Carlos Tevez: "Pensar en una final de la Copa Libertadores con River sería irrespetuoso con Palmeiras"
A cada paso se saca como mínimo seis selfies y firma tres camisetas. Y cuando acelera su marcha, los chicos se convierten en su sombra. Lo siguen como a Rocky Balboa en aquella postal eterna de la segunda película de la saga del boxeador.
Pero no son las calles de Filadelfia, ni el protagonista es Sylvester Stallone. Es el corazón de Fuerte Apache, que late como nunca con la presencia de Carlos Tevez , que participa activamente de la serie sobre su vida que dirige Adrián Caeteno y produce Torneos.
Delante de la Torre I, donde vivió sus primeros meses, el ídolo dialoga con LA NACIÓN sobre la actualidad de Boca y palpita la semifinal de la Copa Libertadores
–¿Cómo lo ves a Boca rumbo a la definición de la Libertadores?
–Estamos bien. Es un momento para disfrutar, descansar y después prepararnos para el próximo partido.
–¿Los favorece el hecho de haberse cruzado con Palmeiras en esta Copa?
–No sé si nos favorece, porque es completamente distinto jugar una semifinal de Copa Libertadores que la fase de grupos.
"Hace una semana que vengo a Fuerte Apache todos los días por mi serie. Ya me saque como 300 fotos, siempre con los mismos, jajajaja", un #Tevez auténtico y feliz, siempre cerca de los chicos.#Apache#Bocapic.twitter.com/M8ULk08lk1&— Pablo Lisotto (@plisotto) 10 de octubre de 2018
–¿Boca está obligado a ganar la Libertadores?
–Cualquier equipo que la juega está obligado a ganarla. Si no, no la jugás. Y en Boca se ha convertido en una obligación mayor. Con el correr de los años la gente está más exigente.
–Pero los cuatro semifinalistas piensan igual, y sólo uno va a levantar la Copa...
–Y ese equipo será el que haga bien las cosas de ahora en adelante. Por eso es que hay que tratar de estar bien concentrados, porque el que menos se equivoque será el campeón. Después, esto es fútbol y se puede ganar o perder.
–¿Sería una revancha soñada dar la vuelta olímpica en el Monumental?
–Yo creo que sería irrespetuoso de nuestra parte pensar en una definición con River sin antes haber jugado las semifinales. Palmeiras es un muy buen equipo y todas nuestras energías tienen que estar puestas en superar esa instancia. Y si se da, recién entonces podremos hablar de la final.
Siento que ahora disfruto todo mucho más que antes. Quizá cuando volví en 2015 sentía toda la presión de ganar y hacer las cosas bien sobre mis espaldas, y me olvidé de disfrutar.
–Se te ve con otro semblante, más sonriente que en 2016. ¿Qué aprendizaje te dejó tu experiencia en China?
–Siento que ahora disfruto todo mucho más que antes. Quizás cuando volví en 2015 sentía toda la presión de ganar y hacer las cosas bien sobre mis espaldas, y me olvidé de disfrutar. Y en cambio ahora disfruto en todo momento. Tomo todo de otra forma. Mis obligaciones son otras. Me siento bien, cómodo y quizás por todo eso es que se me note más distendido. También me encuentro en un muy buen momento personal y familiar, disfrutando de mi señora y de mis hijos, que son lo más importante.
–Si fuera por vos, jugarías todos los días…
–(interrumpe) ¡Obviamente! Siempre. Uno trabaja, se entrena y se esfuerza para jugar siempre.
–Pero hay un entrenador que es el que decide quién sale a la cancha y quién no. ¿Cómo lo asimila un ídolo como vos, con tu experiencia, el hecho de no jugar?
–De una manera normal. Cuando las cosas se hablan bien y de frente, no hay nada que discutir y nada que pueda generar malestar. Antes de volver de China yo tuve una charla muy valiosa y muy honesta con Guillermo. En esa reunión él me explicó cómo iban a ser las cosas, yo lo acepté y por eso es que volví. Si no las hubiera aceptado, no hubiera vuelto. Simple.
Antes de volver de China yo tuve una charla muy valiosa y muy honesta con Guillermo. En esa reunión él me explicó cómo iban a ser las cosas, yo lo acepté y por eso es que volví.
–¿Físicamente cómo estás?
–Bien. Hice una muy buena pretemporada, a la par de todos mis compañeros, sin molestias. Obvio que algunas cosas me cuestan más que otras, pero a la larga exigiéndose va a salir el jugador que siempre fui.
