desarrolló en Juventus . Si en el club italiano es el planeta sobre el que orbitan las demás estrellas, aquí nunca pudo brillar. Su foja de selección es sintomática: jugó 11 partidos, de los cuales fue titular en ocho, no marcó goles ni, sobre todo, tuvo todavía un partido que lo transformara en indispensable. En la Juve se advierte el contrapunto que ofrecen sus 55 gritos y 20 asistencias en 111 partidos. En esta temporada, por ejemplo, ya suma 13 tantos en 17 presencias. Una disparidad que salta a los ojos de cualquiera. Empezando por Sampaoli.
El entrenador no se decide sobre la cuestión de fondo: dónde hacerlo encajar. Cuando asumió, en julio, creyó que Dybala era quien mejor relación podía establecer con Messi adentro de la cancha y fue por eso: jugaron juntos contra Brasil, en el amistoso de Melbourne, y la prueba no arrojó ni un sí ni un no. Por los puntos, contra Uruguay en el Centenario, se encontraron una vez, en la mejor jugada asociada de la Argentina, que no terminó en gol del capitán por la intervención del arquero Muslera: muy poca renta para semejante expectativa. Después, contra Venezuela, al cordobés se le fueron apagando las luces a tal punto que cuando Benedetto lo reemplazó nadie saltó de la platea para reclamar. Suplente ante Perú y Ecuador (no ingresó), ahora llegó el momento de insistir con él. ¿Pero cómo, dónde, con quiénes? El cuerpo técnico debate internamente para encontrarle respuestas al asunto. En la foto que sacan hoy, Sampaoli y Beccacece no lo ven como suplente natural de Messi: creen que no aporta control en el vértice ofensivo del rombo de la mitad de la cancha, un ítem que debe completar quien ocupe esa posición, según su visión estratégica. Le ven "raptos brillantes", pero a veces lo leen desordenado, "raro". En la prueba de hoy contra las exuberantes Águilas Verdes de Nigeria paradójicamente ocupará el puesto del capitán, que verá el partido desde Barcelona, aunque en la proyección hacia el Mundial les cuesta imaginarlo allí. Será una excepción.
"Puede jugar de extremo, partiendo por la derecha, y también de 9", le buscan el espacio en el staff técnico. La primera opción no encaja demasiado con el perfil de Salvio, Pavón o Rigoni, los que pelean por ganarse un lugar en la lista y se mueven naturalmente allí. Sobran los dedos de una mano para contar las veces que ocupó ese sector de la cancha en la Juve. Que sea el centrodelantero, en cambio, entusiasma a Sampaoli: ve que siempre apunta al gol porque "tiene mirada de killer", como una vez lo definió Massimiliano Allegri, el otro DT de la Joya. "Está creciendo muchísimo, tanto física como tácticamente y en capacidad de liderazgo. Él y Neymar serán los mejores del mundo cuando Messi y Cristiano Ronaldo ya no jueguen", aventuró el italiano dos meses atrás sobre el muchacho de 23 años. El desafío es que, sin llegar a esa estatura, al menos pueda acercarse a ese nivel en la selección. Y convivir armónicamente con el capitán. Ya quedó atrás aquella frase suya sobre lo "difícil que es jugar con Messi": la superaron casi sin hablar porque Leo interpretó bien lo que Dybala quería comunicar; es él quien tiene que encontrar el modo de complementarse, y le cuesta.
A exactos siete meses del comienzo del Mundial, resolver el enigma Dybala es bastante más que una detalle de formas. Para Sampaoli, se trata de un mandato.
Más leídas de Fútbol
"El Zapatero de la Nación". El final de la sociedad más exitosa del fútbol mundial: Alemania rompe su historia con Adidas
En el Ducó. Huracán vs. River Plate, por la Copa de la Liga 2024: día, horario, TV y cómo ver online
"Falta de respeto irreversible". Battaglia reveló el exabrupto de Almendra que sentenció la salida de Boca del volante