Fue una noche especial para Iker Muniain. Luego de haberse prestado a un “juego de seducción” con River durante el último mercado de pases y que Martín Demichelis echara por tierra la posibilidad de sumarlo al plantel, el futbolista español mantuvo su idea de afincarse en Buenos Aires y, finalmente, encontró su hogar en San Lorenzo, el club que terminó obteniendo su ficha. El dueño de la camiseta número 80 en la espalda, confeso hincha del Millonario, se dio el gusto de jugar en el Monumental, pero la paradoja es que se transformó en el verdugo, ya que le convirtió al Millonario el tanto de penal que sirvió para el empate definitivo 1 a 1 del equipo de Miguel Angel Russo.