–Tu característica siempre fue la explosión en los últimos metros, con un socio atrás que te asistía, como por ejemplo lo fue Pirlo en Juventus. ¿Qué pasa cuando con el paso de los años esa explosión se va perdiendo?
–Pasa que uno tiene que ser lo suficientemente inteligente como para reinventarse y reencontrarse en otro sector de la cancha. Es importante que eso uno lo encuentre rápido para poder seguir siéndole útil al equipo.
–Idolo en la Argentina, Brasil, Inglaterra e Italia. ¿Cuál es la receta?
–Mucho sacrificio, entrega, trabajo, profesionalismo. No hay ningún secreto.
–¿Tus hijos disfrutan de ir a la cancha como lo hacías vos?
–Sí, pero de una forma totalmente diferente. Yo antes iba con la ilusión de ir a la cancha a ver ganar a Boca y nada más que eso. Ellos en cambio van a ver ganar al padre y lo sufren un poco más.
–¿Te acordás tus primeros partidos como hincha en la Bombonera?
–(se le ilumina el rostro) ¡Sí, me acuerdo! Iba a ver al Beto Márcico y me sorprendía cómo lo ovacionaba toda la cancha. Me acuerdo de ir con mi viejo a la popular visitante y que él me dijera: "Quedate mirando para allá que por ahí va a salir Boca", y yo miraba, y me quedaba con los ojos clavados ahí e imaginaba cómo sería el túnel, el vestuario.
–Y cuando lo conociste, ¿era como te lo imaginabas?
–Más lindo todavía. Porque uno lo vive y lo siente. Ya de grande y jugando en la primera, cada vez que salgo a la cancha miro hacia ese sector y recuerdo que ahí iba con mi viejo y valoro qué afortunado soy de estar dentro de la cancha. Es un momento que me sensibiliza mucho.
–¿Te sigue emocionando entrar en la Bombonera?
–¡Sí! Es por eso que sigo jugando. Porque me sigo emocionando y entusiasmando con poder darle alegrías a la gente.
–¿Qué se siente al pisar esa cancha?
–Es algo muy difícil de explicar con palabras. Es una sensación que te recorre todo el cuerpo, una sensación única.
–Y qué opinás: ¿Hay que remodelarla o hay que hacer un nuevo estadio?
–Eso es algo que tiene que definir el presidente junto con los socios. Pero la verdad es que yo disfruto mucho de jugar todos los domingos en la Bombonera.
Apache, la serie
–¿Cómo surge esta idea de contar tu vida?
–Vino la gente de Torneos a proponerme contar mi historia. Lo pensé y me gustó muchísimo poder llevarlo a cabo, dejarle a mis hijos un legado audiovisual de cómo fue mi vida. Estoy muy metido con el guión.
–¿Cómo empieza?
–Arranca muy fuerte. Porque cuenta cómo me hice la cicatriz y de dónde viene la marca que tengo en el cuello.
–Alguna vez contaste que te ofrecieron operarte para borrarte esa cicatriz y te negaste.
–Desde que tengo uso de razón convivo con esta cicatriz. ¿Por qué borrarla si forma parte de mi vida?
–Balthazar Murillo encarna tu papel de cuando eras chico. Si pudieras, ¿qué le dirías o qué consejo le darías a aquel Carlitos para lo que se le viene?
–Le diría que siga por el mismo camino que se manejó en la vida. Que siempre sea el mismo y nunca se traicione.
–¿En qué te sirvió la dura infancia que viviste en Fuerte Apache para forjarte como persona?
–En todo. Absolutamente en todo. En mi esencia, en como soy como persona, en como me manejo en la vida. Todo lo que soy es por esto que me rodea acá en el Fuerte: barrio, enseñanzas, aprendizajes, luchas contra gente más grande, y en una sociedad totalmente diferente a la actual.
–Gracias a tu carrera futbolística, tus hijos hoy viven una realidad y una infancia muy distinta a la que viviste vos. ¿Cómo viviste vos ese cambio socioeconómico, y cómo se lo transmitís a tus nenes?
–Yo siempre les digo todo lo que cuesta poder comprarse un teléfono o un par de zapatillas, que nada es fácil y que todo requiere de un sacrificio. Que nadie te regala nada y que hay que esforzarse para cumplir tus sueños.
–¿La serie ya está toda escrita?
–No. Recién terminamos de escribir el capítulo 3 de los 8 que dura la primera temporada, que termina cuando debuto en Boca. Estamos muy entusiasmados, muy metidos y contentos por el rumbo que va tomando.
–¿Y el sueño es que termine con vos levantando la Libertadores?
–Ojalá se dé. ¡Claro! Sería extraordinario.
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