Violencia sin fin. Un nuevo triunfo de la barbarie
Los festejos de Midland por el ascenso a la C fueron empañados por un choque entre dos facciones de la barra brava; oficialmente se negó, pero habría un muerto y tres heridos graves
Imaginar un escenario en el que el fútbol y la violencia no estén vinculados ya parece imposible. Hasta en las situaciones más insólitas el juego de la pelota se ve superado por la barbarie, el descontrol y la locura. Cuando parece que no existen motivos para que se produzcan desmanes, alguien o algunos se encargan de buscar excusas para arruinarlo todo.
En los festejos por el ascenso de Midland a la primera C, se enfrentaron dos facciones de la barra brava del equipo de Libertad, provocaron destrozos, y existen fuertes versiones de que habría tres heridos graves (entre ellos, una mujer policía) y hasta un joven de casi 30 años que habría muerto por una herida de arma blanca.
La capacidad de asombro en el fútbol argentino no parece tener límites. Por disposición del Coprosede, desde hace unos cuantos meses, las parcialidades no pueden acompañar a sus equipos en el ascenso cuando actúan como visitantes, justamente para evitar más problemas. Por eso, Midland jugó ayer ante Deportivo Paraguayo, que hizo de local, en Temperley, sin su hinchada. Allí, el conjunto Funebrero cayó por 1-0, pero como Riestra, el escolta, igualó 0-0 con Claypole, logró el ascenso. Inmediatamente, la información llegó hasta Libertad y los festejos se concentraron frente a la cancha de Midland. Sin embargo, allí iba a suceder de todo, menos una celebración por un título.
Rápidamente, la gente se acercó hasta la cancha, ubicada sobre la calle Eva Perón, con fuegos artificiales y una infinidad de estandartes del club, que, después de siete temporadas, regresaba a la C. Pero lo peor estaba por suceder: los hinchas comenzaron a colmar las inmediaciones de la cancha y el clima comenzó a ponerse denso por la conocida rivalidad entre dos facciones de la barra de Midland: La Helvecia y La Blanquita, dos barrios cercanos al club. Incluso cuando el equipo de Gustavo Di Giuli juega como local, estos dos grupos son separados en dos tribunas para evitar incidentes.
Sin embargo, todo se fue de las manos. El grupo de La Helvecia llegó primero al lugar (el barrio está ubicado detrás del cementerio lindante con el club) y se ubicó en la tribuna que habitualmente ocupa. Hasta allí, todo estaba en orden, con un buen número de hinchas con niños y mujeres y parte del grupo festejando. Pero cerca de las 14.30, todo se desnaturalizó, ya que llegó la facción de La Blanquita, un barrio ubicado a unos cuatro kilómetros de la cancha, y no se dirigió a su tribuna, sino que rompió el portón donde estaba el grupo de La Helvecia y se enfrentaron dentro de la cancha.
Después los incidentes se trasladaron a la calle, donde las piedras, los palos y las balas de goma disparadas por la policía volaron durante más de 25 minutos. "Esto parecía Vietnam. Era una locura. Volaba de todo. La policía no los podía frenar. Hubo balas de goma y de las otras. Si hasta hace un rato estaba la policía retirando los casquillos de la calle. Esto no es nuevo: todos saben el problema que hay con esta gente", comentó Pedro Ríos, de 63 años, un vecino que vive frente a la cancha y estaba barriendo la vereda cubierta de piedras.
Los jugadores de Midland no eran ajenos a lo que sucedía en Libertad. Estaba programado que los futbolistas se acercasen hasta la cancha para festejar con sus hinchas, pero en el camino de Temperley a Libertad comenzaron a sonar los celulares que avisaban de los incidentes. Ante esta situación, se determinó detener el ómnibus que los trasladaba, a unas 20 cuadras antes de llegar al club y que los familiares de los futbolistas se acercasen a retirarlos por allí. Pero claro: también recibían la información de que un muchacho, perteneciente al grupo de La Helvecia, había perdido la vida por una herida de arma blanca.
El hermetismo dominó en la zona de los incidentes y las contradicciones se multiplicaron. Apenas algunos vecinos se animaron a contar algunos detalles de lo que sucedió. "Había como nueve patrulleros tratando de calmar todo. Vinieron de otros lados para ayudar. No se podía asomar la cabeza. Acá, en la puerta de mi casa [frente a la cancha], cayó un muchacho por un balazo de goma", confesó Estela Miño, que con la escoba y la pala quitaba los restos de ladrillos y palos desparramados en su vereda.
En cambio, en la comisaría 4a. de Merlo y en los hospitales de la zona, nadie ofreció información y sólo dijeron: "Tienen que llamar al Coprosede". Y la consulta llegó hasta el comisario Rubén Pérez, titular de ese organismo, que comentó: "Es falsa la información de que haya muertos. Tenemos datos de que sólo hay dos heridos por las pedreas y 10 detenidos por los incidentes. Esto no tiene nada que ver con el fútbol. El partido se jugó en Temperley para evitar estos problemas. Incluso no había nada organizado para los festejos; la gente se acercó hasta el lugar sin nada preparado. Además, creo que los jugadores iban a festejar en un restaurante cercano a la cancha, no en el lugar", comentó Pérez.
Pese a las palabras del comisario, anoche, en Libertad, circulaba una fuerte versión, entre gente allegada a los dirigentes de Midland, de que habría tres heridos graves por los enfrentamientos y que uno de ellos sería una mujer policía. Además, con el transcurrir de las horas, se potenció el trascendido de la muerte del hincha perteneciente a la facción de La Helvecia.
Otra vez, el fútbol se quedó sin protagonismo y los violentos dominaron la escena. Una tarde llena de locura, contradicciones y muy poco de festejo. Una forma muy extraña de celebrar un ascenso.
- Villa San Carlos y Cambaceres, con 250 policías
En el choque de esta tarde, de las 15.30, entre Cambaceres y Villa San Carlos, que con un empate podría ascender a la B Metropolitana, se preparó un fuerte operativo policial. En el estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata el Coprosede dispuso que 250 agentes custodien el encuentro.
Sin cancha para el final
No fue confirmado, pero existe la posibilidad de que el duelo entre Midland y Claypole, por la última fecha de la D, no se juegue en Libertad. Además, en el Coprosede evalúan que se juegue a puertas cerradas. Los dirigentes de Midland están molestos con su hinchada, ya que tenían preparada para ese cotejo una fiesta con los jugadores.
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