Una conquista que cruzó las fronteras

"Las vacas vuelan: Racing es campeón después de 35 años" , exageró el diario El Mercurio, de Chile , en una muestra de la atención que la prensa latinoamericana le prestó a la conquista del equipo de Avellaneda. En el país trasandino, el periódicoLa Tercera tituló: "Racing rompió todas las maldiciones".

En Colombia, por ejemplo, siguieron con especial atención el desenlace por la participación de sus compatriotas Gerardo Bedoya y Alexander Viveros. El matutino El Tiempo, de Bogotá, destacó en la sección deportiva: "Los colombianos Bedoya y Viveros ayudaron a romper la mala racha de Racing".

Los medios audiovisuales le dieron especial preponderancia a la actuación de Bedoya que terminó con el gol de Loeschbor ante Vélez. Las cadenas Caracol y RCN les dedicaron un generoso espacio a las imágenes del empate de Racing.

Bedoya y Viveros fueron tomados como verdaderos héroes deportivos en Colombia y su logro recordó a figuras de ese país que también triunfaron en la Argentina, como Oscar Córdoba, Jorge Bermúdez y Mauricio Serna, en Boca, y Juan Pablo Angel, en River.

Algunos diarios uruguayos incluyeron fotos acompañando los titulares.El País, de Montevideo, publicó "Otra vez grande", como título, y una foto del festejo del tanto de Loeschbor, con los jugadores académicos amontonados.

El Observador también utilizó una imagen de Loeschbor y destacó en su sección deportiva: "Racing terminó con una maldición".

Como se ve, la mayoría invocó el tiempo de sequía que debió soportar el club de Avellaneda antes de llegar al título. En esa misma línea, el diario paraguayo ABC Color subrayó: "Racing es campeón tras 35 años de frustraciones".

Incluso en España la conquista de Racing tuvo su espacio, pues el diario deportivo As dejó lugar para una imagen de Maceratesi (durante el partido con Vélez) y un título que reza: "Racing es campeón 35 años después".

La Razón, de Bolivia, eligió un título apenas más original: "Racing echó al córner al pasado y es campeón tras esperar 35 años".

Está claro que la alegría de Racing no tuvo límites geográficos.