Valentía que sólo busca un cambio de mentalidad

"Lo que debería ser una regla termina siendo una excepción... A veces me siento como un espécimen raro." Mónica Nizzardo utiliza una y otra vez esa frase en su apasionado discurso. Ella, ex dirigente del club Atlanta, no pierde la fuerza pese a que sufrió un revés en su cruzada: denunció a un barrabrava y la Justicia lo sobreseyó. Pero no se desanima. Al contrario. Cuando los tiempos violentos parecen arrasar con el fútbol, Nizzardo expone su caso y lo toma como un punto de partida en busca de esa unidad que, según su ilusión, podrá hacerle frente a la violencia.

Se impone un breve repaso. El 17 de febrero de 2004, cuando Nizzardo era jefa de prensa y vocal de Atlanta, un barrabrava del club, Julio César Dib -conocido como Dippy- ingresó en la sede de la entidad y provocó destrozos varios. Nizzardo denunció el hecho y la causa quedó radicada en el Juzgado Correccional N° 13. En el juicio oral, anteayer, Dib fue absuelto porque otros dos testigos lo beneficiaron con sus declaraciones.

De fría letra, el veredicto suena frustrante. No para esta docente y actriz que cobijó los colores de Atlanta por una herencia familiar. "Cuando hice la denuncia y durante el proceso me sentí sola. Fue espantoso. Sentía una gran presión. Pero nunca dudé sobre lo que hice. Es más, no me arrepiento de nada. Estoy tranquila porque hice lo debido. No creo que haya perdido una batalla, como me dijo Javier Castrilli [subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos]. Lo que viví lo tomo como el principio de una acción para eliminar la violencia. Pero todos tenemos que pensar así. Es nuestro club, nuestra sociedad... No se puede seguir con la mediocridad argentina del no te metas. Este es un llamado a la reflexión, a la búsqueda, un SOS."

Dib tiene antecedentes penales. Al parecer, el ataque se debió a la inhabilitación de un puesto de choripán cercano al estadio. Es más, su situación aún no está definida, ya que se le investigan presuntas amenazas denunciadas por el ex presidente de Atlanta Carlos Moreno.

Nizzardo dice que nunca esperó tanta repercusión en los medios. Tampoco se comunicó con Julio Grondona, presidente de la AFA. "Empecé a escribirle una carta, pero la rompí... Me dio mucha bronca cuando vi por tele lo que pasó en otros clubes, en los que, ante las acciones de los barras, los dirigentes, los jugadores y los técnicos renegaban de una eventual denuncia [por River]. Si no hay valentía en los clubes grandes, ¿qué les queda al resto? No es ser buchón decir lo que pasa. El miedo no ayuda. Supongo que los dirigentes no hacen nada por temor. Además, es muy difícil cortar la relación con la barra de un día para el otro. Hay de por medio camisetas, entradas, micros..."

No tuvo problemas mientras duró el proceso. Mónica Nizzardo asegura que no recibió amenazas y que siempre salió tranquila a la calle. "Todos se sorprenden cuando conocen mi caso. No hice más que denunciar lo que pasó delante de mis ojos. Veo lo que sucede a mi alrededor y, a veces, me pregunto si yo seré la inadaptada... "

• Tiende una mano con una página de Internet
  
  Desde que empezó, Mónica Nizzardo puso mucha energía en su lucha. Tanto, que, próximamente, estará en la Web la página www.salvemosalfutbol.com , un sitio para asesorar a testigos o víctimas de hechos de violencia relacionados con el fútbol. En el aspecto jurídico, Nizzardo tendrá la colaboración del Dr. Víctor Ponce y estará en contacto permanente con Javier Castrilli, subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos. "Ya me escribieron como 50 personas. Incluso me llamó el ex juez Bergés [Mariano, que llevó adelante una megacausa por violencia en el fútbol]."