"Racing, como negocio, fue horrible"
Fernando Marín, ex presidente de Blanquiceleste SA, analizó su gestión al frente de la empresa que gerencia el fútbol de la Academia; habló de su relación con Simeone, de las diferencias con Merlo y reconoció algunos de sus errores
lanacionarSin almidón, sin la obligada presencia formal que exhibía en su función de presidente de Blanquiceleste SA, Fernando Marín, de 66 años, ahora se muestra más relajado. Ya alejado de la vorágine que imprimen las obligaciones de conducir una empresa que gerencia a un equipo del fútbol argentino, el ex hombre fuerte de Racing ahora dedica su tiempo a negocios vinculados fuera del mundo de la pelota.
Seguro y enérgico en cada respuesta, Marín, con una camisa cubierta de rayitas naranjas, amarillas, celestes y azules, un chaleco marrón y una botas al tono, se acomodó en el sillón beige que domina la escena en uno de los salones de su casa de Barrio Parque y, durante poco más de una hora y media, charló con LA NACION sobre las experiencias vividas a lo largo de los seis años de concesión del fútbol de la Academia.
-¿Extraña a Racing o siente que se sacó un peso de encima?
-Extrañar a Racing, cuando uno es hincha desde la cuna, no lo extraña nunca. ¿Si extraño ser el conductor de Racing? Lo va decir el tiempo. Creo que no había otro camino que no fuera mi salida y lo hice pensando en Racing, y en todo lo que me rodea, como la intimidad de la familia. Seis años solo en la decisión final, en el fútbol, es fuerte.
-Entonces, su salida no fue en los términos deseados.
-Por la gestión realizada al cabo de seis años podría decir que fue muy satisfactoria. Si lo medimos desde el punto de vista deportivo, el último campeonato no fue bueno. Mi tristeza pasa por no haber podido cumplir un proyecto, por ejemplo, con Simeone. Para mí es un traje a medida para Racing.
-Ese traje lo encontró usted, ¿no siente que lo abandonó y no lo respaldó?
-Yo siempre lo respaldé. Creo que el mejor técnico para estar en Racing era Simeone. Es mi opinión de hincha, no de dirigente. Decir la palabra abandono es muy dura, yo no tenía ninguna otra posibilidad, salvo que pusiera mi cabeza en una guillotina.
-Cuando usted le ofreció el cargo a Simeone ya sabía que su figura irritaba a la gente
-Pero pensé que todo esto se rescataba con resultados. Tenía dos o tres alternativas de inversiones. No se olvide que comprometí seriamente mi patrimonio personal. Acá no había 27 socios. Los socios fueron este grupo suizo (Bergo Anstalt, inscripta en Liechtenstein) a través de una sociedad que es acreedora de Blanquiceleste, este grupo saudí (Elmtree Investment Company Limited, registrado en las islas Virgenes británicas, del jeque Mohammed Hussein al Amoudi, un etíope multimillonario cuya renta principal proviene del petróleo) y yo. Cuando se originó esta debacle deportiva, tuve la oportunidad de acercar otros capitales que exigían que yo continuara al frente y así lo hice, y fue cuando lo invité a Simeone a mi casa y él aceptó.
-¿Pagó algún costo porque la gente pensó que si estaba usted no volvía Mostaza?
-No lo sé. Intenté que vuelva Mostaza tres veces Estuvo en mi casa disfrutando de una cena No le puedo decir que éramos amigos, pero teníamos más que una relación cordial.
-Es evidente que alguna diferencia existía, porque ahora sí, sin su presencia, aceptó volver.
-Seguro, la diferencia debía existir de parte de él. La última vez que lo llamé decidió quedarse en Estudiantes y después se fue a River. Me ofendí esa vez, porque pensé que Mostaza nos había dicho que sí. Hoy vuelve, o sea que le dijo que no claramente a Fernando Marín.
-¿El quiebre se produjo después del título porque usted no le reforzó el equipo como pretendía?
-No sé, porque él se fue a la pretemporada y yo tenía una posición... El técnico exige siempre lo mejor y hay veces que eso no es alcanzable. A lo mejor no le satisfice sus pedidos y se fue, que sé yo.
-Ante todo este malestar, ¿creyó que podía continuar hasta 2011?
-No sé, yo busqué figuras de recambio. Hice no menos de 20 reuniones con gente de Racing, nadie tomó la posta, nadie le puso la cara. Busqué variantes desde lo económico y desde lo institucional y no encontré a nadie. Mi mejor meta era reinstitucionalizar a Racing. Me fui con una obra inconclusa.
-¿En De Tomaso -el flamante gerenciador- sí encontró esa inversión genuina que buscaba?
-De Tomaso me dijo que manejaba una posibilidad con un grupo inversor y lo escuchamos y entendí que debía aceptar. A través del asesoramiento legal que tuve, con la oferta de colocar el dinero dentro de Blanquiceleste, no en compra de acciones, y aceptar dejar todas las acciones, menos el 25% en fideicomiso, hasta diciembre de 2008.
-¿En qué cree que se equivocó?
