Violencia sin fin. Una cuestión de dinero y poder
La trama secreta y los motivos de la feroz pelea que se desató hace cuatro meses en la barra brava de River; la lucha interna de Los Borrachos del Tablón no se detiene
Reconstruir los sangrientos episodios que se produjeron anteayer en el Monumental, tras los feroces enfrentamientos entre los grupos disidentes de la barra brava de River, liderados por Alan Schlenker y Adrián Rousseau, es una tarea que está en manos de la policía y la fiscalía descentralizada de Saavedra. Pero los hechos, que arrojaron como saldo dos heridos -Cristian Verón, alias Urco, y Manuel Rocky Raposo, actualmente en los hospitales Pirovano e Italiano-, no fueron un acontecimiento fortuito, un incidente aislado que se desató por una simple discusión entre los violentos. Los diez disparos que en la madrugada de ayer -entre las 0.30 y las 0.45- recibió el domicilio de Rousseau, en Villa Urquiza, son una muestra evidente de que detrás de esta disputa existe una historia de traición y poder.
La muestra de violencia y ferocidad no fue un acto únicamente delictivo, porque detrás del combate hay un botín que ninguno de los bandos está dispuesto a resignar. Los Borrachos del Tablón reciben una importante suma mensual y mantienen varias vías de financiamiento, que les permiten tener un excelente pasar económico. Varias fuentes indican que el dinero total asciende a 300.000 pesos. La división de los aportes consistiría en una entrada fija de 80.000 pesos y la reventa de entradas para los partidos de River -en un superclásico el máximo de tickets cedidos asciende a 600-, como también la comercialización de asientos para ciertos espectáculos, como los recitales que se desarrollan en el Monumental.
La seguridad en las calles y el cobro de los estacionamientos linderos al estadio en los días de recitales también entregan un importante ingreso, tanto como la plata por el alquiler de los ómnibus de traslado de hinchas para alentar al equipo cuando juega en el Interior. Esto, además de beneficiarse con tener pagos los hoteles -los líderes se alojan en lugares de mayor categoría- cada vez que los millonarios se presentan en el exterior, por alguna de las competencias internacionales.
Las diferencias entre los cabecillas de Los Borrachos del Tablón quedaron expuestas el 11 de febrero último, en la sanguinaria batalla que se desarrolló en los quinchos del club, en la que se registraron un herido de bala y dos de arma blanca. Esa refriega, además, determinó que el grupo encabezado por Schlenker mantuviera luego su presencia en las canchas, aunque a Alan, su hermano William y Hernán Taboada se les aplicara el derecho de admisión. El bando que responde a Rousseau abandonó la escena, se refugió y para algunos de los integrantes también recayó la prohibición para el ingreso en los estadios. El propio Adrián, Alexis Decoste, Gonzalo Acro y Cristian Ghisletti fueron inhibidos para presenciar los encuentros de River.
Desde entonces, se habló de una posible riña estuvieron latentes, porque en el ambiente nadie imaginaba que Rousseau y sus seguidores no fueran a reaccionar. Pero contrariamente a lo que todos pensaban, allegados a los dos líderes iniciaron gestiones para volver a unificar la barra brava. Hace cuatro días hubo una reunión entre Schlenker y Rousseau, cara a cara, para encontrar la paz . Una muestra de la aparente conciliación fue que anteayer, ante Independiente, apareció colgada en la tribuna Sívori una bandera -una tela blanca con la inscripción Los Borrachos del Tablón en letras góticas-, estandarte que corresponde a la facción de Rousseau. Pero el pacto de no violencia fue una fachada, una estrategia para retomar el poder y robar banderas y bombos de parte de los partidarios de Rousseau. El comienzo de la reyerta fue una simple discusión política, una contienda por los cánticos que se entonarían en contra de los dirigentes. Una fachada para llevar, más tarde, la polémica hacia una feroz emboscada.
La pequeña pelea en la tribuna tuvo su corolario debajo del puente Angel Labruna, adyacente al Monumental, donde el ataque de los violentos que responden a Rousseau fue planeado al detalle. Adrián reorganizó sus filas y contó con el apoyo de grupos disidentes que están relacionados con la barra brava de Sportivo Italiano y un grupo de ex allegados al Turco de Ciudadela.
El factor sorpresa fue fundamental para quitarles las banderas y los bombos a los rivales, que se vieron superados en número y debieron huir. Testigos de la barbarie comentaron que personas con ropas oscuras y con buzos que les cubrían la cabeza aparecían en lugares estratégicos para combatir y castigar a los seguidores de Alan, que escaparon para no continuar recibiendo una paliza mayor.
El dinero y el poder provocaron la emboscada y los posteriores disparos. Los enfrentamientos y los heridos son el resultado de una lucha encarnizada que seguramente tendrá nuevos episodios. Peleas, venganzas y traiciones, sinónimos de Los Borrachos del Tablón .
53 días transcurrieron desde la "Batalla de los quinchos", el primer episodio de la lucha interna en la barra brava de River
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