Diego Maradona, un napolitano de rulos nacido en Argentina... eso perdimos
NÁPOLES.- No es solo una cuestión futbolística, si bien todo nace del fútbol. Diego Armando Maradona, que llegó a esta ciudad a los 24 años, muy joven, llevó a Nápoles a obtener lo que nunca había logrado en 60 años de historia. El club del sur de Italia nació en 1926 y tuvieron que pasar largos años, hasta 1987, para que comenzara a ganar los dos trofeos más importantes de su historia. Pero sobre todo Maradona le dio a Nápoles un sentido de revancha.
En Nápoles quien es tifoso del Napoli es también un tifoso de la ciudad y viceversa. No pasa lo mismo con uno de la Juventus, que no se identifica con su ciudad, Turín. De hecho, la Juventus tiene hinchas en todo el país, hasta en el sur.
En Nápoles hay una identificación fuertísima entre el fútbol y el amor a la ciudad. Y Maradona se integró a este contexto: no se convirtió en un futbolista del Napoli, sino en una figura de Nápoles. Los scudetti (títulos locales) en efecto, fueron ganados también por futbolistas como el brasileño Careca o Bruno Giordano, pero Maradona fue el líder, fue él el fuera de serie.
El astro argentino también llevó a la ciudad a tomarse revancha contra los abusos y atropellos sufridos en el mundo del fútbol, que en Italia es lo que divide "campanarios", es decir, causa virtuales "guerras" entre diversas comunas y ciudades. En este marco el rico norte discriminaba al sur: cuando los hinchas del Napoli acompañaban al equipo, los napolitanos éramos recibidos en las ciudades del norte con pancartas racistas: "Vesubio, lávalos con el fuego"; "Bienvenidos a Italia".
Nos tachaban de "terroni", de "africanos", éramos discriminados y atacados no por valores ligados al fútbol, sino por argumentos totalmente distintos. Los napolitanos sufrimos siempre todo esto, que Maradona –el más grande del mundo, pero también uno de nosotros– cambió.
Maradona no solo fue un gran jugador, que llevó a su equipo a lo más alto, sino que fue un revolucionario, que revolucionó las relaciones de fuerza entre Nápoles y las demás ciudades. Fue esta la identificación de Nápoles con Maradona y de Maradona con Nápoles.
De su parte, no hubo nada calculado como para atraerse la simpatía. Porque teniendo una historia de vida personal en cierta forma parecida a la de Nápoles, porque nació pobre pero después logró reivindicarse, lo que había vivido en la Argentina creo que es algo homogéneo a lo que sintió en nuestra ciudad, donde había realidades similares. Y se identificó con ese sentimiento de revancha de los napolitanos.
Por eso Maradona siempre fue considerado un napolitano nacido en la Argentina. No solo por cómo pensaba, sino también por su aspecto: con un físico que podía ser napolitano, morocho, con rulos, ni alto ni rubio...
Este amor mutuo siempre siguió, no solo por la nostalgia de los napolitanos por esos años de gloria con Maradona que nunca más volvieron. El club cayó en bancarrota, retrocedió y pasó a jugar en la serie C, luego de idas y venidas, volvió a la A, tuvo un período feísimo.
Claro, siempre hay nostalgia por esa época en la que el Napoli ganaba siempre. Pero él siempre conservó un afecto por Nápoles, nunca renunció a hacer oír su voz, su opinión. A diferencia de ciudades como Barcelona o Sevilla, donde también jugó y vivió, Diego siempre quedó en contacto con Nápoles, donde volvió varias veces, más allá de injustos problemas que tuvo con el fisco. Y la última vez volvió en 2017, cuando le dieron la ciudadanía honoraria.
La única figura en la historia
Los napolitanos siempre vimos en él un hombre que era uno de nosotros y que significó la revancha. Fue la única figura de este tipo que tuvimos en la historia, porque nunca Nápoles había tenido un punto de referencia como lo es Maradona. Del propio Pino Daniele, cantante napolitano que murió en enero de 2015 cuando estaba por cumplir 60 años, momento en el cual también hubo manifestaciones de afecto, amábamos las canciones, sí. Pero solo a Maradona lo sentíamos uno de nosotros, porque estaba al frente de la revancha, de la reivindicación, de la ciudad.
Maradona fue el único hombre que le hizo sentir a los napolitanos que podían rebelarse y ganarle a los abusos. Esto es lo que Nápoles pierde. Nápoles sabía que uno de los grandes del mundo era uno de ellos. Y es esto lo que hemos perdido.
El autor de esta nota es napolitano, periodista del diario Corriere della Sera, en Nápoles.
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