-Haber ido con Comparada [presidente de Independiente] en el clásico, en Racing (ver aparte). Otra fue la venta de Mariano González, porque era muy criticado; la gente no lo recuerda, pero decían que tenía un balde en la cabeza, decían que era un atropellado. Lo pusimos en venta, publicamos edictos durante 15 días por 808.000 dólares. Nadie trajo 809.000. Logré que se quedara a préstamo por un año sin cargo, se dio vuelta y explotó. ¿Y en qué más me equivoqué? En no haber tenido una comunicación más futbolera con los medios. Siempre hablé desde el perfil de empresario y desde un ángulo unipersonal.
-Que todo se centrara en usted, ¿lo perjudicó?
-Traté de crear la figura de director deportivo y lo traje a Jorge Berrios, y no trascendió. Yo no pude delegar en él. Los medios se acercaban y querían hablar conmigo. Después traje a Commisso (Emilio) y pasó lo mismo. La única figura que salió, un poquito, fue Fanesi (Alberto).
-Deportivamente, ¿qué más le hubiese gustado conseguir?
-Jugar alguna final o semifinal de Copa Libertadores.
-¿Se lo acusó de haber traído siempre técnicos baratos?
- Yo hice gestiones formales para traer a Passarella, Bielsa y Valdano.
-¿No los pudo traer por cuestiones económicas?
-Valdano me dijo que no era el momento para volver a la Argentina, Bielsa dijo que por ahora no dirigía y Passarella estaría esperando otro momento.
-Apuntar tan alto, ¿le hizo perder de vista a Alfaro o a Falcioni?
-Con Falcioni nunca hablé. Lo respeto, pero nunca hablé. Con Alfaro sí lo hice, pero él tenía un compromiso de continuidad en Quilmes.
-Los últimos jugadores, ¿fueron las peores contrataciones?
-No me gusta hacer nombres propios, pero en esta ocasión lo voy a hacer. Núñez era un jugador que querían todos los equipos, lo trajimos y porque se equivocó con un gesto casi infantil, después no podía jugar, no podía tocar la pelota. Miranda no rindió, pero fue muy requerido. Me equivoqué, pero... ¿quién no se equivoca?
-¿La inversión en jugadores es la más volátil que existe?
-En absoluto y lamentablemente es la única variable de ajuste que tiene un club. No alcanzan ni la recaudación de la venta de entradas, ni la televisión, ni la publicidad, ni el sponsor. Un club grande no llega a pagar el 50% del costo operativo y se necesita vender. Y cuando vende, desmantela, y cuando compra, compra ilusiones.
-Si pudiese volver el tiempo atrás, ¿diría "Llegué a Racing para hacer negocio" y "Vamos por más" ?
-La frase "Vamos por más", la dije en un contexto de euforia y pretendí... No lo volvería a decir, me pareció una bo... y cuando la escucho alguna vez por ahí, más. Y no dije "llegué a Racing para hacer negocio", lo sacaron de contexto..
-Haber estado en Racing, ¿fue un buen o un mal negocio?
-Racing, como negocio, fue horrible. Como negocio, no malo, horrible.
-¿Perdió dinero y no ganó nada?
-Gané la enorme satisfacción de haber salido campeón después de 35 años, haber visto la Casa de Racing de pie...
-¿Fue un negocio tan horrible?
-Horrible, horrible. Cuando dije que comprometí mí patrimonio personal, no el total, es real, lo comprometí poniendo dinero adentro de Blanquiceleste y no estás hablando con un hombre que tiene una trayectoria rara. Se sabe que tuve una productora, una agencia de publicidad...
-¿Está arrepentido?
-Y... arrepentido no es la palabra, pero esto te da mucho más piedras y más palos que satisfacciones. Para qué uno va a mentir. Esto es así.
-Esos éxitos que tuvo fuera del fútbol lo empujaron a exponerse de una manera que en el fútbol, muchas veces, no está bien visto.
-Es muy difícil no apasionarse y también lo es pasar inadvertido en la euforia de un éxito en el fútbol. En los otros éxitos podés bajar el perfil.
-¿Le costó mucho bajar el perfil?
-Te lo levanta el fútbol. Te lo levanta Racing. Cuando hacés espectáculos y hacés prensa, hacés lobby para hacer notas. Acá es distinto, te vivís negando. Fernando Marín, un productor, un publicista ¿creés que hubiera tenido el centimetraje, las tapas, y la trascendencia que tuvo si no hubiera sido presidente de Racing?
-De haber podido, ¿hubiese evitado toda esta exposición?
-Sí, porque conozco el perfil alto. Es como la cocaína para el adicto. Es horrible.
-¿Se imagina volviendo a ver a Racing pronto?
-No, pronto no. Porque a lo mejor seguiría irritando. Y está lejos de mí provocar algún tipo de angustia, pero sí que voy a volver. ¡Volvieron tantos!
-Racing fue una experiencia...
-Fue un orgullo. No importa si hubo parte de dolor o parte de quebranto económico. Haber podido ser el hombre que participó de la recuperación de Racing a través de Blanquiceleste es un orgullo enorme. Si no llegábamos a Racing no sé qué hubiera sido de este club.
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