La Copa Sudamericana. Vélez siempre sorprende: la misma eficacia en cada lugar
Anoche, en México, con bajas sensibles por las lesiones, derrotó a América por 2 a 0 y quedó a un paso de las semifinales; Pellegrino y Gracián, los goles
MEXICO, (Especial).- A medida que las competencias transcurren en forma paralela, adversarios invisibles se agregan a la marcha de Vélez. El cansancio acecha y amaga con extenderse. Las lesiones aparecen de repente. Los viajes merman poco a poco la reserva energética. Sin embargo, el conjunto de Liniers no se dobla ante la adversidad y, con ímpetu y amor propio, sigue adelante en busca de sus objetivos. Anoche, en esta ciudad, derrotó a América por 2 a 0 y quedó a un paso de las semifinales de la Copa Sudamericana. El desquite se jugará el miércoles próximo, en Buenos Aires, y Vélez se clasificará incluso con una derrota por 1 a 0.
El equipo dirigido por Miguel Angel Russo tuvo bajas sensibles. Sin Castromán, sin Enría, más la lesión de anoche de Valdemarín, el ataque se anunció como la zona más delicada. Mauro Zárate inquietó y tuvo un interesante despliegue que significó un alivio en la estructura defensiva. Debutó Ereros y, si bien no entró demasiado en el circuito futbolístico, mostró algunos destellos como para tener en cuenta.
Vélez se plantó firme. No se sintió incómodo lejos de casa y ante la presión de un público que desde antes del partido le hizo notar su condición de visitante. Los 2240 metros de altura de esta ciudad parecieron no afectarlo durante la primera parte. El conjunto dirigido por Miguel Angel Russo no se arrinconó contra su arco. Al contrario, en el comienzo avanzó y generó riesgo ante una defensa que insinuó fragilidad. Poco propuso América, impulsado por el mismo vértigo que lo sumió en un juego errático.
Cinco minutos. La apertura de Vélez marcó la tendencia del desarrollo. Centurión envió un centro tras un combinación con Sena en un córner; en las alturas, ganó Pellegrino; el cabezazo del defensor fue devuelto con un rebote corto del arquero Ochoa; el mismo Pellegrino empujó la pelota a la red.
América sintió el impacto de la temprana desventaja. Hasta que lentamente asumió el dominio territorial, que a la vez le otorgó casi la exclusividad de la pelota. La búsqueda de los mexicanos no resultó frenética. Aunque sí lo suficientemente consistente como para haber encontrado la igualdad por aquellos momentos, pese a que Vélez no pasó zozobra.
La situación más clara la tuvo Blanco, a los 37 minutos, cuando su fuerte remate se estrelló en el travesaño. Las demás aproximaciones de América, siempre guiado por Blanco, no trajeron tanto peligro. Como algunas escapadas de los argentinos Claudio López, por la izquierda, y Christian Giménez, por la derecha, que no hallaron una referencia dentro del área.
Los ataques de Vélez cada vez fueron más esporádicos. Pese al esfuerzo de Sena y de Somoza, el conjunto se vio a veces desbordado en el medio campo. Fue por entonces cuando se hicieron fuertes los marcadores centrales, Pellegrino y Uglessich, y cuando más seguro se exhibió Sessa, temperamental y uno de los más destacados. Sólo Gracián aportó algún respiro con su pausa. Claro que no alcanzó el tiempo que tuvo la pelota en sus pies. Apenas pueden apuntarse dos tiros de Mauro Zárate que salieron cerca del palo izquierdo.
Vélez pudo haber aumentado apenas comenzado el segundo tiempo. Pero Ochoa le ganó en un mano a mano a Gracián, a los tres minutos, después de una buena habilitación de Ereros. Claro que Gracián tuvo su revancha: a los 9, tras una mala salida defensiva, Gracián se filtró entre los centrales y anotó con un potente tiro. Golazo y tranquilidad absoluta.
El vencedor se movió con inteligencia hasta el final. No soportó grandes sobresaltos, salvo por algún centro cruzado o algún remate de Navia. Vélez, consciente de que el gran paso estaba dado, mantuvo la ventaja con solvencia, quizá con más calma de lo imaginado.
LO POSITIVO
Gracián es decisivo
El golazo de Leandro Gracián, desde afuera del área, fue similar a su último tanto, que le marcó a Arsenal, en el 1-0. En el Apertura, tiene cinco goles.
EL DEBUT
Delantero como su padre
A los 30 minutos del primer tiempo, por Lucas Valdemarín, hizo su debut Sebastián Ereros, delantero como su padre Carlos, ex puntero de Argentinos.
LO CURIOSO
El tercer gol de Pellegrino
Con el de anoche, Maximiliano Pellegrino marcó durante 2005 tres goles. Los otros: en el Clausura, en el 2-0 con Huracán (TA) y en el 3-0 con Argentinos.
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