El torneo Clausura. Una combinación de confusión y nervios
Boca mereció ganar, pero sólo empató 1 a 1 ante San Lorenzo y sigue cerca del fondo de la tabla; un panorama sombrío para el futuro
Algunos encubridores de situaciones irritantes o especialistas en desviar la atención podrán protegerse y decir que "son cosas comunes que ocurren en el fútbol". Sin embargo, hay imágenes, actitudes y rostros que no resisten segundos análisis; que exponen y explican diversas circunstancias concretas, reales. Hace mucho que Boca no juega bien, que no exhibe esa bravura que supo ostentar no hace tantos meses. Deportivamente, añora la mejor versión de varias de sus individualidades –Rodrigo Palacio, Hugo Ibarra, Claudio Morel Rodríguez, Cristian Chávez, entre otros...– y su as de espada, Juan Román Riquelme, continúa lejos de los campos de juego. Boca es un equipo al borde de un ataque de nervios. En el Clausura, no puede escaparle al fondo de la tabla de posiciones, pese a tener todo a su favor –como ayer, ante San Lorenzo– y con la mejor formación. El DT, Carlos Ischia, ya empezó a oír cuestionamientos y da la sensación de que la vida en la Copa Libertadores es lo único que mantiene al equipo xeneize en tensa calma.
La imprecisión y la falta de contundencia boquense en el Nuevo Gasómetro originaron enérgicas e indisimulables discusiones, como la de Martín Palermo y Pablo Mouche en el centro del campo, inmediatamente después del empate azulgrana. También a la vista de todos se advirtió en Sebastián Battaglia un vehemente gesto de irritación hacia Ischia, luego de que el conductor le pidió que cuidara "su espalda", ya que estaba siendo una zona de riesgo. Había que verles la expresión a Palermo, el capitán, y a Palacio, cuando juntos, minutos después de finalizado el partido, abandonaron velozmente el vestuario visitante y se hundieron en los asientos del ómnibus que los llevaría hacia la concentración en el hotel Emperador, en el barrio de Recoleta. Los estados están alterados en la Ribera, de eso ya no existen dudas.
En lo que va del año y en varias oportunidades, los protagonistas, sobre todo Ischia, no fueron autocríticos y depositaron la responsabilidad en terceros para no reconocer falencias propias. De todos modos, actualmente, el sabor amargo del grupo es tan significativo que ya no escarban en el fondo de la lata para hallar evasivas. El arquero Roberto Abbondanzieri, que con 36 años es uno de los mayores referentes del equipo, no escondió sus sentimientos luego de un partido que pudo haber servido de trampolín para el espíritu xeneize y, sin embargo, tuvo un efecto contrario.
"Hay que demostrar en la cancha si realmente somos un gran plantel y no con las palabras. Hoy (por ayer) quisimos hacer todos los chiches y todo lo lindo que puede haber en el fútbol, pero en este deporte hay que ganar. Realmente estoy muy triste, porque era una gran oportunidad para levantar el ánimo, para lograr un empujoncito después de venir mal y regalamos dos puntos. No podemos salir del fondo de la tabla y eso me pone mal", sentenció el Pato, el único futbolista que no esquivó los micrófonos tras la igualdad con el Ciclón.
"Estoy muy caliente con el resultado", fue una de las primeras frases de Ischia. Y enseguida agregó, impulsivo: "A San Lorenzo le perdonamos la vida. Pudimos haber liquidado el partido, pero nos faltó inteligencia y estar más despiertos. Fue increíble que no pudiéramos ganar, porque fuimos muy superiores, ante un rival que nos esperó atrás. Mejoramos notablemente de lo que veníamos mostrando en el campeonato, pero no puedo disfrutarlo porque no ganamos".
Sufriendo en las peores ubicaciones del Clausura –tiene 13 puntos, solamente dos más que Gimnasia, de Jujuy, y Tigre, los últimos–, Boca apuesta todo el trabajo de un semestre (¿y hasta el ciclo de muchos?) en la Copa Libertadores. Luego de la postergación de la semana pasada, el equipo xeneize viajará a Montevideo para disputar los octavos de final, frente a un rival, Defensor Sporting, que, por tradición y riqueza individual, debería superar sin mayores esfuerzos. Pero en el fútbol los análisis previos no garantizan nada, y menos si en el medio se encuentra un conjunto que provoca desconfianza, como hoy es Boca.
"El jueves no podemos perdonar a Defensor como lo hicimos con San Lorenzo. En la Copa todo es distinto del torneo local y soy el primero en confiar en mis jugadores", describió Ischia. Desde la 11a fecha, cuando utilizó un planteo mezquino, con cinco defensores, y no impidió que Central batiera 2-0 a Boca, el DT es observado de reojo por algunos dirigentes. Además, convivir permanentemente a la sombra de Bianchi –apoyos públicos del Virrey al margen– a Ischia no lo está dejando trabajar como quisiera.
"El cansancio no es excusa para el jueves, porque venimos de una semana de entrenamiento tranquilo. No podemos seguir regalando nada más", concluyó Abbondanzieri, con la bronca de saber que el grupo no encuentra la firmeza necesaria para salir adelante en un momento delicado.
- Se lesionó Morel y hay optimismo por Riquelme
Morel Rodríguez padeció una molestia en el recto anterior de la pierna derecha y está en duda para el choque con Defensor Sporting. Mientras que Riquelme sigue mejorando de la lesión en el pie derecho y jugaría en Uruguay. Asimismo, el arquero Javier García se desgarró en la entrada en calor de la reserva.
7
Encuentros sin éxito
El último triunfo de Boca en el torneo fue 3-0 vs. Argentinos, en la 6a fecha. Luego, encadenó cuatro empates y tres derrotas.
2
Goles como visitante
Además del de ayer, Boca solamente marcó tantos fuera de la Bombonera en la 1a fecha, en el éxito 2-1 vs. Gimnasia (J).
6
Partidos sin la valla en 0
La última vez que Boca mantuvo su arco invicto fue en la 7a jornada: 0-0 ante Tigre. En total, recibió 16 goles en el Clausura.
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