El torneo Clausura. Santoro le allanó el terreno a Borghi
En la despedida de Pepé como entrenador interino, Independiente venció a Gimnasia, en Jujuy, por 2 a 1 y encadenó el tercer éxito seguido La ficha del partido
SAN SALVADOR DE JUJUY.- Pepé Santoro lo hizo: domó la fiera y la dejó mansa a las órdenes de Claudio Borghi, que el miércoles próximo asumirá la dirección técnica de Independiente. Otro éxito, el tercero consecutivo, esta vez ante Gimnasia (J) por 2 a 1, simbolizó la entrega del bastón de mando. Ya no se escuchan reproches en el pueblo rojo . Los gritos no denotan furia sino felicidad y gratitud; también ilusión. Tanto cambió el radio de acción por Avellaneda que la clasificación para los torneos internacionales se insinúa posible. Tanto se modificó que hasta algunos, al menos de reojo, se animan y miran la vanguardia del Clausura. ¡Gracias, Pepé!, piensan y dicen.
Independiente se llevó buena parte del premio mayor con el primer intento. El madrugón llegó de un despeje largo de Matheu que, en principio, no proponía ninguna dificultad. Denis tuvo visión de juego, se anticipó y habilitó a Fredes con un cabezazo; aunque sin demasiada convicción, el volante remató: el tiro se desvió en Acuña y descolocó a Nereo Fernández. Un toque de fortuna puso a los Rojos adelante en el nacimiento del partido.
La victoria ante Lanús por 2 a 0, el miércoles último, potenció la fe de Gimnasia, aunque se advierte que la presión de la lucha por la permanencia lo aqueja en cada movimiento. Si no, no podría explicarse tanto nerviosismo, tanta aceleración. El equipo corre, lucha, pero también falla en los pases más fáciles. Así no puede. Así se diluye. Aunque, para ser justos, el empate habría sido lo más indicado en un desafío de bajo relieve.
Como en las últimas muestras con la conducción de Santoro, Independiente se movió con astucia. No arriesgó más de la cuenta pero tampoco se retrasó por completo. A la dinámica de Gimnasia respondió con más dinámica y tampoco rehuyó de la pierna fuerte. Grisales no tuvo espacios y la elaboración del juego careció de lucidez. Montenegro, como siempre, sobresalió con alguna corrida. Aunque el desarrollo se movió bajo los parámetros del trajín.
Rágafas de emoción se sucedieron luego de la segunda conquista de Independiente, que vino con un embate de Montenegro y un violento remate del N° 10 directo a la red. El asunto pareció liquidado , pero el oportunismo de Arraya, que empujó una pelota sobre la línea, mantuvo encendida la ilusión del Lobo. A partir de entonces se jugó a puro corazón en ambos frentes, con mucha más ebullición y desorden que prolijidad.
Se habló de un partido de ida y vuelta porque Montenegro y Denis estuvieron un par de veces de cara con el tercer gol, pero fallaron en el último toque. Se dice del vértigo porque Mateo, Arraya y Carranza contestaron de la misma manera y, lo peor para Gimnasia, con idéntica resolución. La inquietud por el bajo promedio sigue latente en Jujuy. Santoro puede irse tranquilo al seleccionado juvenil, en el que entrenará a los arqueros. La alfombra roja para Borghi no tiene desniveles porque Pepé allanó el campo.
75 fue el porcentaje de eficacia de Santoro en el interinato, con tres éxitos y una caída.
LO CURIOSO
Hubo una interrupción por el ingreso de un simpatizante
A los 28 minutos del segundo tiempo, un hincha invadió el terreno con una bandera de Gimnasia (J); les costó, pero tres policías lo retiraron por la fuerza.
EL DATO
El gol de los Rojos estuvo a siete segundos del récord
El gol más rápido en la Argentina fue de Carlos Seppaquercia, de Gimnasia LP, a Huracán, a los cinco segundos, el 18 de marzo de 1979; el match terminó 1-1.
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