Ni el tiro del final: River falló un penal sobre la hora e irá a Brasil a definir el duelo con Cruzeiro por la Copa Libertadores
Manos en la cabeza, miradas al suelo, labios mordidos y pasos lentos hacia la salida. Hay un clima inexplicable en el Monumental. De una posibilidad única e inesperada que hizo vibrar como nunca en toda la noche al estadio, en pocos segundos todo viró hacia a un silencio desmoralizante. El penal que Matías Suárez envió por encima del travesaño en la última jugada del juego fue un golpe al mentón para River, que tuvo una noche irregular y ni siquiera pudo capitalizar el claro agarrón de Henrique sobre Lucas Pratto en el área que detectó el VAR. Y el yerro final desluce el 0-0 con Cruzeiro, pese a que lo mantiene tan vivo como al inicio de la serie. La revancha será el martes próximo, a las 19.15, en el Mineirao.
Un Monumental repleto se vistió de gala, con show de fuegos artificiales y mucho empuje de la gente en el inicio del juego para paliar las bajas de temperaturas de la Ciudad. Y todo arrancó a pura intensidad, con un River decidido a buscar el triunfo y siendo superior desde el pitazo inicial. Pero el rendimiento y la dinámica del juego se fueron enfriando a la par del clima.
Sin Milton Casco y Rafael Borré por suspensiones, más Lucas Pratto (recuperado de la lesión en el sacro) y Leonardo Ponzio (no está al 100% por la inflamación del tendón de la inserción del aductor mediano) en el banco, el Millonario salió a jugar con un marcado 4-1-3-2 con Enzo Pérez de único volante tapón y, en una línea más adelantada, Nacho Fernández por derecha, Palacios en el centro y De La Cruz por la izquierda.
El resumen del partido
Por la Copa Libertadores, River y Cruzeiro se enfrentaron seis veces, con tres triunfos para los brasileños, dos para el club de Núñez y este empate. El historial general también es desfavorable para River, con cuatro victorias y nueve derrotas.
Así, el equipo de Marcelo Gallardo controló los tiempos del juego, manejó la pelota a su gusto y generó peligro con los desbordes de los laterales, pero le costó afinar la puntada final para dejar en posición favorable a Suárez y Julián Álvarez. Ese déficit le impidió poder transformar su superioridad en claridad para lastimar, potenciada además por la falta de un destello individual que pudiera romper el trámite de un partido duro y cerrado, al mejor estilo Copa Libertadores.
Más allá de eso, logró mantener alejado a su rival y la presencia de Franco Armani pasó inadvertida durante los primeros 45 minutos, que tuvieron dos momentos centrales. A los 24, una clara situación que Nacho Fernández no pudo concretar con el arco a su merced; y a los 32, la lesión de Javier Pinola, quien se fue tomando la pierna derecha en una clara dolencia muscular y le dejó su lugar al paraguayo Robert Rojas.
Lo que propuso Cruzeiro
Enfrente, Cruzeiro dispuso un 4-4-1-1, con la marcada ausencia de Fred, goleador del equipo en el torneo con cuatro tantos y reemplazado por Pedro Rocha. Con Thiago Neves detrás del único atacante y una línea de cuatro mediocampistas que trabajó más su faceta defensiva que ofensiva, el equipo de Mano Menezes, con Dedé -defensor central- y Henrique -volante central y capitán- como emblemas, fue metódico, técnico y ordenado, esperando el momento justo para pegar con un contragolpe.
Pese a jugar durante toda la noche alejado del arco millonario, ese momento llegó en el inicio del segundo período. A los dos minutos, Lucas Romero filtró un gran pase para Marquinhos, quien definió de zurda y en soledad ante la salida de Armani, pero el línea Claudio Urrutia anuló la jugada por offside, confirmado luego por el VAR. Luego, en el último tramo, todo River protestó por dos supuestos penales (primero de Dedé sobre Montiel por un pisotón en el área y luego por una mano de Luis Orejuela), pero el árbitro Julio Bascuñán no recurrió al VAR, que recién apareció en el minuto final por iniciativa propia.
Con Cruzeiro sin despegarse de su libreto, a River le costó sostener el frenesí inicial y en el segundo tiempo decayó. Sin demasiada claridad en campo rival y sin figuras salvadoras, hasta dejó muchos espacios que los brasileños, quizá por falta de atrevimiento o astucia, no pudieron concretar para llevarse la victoria de Buenos Aires.
Tras el 0-0, la definición en Brasil revivirá la historia con la famosa "bestia negra", que tiene una amplia diferencia en el historial (nueve victorias, un empate y cuatro derrotas) y siempre le complicó la vida: le ganó la final de la Copa Libertadores 1976, la final de la Supercopa 1991, los cuartos de la Supercopa 1992, los cuartos de la Mercosur 1998 y la final de Recopa 1998 (se jugó en 1999 en la fase de grupos de la Mercosur).
Tras cinco fatídicas definiciones perdidas, hace cuatro años y de la mano del Muñeco, la Libertadores 2015 (cuartos de final) fue el punto final de una racha más que oscura: derrota 1-0 en el Monumental e histórico triunfo 3-0 en el Mineirao para cambiar la historia y enfilar aquella reivindicadora conquista de América.
Tras el mazazo que significó el penal fallado por Suárez, en Núñez se aferran a la historia reciente. "No te olvidés, lo que pasó la última vez", fue el grito de los hinchas argentinos hacia los brasileños, buscando revivir la mística de los goles de Sánchez, Maidana y Teo. Para seguir con vida y acceder a los cuartos de final, el River de Gallardo tendrá que volver a protagonizar otra histórica noche en Brasil. Que también incluye, claro está, un empate con goles.
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